El que fue el hombre m¨¢s rico de Brasil, en busca y captura
El abogado de Eike Batista asegura que aceptar¨¢ la condena de prisi¨®n preventiva en cuanto vuelva a poner un pie en el pa¨ªs
La polic¨ªa brasile?a registr¨® este jueves la residencia en R¨ªo de Janeiro de Eike Batista, due?o del holding EBX y hasta hace pocos a?os el hombre m¨¢s rico del pa¨ªs. Las autoridades iniciaban as¨ª una nueva fase en el cap¨ªtulo fluminense del caso Petrobras, que lleva a?os destapando la corrupci¨®n sist¨¦mica de las ¨¦lites pol¨ªticas y empresariales del pa¨ªs. Pese a que no pudieron detenerlo por encontrarse fuera de Brasil, el abogado de Batista asegur¨® que se someter¨¢ a la prisi¨®n preventiva que le exige la fiscal¨ªa en cuanto vuelva a poner un pie en el pa¨ªs.?
La polic¨ªa inform¨® este mismo jueves de que hab¨ªa solicitado a Interpol que emitiera una orden de detenci¨®n internacional contra Batista. No es la primera vez que al empresario le salpica el fango del caso Petrobras. La polic¨ªa sospecha que el millonario traspas¨® en 2013 un mill¨®n de reales (unos 320.000 d¨®lares) a la firma de abogados de Adriana Ancelmo, esposa del entonces gobernador de R¨ªo de Janeiro, S¨¦rgio Cabral. Ambos est¨¢n ahora en la c¨¢rcel: Cabral, acusado de liderar un sistema de sobornos millonarios con dinero sacado de obras p¨²blicas y Ancelmo, de ser su c¨®mplice. No se encontr¨® en las oficinas de la mujer prueba de prestaci¨®n de servicios a ninguna empresa de Batista, aunque sus abogados alegaron que era f¨¢cilmente demostrable.
Esta vez la unidad especial del caso Petrobras cree que Batista soborn¨® a Cabral con 16,5 millones de d¨®lares, algo disimulado como la compra de una mina de oro que no existe. Este falso negocio fue firmado entre empresa que forma parte del holding de Batista, y otra, Arcadia Associados, en nombre de terceros pero a disposici¨®n de Cabral seg¨²n la investigaci¨®n. El dinero fue ingresado en una cuenta en Uruguay. Los nueve fiscales encargados de esta operaci¨®n subrayaron: ¡°Eike Batista simula negocios jur¨ªdicos de manera sofisticada y reiterada para el pago y posterior alzamiento de bienes de origen il¨ªcito, lo que justifica la necesidad de su prisi¨®n para garantizar el orden p¨²blico¡±.
Contratos p¨²blicos
Batista y Cabral manten¨ªan una relaci¨®n estrecha. El empresario tiene varios contratos p¨²blicos en el Estado de R¨ªo (participa, por ejemplo, en la actual gesti¨®n del Maracan¨¢). El gobernador y su mujer, mientras, volaron en aviones del implicado unas 13 veces entre 2009 y 2011, seg¨²n el diario brasile?o Folha de S?o Paulo. Cuando Cabral estren¨® las Unidades de Polic¨ªa Pacificadora, su proyecto estrella para las favelas cariocas, Batista fue el donante privado que m¨¢s dinero cedi¨®.
Esta nueva fase de la operaci¨®n pretende, adem¨¢s, mostrar c¨®mo Cabral escond¨ªa su patrimonio (y el de sus allegados) en un supuesto entramado favorecido por Batista. Los fiscales creen que as¨ª se ocultaron en para¨ªsos fiscales m¨¢s de 100 millones de d¨®lares provenientes de sobornos. Las autoridades ya han repatriado casi 80, que se encuentran a disposici¨®n de la Justicia Federal, asegur¨® el organismo en un comunicado. ¡°El env¨ªo de dinero al extranjero fue continuo entre 2002 y 2007, cuando Cabral acumul¨® seis millones de d¨®lares. Pero esa elevada cifra no se comparar¨ªa a las surrealistas cuant¨ªas amasadas durante la gesti¨®n del Gobierno del Estado de R¨ªo de Janeiro, cuando acumul¨® m¨¢s de 100 millones de d¨®lares en sobornos, distribuidos en diversas cuantas en para¨ªsos fiscales en el extranjero¡±, afirman los fiscales.
Batista declar¨® en mayo ante la Fiscal¨ªa en Curitiba e incrimin¨® al exministro de Hacienda Guido Mantega, al que acus¨® de haber pedido en 2012 el pago de cinco millones de reales (1,6 millones de d¨®lares) para saldar deudas de la campa?a electoral del PT de Lula da Silva y Dilma Rousseff. Seg¨²n Batista, pag¨® el dinero mediante contratos con la empresa del responsable de las campa?as de marketing del partido. La prisi¨®n de Mantega fue pedida en septiembre de 2016 y revocada poco despu¨¦s.
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