Instituciones a prueba
Ojal¨¢ que Roberto Prieto responda a las autoridades y le devuelvan a Santos al menos la presunci¨®n de inocencia
Las instituciones en Colombia deben recuperar su legitimidad en la aplicaci¨®n de la justicia para impedir la pol¨ªtica de tierra arrasada que se puede imponer por cuenta de quienes como Gustavo Petro tan favorecido en las encuestas y otros tantos, se declaran los impolutos del r¨¦gimen.
La prueba de fuego es el tsunami pol¨ªtico a partir de la trama de corrupci¨®n que develada en el caso Odebrecht termin¨® por ensuciar la campa?a Santos presidente 2014 por cuenta de las declaraciones principalmente del ex senador Otto Bula, quien es, ¨®igase bien, no solo cercano a la oficina de Envigado sino un gran contratista de la Ruta del Sol, y quien dijo haberle entregado a Roberto Prieto, gerente de la campa?a, 900 mil d¨®lares, a trav¨¦s de un amigo de nombre Andr¨¦s Giraldo, previo pago de una comisi¨®n del 10 por ciento y 200 millones de pesos para ¨¦l.
Creo en la honorabilidad de Juan Manuel Santos y su incapacidad para untarse las de manos corrupci¨®n. Por eso preocupa que su gobernabilidad se vea reducida en el momento en que el pa¨ªs m¨¢s la necesita por cuenta de la declaraci¨®n que puso r¨¢pidamente a la oposici¨®n en Colombia y a muchos sectores ciudadanos a dudar de la honestidad del Nobel de Paz e incluso sin mayor reflexi¨®n, a candidatos de todas las vertientes, a condenarlo pidiendo su renuncia.
Se olvidan que su vigencia est¨¢ amarrada a los dineros que gira el Estado y que muchos se roban de la salud y la educaci¨®n en sus propias regiones y que ya empez¨® a ser penalizada con las capturas de mandatarios como los del departamento de la Guajira.
Irresponsabilidad enorme de quienes pretenden hacer pol¨ªtica con las instituciones en medio de la cat¨¢strofe sin dejar a la justicia actuar cuando por fin est¨¢ mostrando su capacidad, no solo en Colombia sino en muchos pa¨ªses donde adem¨¢s se demuestra que la cooperaci¨®n internacional puede y debe jugar un papel determinante.
Es comprensible, por otro lado, que Claudia L¨®pez desde los Verdes y Jorge Robledo en el Polo prefieran declarar la corrupci¨®n en todo el sistema como el c¨¢ncer que todo lo carcome porque no deja de ser cierto, como lo plantea la directora del portal La Silla Vac¨ªa, Juanita Le¨®n, que la defensa de las instituciones muchas veces se ha utilizado como f¨®rmula para mantener el status quo y que nada se sepa.
"Hag¨¢monos pasito", es el t¨¦rmino acu?ado en Colombia entre las clases pol¨ªticas, empresarios privados y medios de comunicaci¨®n cuando empiezan a destecharse las carpas de las fiestas electorales.
Es claro que la declaraci¨®n del exsenador, y la menci¨®n tambi¨¦n del nombre de Roberto Prieto por parte de otro de los involucrados en la recepci¨®n de dineros de Odebrecht como el viceministro Gabriel Garcia no son suficiente prueba por si solas pero s¨ª lo es el hecho de que la plata en cuesti¨®n fue monetizada en Colombia. Y se hizo a trav¨¦s de una compa?¨ªa china de textiles, que luego export¨® las preciadas telas, las vendi¨® y las convirti¨® en billetes efectivos para entregarlos a un destinatario que o bien se la rob¨® o no la recibi¨® y entonces habr¨¢ que determinar en qu¨¦ bolsillos se encuentran.
Muchos elementos tienen ahora las autoridades para actuar y poner tras las rejas a los culpables y devolver aunque parezca tarea imposible, la honra a quienes han sido salpicados dentro del proceso judicial o por el af¨¢n medi¨¢tico de ir adelante en la informaci¨®n y envueltos en el mundo de las Fake News o de los trolles humanos al servicio de intereses pol¨ªticos en las redes, en un c¨ªrculo diab¨®lico, que solo puede terminar por erosionar nuestra propia capacidad para poner el foco en la nuez del asunto.
Recientemente el comunicado de la fiscal¨ªa colombiana dej¨® planteado elementos que bien merecen una segunda lectura como por ejemplo que el contrato que aparece entre Otto Bula y Odebrecht en 2013 fue creado en 2016 y fechado tres a?os antes para borrar los pasos. Y sin embargo hay otras cosas que no se pueden borrar, como los chats y llamadas que entran y salen de los m¨®viles y hoy son prueba reina en las investigaciones.
O los delitos asociados a la violaci¨®n de topes electorales en el caso del Centro Democr¨¢tico y sus tambi¨¦n intocables. Es mejor dejar actuar al fiscal Nestor Humberto Mart¨ªnez que sabe bien que se juega su credibilidad en este proceso. Y a Santos terminar con la gesti¨®n m¨¢s importante de los ¨²ltimos 50 a?os y es el desarme final de la guerrilla hoy, contra viento y marea, concentrada en las zonas veredales llenas de guerrilleras embarazadas en lo que ya se conoce como el Baby boom de la paz.
Que el fiscal lanz¨® una bomba contra la paz y el gobierno al que pertenece el candidato de sus preferencias en una elaborada estrategia para favorecer a Vargas Lleras. No lo creo. No creo que Nestor Humberto Mart¨ªnez le dispar¨¦ en el pie al vicepresidente de Santos y tampoco que haya comunicado de una situaci¨®n sin previamente haberle informado al Presidente de la Rep¨²blica. O entonces qu¨¦ temas trataron en las reuniones previas a la noticia? Ambos saben que los candidatos se disparan solos. No hay que ayudarles.
Lo que s¨ª es una realidad es que lo ocurrido afect¨® la imagen del presidente y su nombre apareci¨® en los peri¨®dicos del mundo ya no como el Nobel sino como otro presidente salpicado. ?Era evitable? Ojal¨¢ que Roberto Prieto responda a las autoridades y le devuelvan a Santos al menos la presunci¨®n de inocencia.
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