Donald Trump afirma que se impondr¨¢ a la justicia en el veto migratorio
El presidente llama "supuesto juez" al magistrado que ha suspendido el veto migratorio y tacha la decisi¨®n de "rid¨ªcula". Los aeropuertos vuelven a la normalidad
El cierre de las fronteras de Estados Unidos para los ciudadanos de siete pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana dictado por la Casa Blanca hace nueve d¨ªas ha provocado, primero, estupor mundial, despu¨¦s protestas masivas en los aeropuertos, luego acciones judiciales y, finalmente, un conflicto institucional con un tono bronco inaudito en Estados Unidos. La ¨²ltima expresi¨®n de ese conflicto fue el ataque, v¨ªa Twitter, que lanz¨® este s¨¢bado el presidente Donald Trump contra el juez federal que la v¨ªspera paraliz¨® cautelarmente el veto migratorio.
En Twitter, el presidente Donald Trump escribi¨®: ¡°?La opini¨®n de este pseudojuez, que b¨¢sicamente le quita a nuestro pa¨ªs la capacidad de aplicar las leyes, es rid¨ªcula y ser¨¢ revertida!¡±. Y tambi¨¦n: ¡°Cuando un pa¨ªs no puede decir qui¨¦n puede y qui¨¦n no entrar y salir, especialmente por razones de seguridad, ?gran problema!¡±.
El juez federal del Estado de Washington James Robart (nombrado por George W. Bush) orden¨® el viernes por la tarde como medida cautelar la suspensi¨®n completa de la ejecuci¨®n de la orden del presidente en todo el territorio de EE UU, con un lenguaje que no dejaba margen alguno a la interpretaci¨®n. El juez apel¨® al ¡°da?o irreparable¡± que el veto supone para los demandantes.
Los efectos fueron inmediatos. El Departamento de Estado anunci¨® que los visados volv¨ªan a ser v¨¢lidos. Interior dio orden de dejar de aplicar las nuevas normas. Las aerol¨ªneas, que estaban rechazando en origen a cualquier ciudadano de estos pa¨ªses por la inseguridad jur¨ªdica respecto a sus visados, comenzaron a admitir a estos pasajeros.
When a country is no longer able to say who can, and who cannot , come in & out, especially for reasons of safety &.security - big trouble!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 4, 2017
El s¨¢bado por la ma?ana, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, el Ministerio del Interior) public¨® una nota en la que anunciaba un recurso judicial contra la decisi¨®n ¡°lo antes posible¡±. El juez ha citado a las partes el lunes. Si se mantiene la suspensi¨®n, el Gobierno puede recurrir ante el Tribunal de Apelaciones de la costa oeste, con sede en San Francisco, y despu¨¦s ante el Supremo, en Washington.
La cronolog¨ªa de los hechos es la siguiente. El viernes 27, Donald Trump dict¨® una orden ejecutiva (un decreto) en la que suspend¨ªa durante 90 d¨ªas todos los visados de siete pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana (Ir¨¢n, Irak, Siria, Somalia, Sud¨¢n, Libia y Yemen) y paralizaba la entrada de refugiados durante 120 d¨ªas, y de manera indefinida en el caso de los sirios. La orden dejaba un amplio margen de discrecionalidad en su aplicaci¨®n.
The opinion of this so-called judge, which essentially takes law-enforcement away from our country, is ridiculous and will be overturned!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 4, 2017
La polic¨ªa de aduanas (CBP) empez¨® inmediatamente a rechazar en los aeropuertos a todos los ciudadanos de esos pa¨ªses, incluidos algunos con residencia permanente en EE UU. Gente que esperaba a sus familiares en los aeropuertos se qued¨®, literalmente, mirando la puerta de salida de la terminal y sin respuesta.
Abogados de organizaciones de derechos civiles acudieron a los principales aeropuertos a ayudar a esas familias. Un juez de Virginia dict¨® una primera medida cautelar para suspender la aplicaci¨®n de la orden pero, seg¨²n los abogados, fue ignorada por los agentes de aduanas, dependientes del Departamento de Seguridad Nacional, provocando la sensaci¨®n de discrecionalidad e inseguridad jur¨ªdica. El secretismo del DHS sobre la situaci¨®n en los aeropuertos ha sido casi absoluto. Solo a trav¨¦s de demandas judiciales se pudo conocer que al menos 60.000 personas se han visto afectadas en esta semana.
Finalmente, el Estado de Washington (al que se sum¨® el de Minnesota) present¨® el lunes pasado ante un juez federal de Seattle una nueva demanda. Robart la resolvi¨® el viernes y sufri¨® tras ello un dur¨ªsimo ataque personal de Trump.
Erosi¨®n del debate c¨ªvico
No es raro que un juez de rango federal detenga una orden del Ejecutivo. La gran promesa del presidente Barack Obama a los inmigrantes irregulares, por ejemplo, fue destruida por un juez federal de Texas. Pero el s¨¢bado, Trump elev¨® el conflicto entre instituciones a un nuevo nivel de incivilidad. En Twitter acus¨® a ¡°este pseudojuez¡± de arrebatarle la capacidad de dictar leyes, lo que considera ¡°rid¨ªculo¡± y ser¨¢ ¡°anulado¡±. Trump parece entender que la pol¨ªtica de inmigraci¨®n de Estados Unidos consiste solo en lo que ¨¦l diga, independientemente de las leyes y la Constituci¨®n.
El choque entre instituciones es intr¨ªnseco a la vida pol¨ªtica de EE UU, donde la Casa Blanca, las C¨¢maras legislativas, la judicatura, el Gobierno federal, los Estados y los municipios defienden ferozmente sus ¨¢reas de poder, todos contra todos. Lo inaudito es, primero, la agresividad con la que la Casa Blanca ha dictado y ordenado la ejecuci¨®n de una orden que afecta a la esencia misma del pa¨ªs, como la pol¨ªtica de inmigraci¨®n. Segundo, que se hiciera sin consultar ni buscar la opini¨®n de nadie fuera del Despacho Oval. Tercero, la falta de transparencia respecto a su aplicaci¨®n. Y por ¨²ltimo, el tono con que el hombre de negocios reconvertido en pol¨ªtico se refiere al juez que le ha llevado la contraria despu¨¦s de una semana de caos.
We must keep "evil" out of our country!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 3, 2017
Trump, un hombre que ha demostrado poca tolerancia a las cr¨ªticas, que considera a la prensa ¡°la oposici¨®n¡± y tiene un umbral de autocontrol histri¨®nico sorprendentemente bajo, es desde hace dos semanas el hombre m¨¢s poderoso del mundo. Pero el que pierde los nervios en Twitter cada pocos d¨ªas ya no es Donald Trump, es el presidente de EE UU. La consecuencia est¨¢ siendo una erosi¨®n del debate c¨ªvico y del respeto institucional, hacia y desde la Casa Blanca, que el pa¨ªs no conoc¨ªa desde los tiempos de Richard Nixon. El despido fulminante de la fiscal general en funciones, por negarse a defender en los tribunales la orden migratoria, provoc¨® varias comparaciones con la dimisi¨®n de dos fiscales generales de Nixon por negarse a cumplir sus ¨®rdenes.
Un decreto que causa un ¡°da?o irreparable¡±
El fallo del juez James Robart de Seattle suspendi¨® el viernes la aplicaci¨®n en todo el pa¨ªs de la orden de la Casa Blanca por el ¡°da?o irreparable¡± que produce, seg¨²n los demandantes, a residentes permanentes. El fallo contiene, adem¨¢s, un p¨¢rrafo de conclusi¨®n con gran contenido pedag¨®gico para entender lo que est¨¢ pasando. El juzgado, dice, ¡°es una de las tres ramas del Gobierno¡± iguales en su autoridad, en referencia al Ejecutivo, Legislativo y Judicial. ¡°No es trabajo de esta Corte hacer pol¨ªtica ni juzgar lo acertado de ninguna pol¨ªtica en particular promovida por las otras dos ramas (¡). El trabajo del Poder Judicial, y de esta Corte, se limita a asegurarse de que las acciones de las otras dos ramas se ajustan a nuestras leyes y, m¨¢s importante, a nuestra Constituci¨®n¡±.
El juez Robart asegura que es ¡°consciente del impacto¡± que la decisi¨®n tiene en las partes implicadas en el conflicto y en la ciudadan¨ªa. Pero ¡°las circunstancias presentadas hoy son tales que (la Corte) debe intervenir para cumplir su papel constitucional en nuestro Gobierno tripartito¡±, destaca.
En la tarde del s¨¢bado, no se sabe si despu¨¦s de leer el fallo, Donald Trump volvi¨® a tuitear: "?En qu¨¦ se est¨¢ convirtiendo nuestro pa¨ªs cuando un juez puede detener una prohibici¨®n de viajar de Seguridad Nacional y cualquiera, incluso con malas intenciones, puede entrar en Estados Unidos?".
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