M¨¦xico: 100 a?os de Constituci¨®n
Hoy la vigencia del propio consenso democr¨¢tico est¨¢ en riesgo por el extendido malestar social
El 5 de febrero de 1917 se promulg¨® la Constituci¨®n Pol¨ªtica de los Estados Unidos Mexicanos. Ese documento, hoy vigente, fue la respuesta y la salida a la Revoluci¨®n Mexicana que iniciara en 1910, considerada la primera revoluci¨®n social del siglo XX. De ese movimiento surgi¨®, tambi¨¦n, la primera Constituci¨®n nacional que incorpor¨® de forma expresa, adem¨¢s de derechos individuales, a los derechos sociales. Entre los segundos destaca el derecho al trabajo, incluyendo el salario m¨ªnimo (que ¡°deber¨¢ ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural y para proveer la educaci¨®n obligatoria de sus hijos¡±), la participaci¨®n de los trabajadores en el reparto de utilidades de las empresas, as¨ª como la libre organizaci¨®n de trabajadores y patrones y el derecho a huelga.
La Constituci¨®n de 1917 fue un texto de vanguardia en otros temas en los que a¨²n se debaten las sociedades contempor¨¢neas, como la libertad de creencias, la separaci¨®n de religi¨®n y pol¨ªtica y la definici¨®n de la educaci¨®n laica. Tengo ante mi una edici¨®n facsimilar del texto de los constituyentes de 1917. Su art¨ªculo tercero se?ala que el modelo de educaci¨®n que imparta el Estado ¡°se mantendr¨¢ por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso cient¨ªfico, luchar¨¢ contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios¡±.
Con su Constituci¨®n de 1917, heredera de la obra de los liberales decimon¨®nicos (¡°los esclavos del extranjero que entren en territorio nacional alcanzar¨¢n, por ese solo hecho, su libertad y protecci¨®n de las leyes¡± dice la carta magna desde 1857), M¨¦xico se concibi¨® como una rep¨²blica federal y democr¨¢tica, donde todo poder p¨²blico dimana del pueblo.
Mucha agua ha corrido bajo el puente en estos cien a?os. La propia Constituci¨®n mexicana ha sido modificada decenas de veces en temas fundamentales para el modelo de Estado y desarrollo: por ejemplo la liberalizaci¨®n al mercado de la propiedad comunal de la tierra (en 1992) o el fin al monopolio p¨²blico en la extracci¨®n de petr¨®leo (2014). En materia de garant¨ªas, un importante cambio (2011) introdujo la preeminencia de los derechos humanos definidos en la carta magna y en los tratados internacionales, por citar cambios capitales.
Las transformaciones pol¨ªticas m¨¢s profundas que ha vivido M¨¦xico, parad¨®jicamente, m¨¢s que ser propiciadas por reformas a la Constituci¨®n de 1917 han consistido en hacerla valer. Es el caso de la divisi¨®n de poderes y del federalismo, plasmados en el texto original, pero que el r¨¦gimen pol¨ªtico de partido hegem¨®nico y fuerte presidencialismo volvieron letra muerta. Fue a trav¨¦s de la transici¨®n que hizo efectivo el respeto al voto, la edificaci¨®n de un sistema plural de partidos, la expresi¨®n de la pluralidad pol¨ªtica en el Congreso y la alternancia en la Presidencia, como M¨¦xico alcanz¨® el estatus democr¨¢tico hacia el fin del siglo XX.
Sin embargo, el mayor contraste entre lo que quisieron los constituyentes de 1917 y la realidad de 2017 se da en el terreno social, a pesar de ser una Constituci¨®n pionera en derechos sociales. Hoy la vigencia del propio consenso democr¨¢tico est¨¢ en riesgo por el extendido malestar social.
En M¨¦xico seis de cada 10 de trabajadores laboran en la informalidad, sin ninguna de las prestaciones al trabajo que la ley establece. El salario m¨ªnimo, que reciben 7,8 millones de personas, se sit¨²a en menos de cuatro d¨®lares al d¨ªa, lo que hace que una familia promedio que disponga de un salario m¨ªnimo se encuentre en una situaci¨®n de pobreza extrema, lejos de la posibilidad de satisfacer las necesidades b¨¢sicas que mandata el texto constitucional.
Con un trabajo tan precario, no es de sorprender que 46% de los mexicanos (55 millones de habitantes) sean pobres. Tampoco se ha revertido la desigualdad, pues el uno por ciento m¨¢s rico de la poblaci¨®n concentra 21% del ingreso nacional.
El acceso de la poblaci¨®n a derechos b¨¢sicos como salud y educaci¨®n ¨Ctambi¨¦n reconocidos constitucionalmente- dejan mucho qu¨¦ desear. M¨¢s de veinte millones de personas no tienen cobertura de servicios de salud y una quinta parte de los ciudadanos tiene rezago educativo al no culminar la educaci¨®n obligatoria.
Los constituyentes de 1917 imaginaron un pa¨ªs de derechos, sin exclusiones ni abusos. Un siglo despu¨¦s, el mayor d¨¦ficit de M¨¦xico sigue siendo la pobreza material de millones y la abismal desigualdad. Si una Constituci¨®n es un pacto pol¨ªtico y social por excelencia, la viabilidad de M¨¦xico como naci¨®n, en una era marcada por la adversidad externa, depender¨¢ de la capacidad de generar, al fin, cohesi¨®n social interna. Ese es el reto may¨²sculo para la actual generaci¨®n de mexicanos
Ciro Murayama es economista y Consejero electoral del Instituto Nacional Electoral de M¨¦xico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.