El ¡®efecto Schulz¡¯ impulsa al SPD a ocho meses de las elecciones alemanas
El candidato socialdem¨®crata se dispara en las encuestas y supera con claridad a Merkel
Un cartel gigantesco cuelga estos d¨ªas en la Casa Willy Brandt, la sede del Partido Socialdem¨®crata (SPD) en Berl¨ªn. ¡°Tiempo de m¨¢s justicia. Tiempo de Martin Schulz¡±, anuncia el texto, junto a una fotograf¨ªa de la ¨²ltima gran esperanza del centro-izquierda alem¨¢n. Solo ha pasado una semana desde la proclamaci¨®n de Schulz como nuevo hombre fuerte del SPD y la sensaci¨®n de euforia se extiende en un partido que ¨²ltimamente parec¨ªa un funeral. La perspectiva de ganar las elecciones del 24 de septiembre es a¨²n muy remota, pero al menos los socialdem¨®cratas empiezan la precampa?a con un fuerte impulso en las encuestas y un candidato con hambre de victoria.
Debilidades transformadas en fortalezas
Martin Schulz trata de sacar partido a factores que en otro candidato ser¨ªan una debilidad. Como su falta de t¨ªtulos en un pa¨ªs obsesionado por a?adir la palabra ¡°doctor¡± al apellido ¡ªno termin¨® los estudios secundarios¡ª, los serios problemas con el alcohol de su juventud o la falta de experiencia en la pol¨ªtica alemana. ?l reivindica estos factores que le acercan al alem¨¢n medio. Y no pierde ocasi¨®n de recordar su experiencia como alcalde de la peque?a ciudad de W¨¹rselen como prueba de que conoce los problemas de sus vecinos... aunque dejara ese puesto hace casi 20 a?os.
¡°Quiero ser canciller¡±, repite Schulz estos d¨ªas. No parece una frase demasiado sorprendente en boca de un candidato en precampa?a. Pero s¨ª supone un revulsivo para un partido que parec¨ªa resignado a una humillante derrota ¡ªotra m¨¢s¡ª frente a Angela Merkel. Sigmar Gabriel, hasta ahora l¨ªder del partido y n¨²mero dos en el Gobierno de gran coalici¨®n, se hizo a un lado la semana pasada a la vista de la cat¨¢strofe que se avecinaba. Schulz, dijo entonces Gabriel, era el mejor candidato posible.
Una semana m¨¢s tarde, parece que estaba en lo cierto. Del m¨ªnimo hist¨®rico del 20% que las encuestas le otorgaban estos meses, el SPD ha remontado, seg¨²n tres estudios, al entorno del 26%-28%. Hace a?os que el partido no alcanzaba esta cota. Los socialdem¨®cratas est¨¢n a¨²n lejos de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU). Pero una encuesta del canal p¨²blico ARD dada a conocer el jueves muestra que, si los alemanes votaran candidatos en lugar de partidos, un 50% optar¨ªa por Schulz, nueve puntos m¨¢s que hace una semana. Por Merkel solo lo har¨ªa el 34%, siete puntos menos. Una aut¨¦ntica revoluci¨®n demosc¨®pica.
¡°Es una buena noticia para la democracia que no haya una diferencia tan grande entre los dos partidos. Es necesario que los ciudadanos tengan la sensaci¨®n de que hay alternativa", asegura el eurodiputado verde Sven Giegold, que ha podido observar a Schulz de cerca en los cinco a?os en los que este dirigi¨® la Euroc¨¢mara.
El socialdem¨®crata centrar¨¢ su campa?a en asuntos como la lucha contra la desigualdad y contra la evasi¨®n de impuestos; pero le resultar¨¢ complicado convencer a los alemanes de que su partido no es responsable de la creciente brecha social: el SPD ha gobernado con Merkel en dos de sus tres legislaturas; y participa en el Gobierno de 13 de los 16 Estados federados del pa¨ªs. ¡°Schulz recurrir¨¢ a lemas cl¨¢sicos de la socialdemocracia, como la justicia social o mejoras en los sueldos. Pero de esos temas ya hablaban sus antecesores. Va a tener que responder a la pregunta de c¨®mo vivir mejor en tiempos de globalizaci¨®n. Y si la respuesta a ello es m¨¢s cooperaci¨®n internacional o una vuelta al Estado naci¨®n¡±, explica el polit¨®logo Gero Neugebauer.
Nadie sabe si el llamado efecto Schulz obedece sobre todo a la novedad que supone la irrupci¨®n de una cara nueva al frente de uno de los dos grandes partidos. Merkel lleva 17 a?os como l¨ªder de la CDU, y Gabriel estaba cerca de alcanzar los ocho, superado tan solo por el m¨ªtico Willy Brandt. Al pr¨®ximo l¨ªder del SPD ¨Cun pr¨®ximo congreso debe a¨²n nombrarlo- le queda ahora lo m¨¢s dif¨ªcil: armar un programa de gobierno cre¨ªble y presentarse como alternativa real a 12 a?os de merkelato. Pero por ahora ha logrado su primero objetivo: darle una sacudida a la pol¨ªtica alemana.
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