El g¨¢nster de la azotea
Pe?a Nieto enfrenta una tarea en extremo delicada. Ceder demasiado provocar¨ªa un quebranto irreversible; mostrarse intransigentes desatar¨ªa la belicosidad obsesiva
A M¨¦xico le resultar¨¢ muy dif¨ªcil poder negociar algo, lo tienen colgado de los pies en la orilla de un alto edificio, dijo palabras m¨¢s palabras menos un alto funcionario canadiense. Una imagen m¨¢s propia de una pel¨ªcula de g¨¢nsteres que de un escenario geopol¨ªtico. Pero no anda tan errado. La asimetr¨ªa entre Estados Unidos y M¨¦xico es de tal magnitud, que en efecto el mat¨®n de la pel¨ªcula, Donald Trump, tiene todo el m¨²sculo que necesita para negociar la agenda a su placer.
Consciente de que nada lastima m¨¢s a los inversionistas y a los mercados burs¨¢tiles que la incertidumbre (el peso sigue perdiendo valor con cada tuit de Trump), el presidente Enrique Pe?a Nieto ha decidido acudir a la peligrosa cita en la azotea de un rascacielos, continuando la alegor¨ªa del canadiense. Los mexicanos contemplan la reuni¨®n como una instancia decisiva para el futuro del pa¨ªs; y no tanto por lo que pueda conseguir Pe?a Nieto, sino porque podr¨ªa mostrar de una vez por todas hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a ir Trump en sus amenazas contra M¨¦xico.
El mat¨®n de la pel¨ªcula, Donald Trump, tiene todo el m¨²sculo que necesita para negociar la agenda a su placer
Los temas de migraci¨®n, muro y remesas son importantes, desde luego. Pero el pa¨ªs ser¨¢ otro si el Tratado de Libre Comercio es modificado radicalmente tal como lo pretende Washington. Trump ha amenazado con tarifas aduanales de hasta el 35% a los productos mexicanos en un TLC renegociado. Nuestras autoridades han dejado en claro que en tal caso nos retirar¨ªamos del Tratado y nos acoger¨ªamos a las reglas de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, de la cual M¨¦xico y Estados Unidos forman parte: aranceles de 1,9% promedio, 6,4% en caso de productos agropecuarios.
Parecer¨ªa una salida f¨¢cil e impecable pero no lo es. El equipo de Trump litigar¨ªa ante la OMC sobre impuestos mexicanos como el IVA que para ellos constituyen una irregularidad, y podr¨ªan actuar fiscalmente, de manera interna, contra empresas estadounidenses que se instalen en nuestro pa¨ªs con el prop¨®sito de exportar sus productos al norte. Contra eso no habr¨ªa defensa.
Podemos apelar a la ¨¦pica heroica y escupirle; ¨¦l simplemente nos enviar¨ªa de cabeza al abismo
Y por otra parte, no estoy tan seguro que el mundo o los organismos internacionales quieran meterse al pleito contra el g¨¢nster. Ya lo mostr¨® Canad¨¢, el otro miembro del TLC: hace unos d¨ªas afirm¨® que en lo sucesivo podr¨ªa recurrir a acuerdos bilaterales con Estados Unidos. En otras palabras, opt¨® por una especie de s¨¢lvese el que pueda y nos dej¨® solos. Unas horas despu¨¦s de la declaraci¨®n canadiense, Trump levant¨® el veto de Obama al ambicioso oleoducto que conectar¨ªa a Alberta, Canad¨¢, con el Golfo de M¨¦xico. La conclusi¨®n es evidente, Trump tiene tantas cartas que puede negociar peque?as concesiones (a la OMC, si fuera necesario) para sacar adelante sus objetivos. Y por desgracia su objetivo es M¨¦xico.
Dicho as¨ª, me parece que la mejor estrategia posible consiste en descifrar la psicolog¨ªa del g¨¢nster y actuar en consecuencia. Trump est¨¢ urgido de victorias f¨¢ciles y r¨¢pidas. Le importa m¨¢s dejar la impresi¨®n de que ha vencido, y ufanarse de ello, que obtener metas demasiado concretas. La reacci¨®n visceral que ha tenido en contra de la prensa que, a su juicio, lo ha desafiado, ilustra lo peligroso que puede llegar a ser una vez que se obsesiona con un enemigo, sobre todo si lo tiene tomado de los pies a la orilla del precipicio.
M¨¦xico tendr¨ªa que encontrar la forma de que Trump saque adelante dos o tres de sus promesas, al menos en apariencia y gestionando el menor da?o posible, y propiciar que nos deje en paz el resto de su administraci¨®n. El neoyorquino es adicto a los conflictos; habr¨ªa que asegurarnos de que los encuentre en otra parte.
Simult¨¢neamente tendr¨ªamos que activar todos los canales que directa e indirectamente le hagan saber a la Casa Blanca los muchos da?os colaterales que sufrir¨ªa Estados Unidos en caso de una debacle de la econom¨ªa mexicana. Es decir, crear un ambiente favorable para que Trump se conforme con algunos cambios cosm¨¦ticos en la relaci¨®n con M¨¦xico y considere cumplida la misi¨®n. O en plata pura: ¡°Ayud¨¦mosnos, ?c¨®mo te apoyo sin que me jodas?¡±.
Pe?a Nieto y su equipo enfrentan una tarea en extremo delicada. Ceder demasiado provocar¨ªa un quebranto irreversible; mostrarse intransigentes desatar¨ªa la belicosidad obsesiva del mat¨®n de la azotea. Y no le demos vueltas: podemos apelar a la ¨¦pica heroica y escupirle; ¨¦l simplemente nos enviar¨ªa de cabeza al abismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.