Los cardenales reformistas cierran filas en torno al Papa ante la ofensiva conservadora
La reciente campa?a ultraconservadora lleva a los purpurados a manifestarse p¨²blicamente
Desde hace dos semanas, usando palabras de Benedicto XVI en su despedida, las aguas bajan algo agitadas en el Vaticano. A las ya conocidas resistencias de algunos sectores de la curia a los aires de cambio llegados con el papa Francisco, se han a?adido dos acontecimientos recientes: la guerra a plena luz del d¨ªa con el gran Maestro de la Orden de Malta, que termin¨® destituido por el propio Pont¨ªfice, y la aparici¨®n de diversos carteles en contra de las medidas aperturistas de Francisco pegados en las paredes de algunas calles de Roma. Pero la confirmaci¨®n de ese malestar ha llegado en un gesto poco habitual del grupo de cardenales m¨¢s cercanos al Papa, que le han manifestado su apoyo p¨²blico en respuesta a ¡°los ¨²ltimos acontecimientos¡±. Un comunicado que, por la obviedad que expresa y las habituales reservas en airear asuntos internos, resulta revelador.
El llamado C9, el grupo de cardenales a quienes el Pont¨ªfice ha encargado el estudio y dise?o de las reformas de la Iglesia, se ha reunido por decimoctava ocasi¨®n esta semana. Dichos encuentros se han producido desde 2013 sin que hayan trascendido grandes anuncios todav¨ªa, excepto la importante creaci¨®n de la comisi¨®n para la defensa de los menores. Sin embargo, al comienzo de la reuni¨®n del lunes, el grupo de cardenales se aventur¨® con un brev¨ªsimo escrito. ¡°En relaci¨®n a los recientes acontecimientos, el Consejo de cardenales expresa pleno apoyo al Papa, asegurando al mismo tiempo adhesi¨®n y sostenimiento pleno a su persona y a su magisterio¡±.
?A qu¨¦ acontecimientos se refieren los cardenales del C9? Uno sus integrantes, monse?or Reinhard Marx, esboz¨® este martes una respuesta a preguntas de la prensa. ¡°Ustedes saben qu¨¦ acontecimientos... Era el tiempo de repetir que le apoyamos. No hemos querido hacer un drama de esto. Tenemos discusiones en la Iglesia, pero la lealtad al Papa es consustancial a la fe cat¨®lica. Lo que quer¨ªamos decir est¨¢ en el comunicado¡±.
El alem¨¢n Marx, adem¨¢s de muy cercano a Francisco, ha sido uno de los cardenales que ha defendido p¨²blicamente Amoris Laetitia, la aperturista exhortaci¨®n apost¨®lica con la que el Papa ped¨ªa actuar en conciencia, estudiando cada caso y no solo aplicando leyes a la hora de dar los sacramentos, incluso a personas divorciadas, se deduc¨ªa. ¡°Es mezquino detenerse solo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general. A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas, sino el lugar de la misericordia del Se?or¡±, se?al¨® Francisco en su momento.
Una exhortaci¨®n hecha p¨²blica en abril de 2016 y que se encuentra en el origen de muchas de las cr¨ªticas recibidas desde el sector m¨¢s conservador, personificado ¡ªpuede que incluso, en ocasiones, sobredimensionado¡ª en la figura del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke. El purpurado fue tambi¨¦n quien en septiembre, junto a otros cuatro cardenales, escribi¨® p¨²blicamente al Papa expresando sus dudas sobre Amoris Laetitia y exigiendo que las despejase o proceder¨ªa a corregirle. Desde entonces, cada vez que las aguas se enturbian, algunos miran hacia ¨¦l.
Raymond Burke y la Soberana Orden de Malta
El cardenal estadounidense Raymond Burke es tambi¨¦n patr¨®n de la Soberana Orden Militar de Malta. Una organizaci¨®n cuyo origen se remonta al a?o 1048 y que est¨¢ formada por laicos de familias nobles dedicados a labores humanitarias y cuyo Gran Maestro, Matthew Festing, se vio envuelto en una guerra con Francisco que termin¨® con su dimisi¨®n, impuesta por el Pont¨ªfice.
Un nuevo escenario, al final, de la lucha entre los tradicionalistas y el aperturismo del Papa. El conflicto, justamente, parti¨® de una decisi¨®n que tom¨® el purpurado estadounidense ¡ªal menos consinti¨®¡ª en la destituci¨®n del Gran Canciller Albrecht Freiherr von Boeselager, acusado de permitir la distribuci¨®n de preservativos en ?frica y Asia por parte de una ONG que colaboraba con la Orden. El Papa decidi¨® nombrar a una comisi¨®n que investigase lo sucedido, pero la Orden, representada por su Gran Maestro, reivindic¨® su soberan¨ªa y se neg¨®. Al final Festing y Burke perder¨¢n poder al convivir con un delegado del Papa.
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