El improbable D¨ªa de la mujer saud¨ª
Riad intenta celebrar los avances de sus ciudadanas sin romper las cadenas legales que las atan
De todos los lugares del mundo donde uno espera ver aclamados los logros de la mujer, Arabia Saud¨ª es el m¨¢s improbable. Y sin embargo, Arab News destaca este viernes en su p¨¢gina 3 la celebraci¨®n del primer d¨ªa de las mujeres saud¨ªes que, para m¨¢s empaque, abarca no una sino tres jornadas. Desde el mi¨¦rcoles, da cuenta el diario, el Centro Cultural Rey Fahd realiza diversas actividades orientadas en exclusiva a las f¨¦minas, incluida una opereta.
Ah¨ª, en ese ¡°en exclusiva¡±, est¨¢ parte del problema. Mientras el Reino del Desierto se empe?e en mantener la segregaci¨®n de sexos que imponen las interpretaciones m¨¢s rancias del islam y los usos sociales, hay pocas esperanzas de que logre impulsar el potencial humano y econ¨®mico que requiere el proyecto de desarrollo Vision 2030.
Llama tambi¨¦n la atenci¨®n que el portavoz del evento sea un hombre. ¡°Queremos celebrar a la mujer saud¨ª y su ejemplar desempe?o, y recordar a la gente sus ¨¦xitos en educaci¨®n, cultura, medicina, literatura y otras ¨¢reas¡±, declara al rotativo Mohammed al Saif, supervisor general del centro.
Y sin duda resulta muy meritorio que en un pa¨ªs en el que las mujeres son consideradas de por vida menores de edad ya que requieren el permiso de un tutor var¨®n para matricularse en la universidad, trabajar, casarse o sacarse un pasaporte, hayan logrado ser empresarias (aunque requieren dar un poder a un hombre para que lidie con los permisos pertinentes en la administraci¨®n), periodistas (aunque tengan que entrar en la redacci¨®n por una puerta distinta a la de sus compa?eros), abogadas (aunque la judicatura les est¨¢ vetada), diplom¨¢ticas (aunque falta el paso de que nombren a la primera embajadora), dependientas (aunque algunos fundamentalistas se niegan a que les atiendan), o incluso actrices y directoras de cine (aunque las salas de proyecciones est¨¢n prohibidas).
Aun as¨ª, parece que todos esos logros no les permiten ocuparse de organizar sus propias jornadas de acuerdo con sus intereses e inquietudes. La informaci¨®n no menciona a ninguna organizadora. Eso s¨ª, junto a los mercadillos y exhibici¨®n de obras de mujeres artistas, se menciona la participaci¨®n en los debates de varias princesas que defienden el derecho de la mujer a conducir o a hacer deporte. Ahora bien, como ha destacado la investigadora saud¨ª Hala al Dosari, las mujeres de las familias reales de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga son m¨¢s defensoras del statu quo que verdaderos agentes de cambio.
Y no es necesario recurrir a la (denostada) cr¨ªtica occidental para poner de relieve lo vergonzoso (y costoso) de la situaci¨®n. ¡°Sin un hombre, una mujer en Arabia Saud¨ª no puede ir sola al supermercado¡±, escribe este mismo viernes el columnista saud¨ª Ali al Mousa, quien recuerda que ¡°m¨¢s mujeres que hombres saud¨ªes padecen depresi¨®n y que una de cada tres [saud¨ªes] casadas toma antidepresivos¡±. Menciona tambi¨¦n el problema de la obesidad debido a que las ¡°tradiciones sociales¡± impiden que salgan de casa.
Que no puedan conducir, o que tengan que taparse el pelo, es el menor de los males de las saud¨ªes. La gravedad de su situaci¨®n es tal que, seg¨²n Al Mousa, ¡°algunas mujeres no conocen los barrios donde llevan a?os viviendo ni siquiera el nombre de las calles¡±.
Con esas perspectivas vitales, no sorprende que, como contaba el diario Al Riyadh del pasado domingo, haya aumentado de forma considerable el n¨²mero de chicas j¨®venes que se fugan del domicilio paterno o conyugal. ¡°Este aumento representa un peligro real que hay que estudiar y abordar antes que se convierta en un fen¨®meno generalizado¡±, se?alaba la publicaci¨®n que cita, entre las causas, la marginaci¨®n de las chicas en la sociedad saud¨ª que no les da ning¨²n valor. No hace falta recibir un golpe para ser v¨ªctima de la violencia.
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