La boda de Vika y Andersson y la relectura de la Biblia en Noruega
Desde el 1 de febrero la Iglesia luterana del pa¨ªs escandinavo reconoce a las parejas del mismo sexo
"Fue el propio obispo el que me pregunt¨® hace dos a?os cu¨¢ndo me casaba". John-Erik Vika, un hombre orondo de 53 a?os, y su novio, Kjell-Jostein Andersson, de 47 a?os, se dar¨¢n el s¨ª quiero este s¨¢bado 18 de febrero en la parroquia de la peque?a localidad de Eindsvoll, al norte de Oslo. "Por fin somos aceptados ante la sociedad, ante la Iglesia y ante Dios", repite con una mirada profunda que se clava a trav¨¦s de sus gafas un Andersson abrumado por el revuelo que ha suscitado en Noruega su futuro enlace matrimonial. La Iglesia luterana de Noruega, una rama del protestantismo, aprob¨® en 2016 la uni¨®n de parejas gais tras a?os de tensas discusiones en el Parlamento, este a?o ha entrado por fin en vigor.
Vika y Andersson llevan invirtiendo en su relaci¨®n algo m¨¢s de 15 a?os. Y, pese a que podr¨ªan haber formalizado su uni¨®n por lo civil ¡ªNoruega aprob¨® el matrimonio gay en 1993¡ª, han preferido esperar para ser reconocidos como pareja ante Dios. En 2016, la Iglesia de Noruega ¡ªcasi cuatro millones de habitantes, de cinco que tiene el pa¨ªs, se considera cercano a la Iglesia luterana del pa¨ªs escandinavo¡ª acord¨® aceptar el matrimonio de las parejas del mismo sexo. S¨ª, el matrimonio, no la uni¨®n. "Hemos rele¨ªdo la Biblia una vez m¨¢s y hemos encontrado que es posible incluir a parejas del mismo sexo en el concepto del matrimonio", subraya sobre un manto de nieve que cubre las inmediaciones del Palacio Real Atle Sommerfeldt, obispo de Borg. ?l, adem¨¢s, ser¨¢ la autoridad que este s¨¢bado har¨¢ cumplir el sue?o de los Vika-Andersson. "Ha sido una larga batalla que de repente se ha terminado", dice Andersson.
"?Me siento muy orgulloso de oficiar el matrimonio de una pareja gay!", exclama el obispo, quien puntualiza la importancia de hacer ver a la sociedad que "el concepto de matrimonio es inclusivo y que la Iglesia est¨¢ incluy¨¦ndolo en su instituci¨®n", remarca con voz fuerte y firme. Noruega sigue as¨ª el ejemplo de Suecia y Dinamarca que aprobaron esta medida en 2009 y 2012 respectivamente.
La boda de Vika, alcalde de la localidad de Eindsvoll (25.000 habitantes), donde se celebra la uni¨®n, y su novio no es la primera de una pareja homosexual que celebra la Iglesia de Noruega. El pasado 1 de febrero, a las doce de la noche y un minuto, una pareja se daba el s¨ª quiero en otro templo regido por una mujer. Y dan las gracias: "Si hubi¨¦ramos sido nosotros habr¨ªa venido toda la prensa", r¨ªe Andersson que mira de reojo a John-Erik, que con este enlace ha ganado fama alrededor de todo el pa¨ªs. "Es m¨¢s f¨¢cil si representas un cargo p¨²blico, pero mucho m¨¢s dif¨ªcil mantener la privacidad", matiza el que un d¨ªa trabaj¨® como oficial de polic¨ªa de Inmigraci¨®n.
De su pasado, Vika escarba muy poco. Deja entrever que durante d¨¦cadas llev¨® su orientaci¨®n sexual en lo m¨¢s intimo de sus entra?as hasta que cumpli¨® los 36 a?os. "Simplemente no hablaba de eso", concede. Ahora, sin embargo, se casa por la Iglesia del pueblo que rige enfrente de 200 invitados.
Los contrayentes hacen un peque?o repaso por la historia social de Noruega y llegan a la conclusi¨®n de que es "una sociedad muy abierta". Est¨¢n "felices", explica Andersson, de que en 2017 hayan sido testigos de haber alcanzado este objetivo. "Algunos no estar¨¢n ah¨ª dentro de 50 a?os (...) cuando espero que toda Europa acepte el matrimonio homosexual", suspira. Y su novio a?ade lo que considera el ingrediente b¨¢sico para que las iglesias den el paso: "Hay que darles tiempo. Nos cost¨® muchos a?os. Pero aqu¨ª estamos", cierra.
Encontrar un pastor, "problema" de la Iglesia
Noruega ha dado un paso m¨¢s. A partir del pasado 1 de febrero, las parejas homosexuales podr¨¢n formalizar su relaci¨®n por la Iglesia. Pero no solo. Si el pastor u obispo de una determinada parroquia no quiere oficiar el enlace por las razones que sean, ser¨¢ la propia instituci¨®n la que deba buscar otro pastor, o pastora, que case a la pareja. "Todos los obispos hemos acordado esta medida", sostiene Atle Somerfieldt, m¨¢ximo representante de la Iglesia de Noruega en Borg, la di¨®cesis m¨¢s grande del pa¨ªs con medio mill¨®n de fieles.
La curia consensu¨®, pues, garantizar el matrimonio en el templo que eligieran las parejas independientemente de su orientaci¨®n sexual. Si no hay acuerdo, el matrimonio ser¨¢ organizado de una "manera administrativa" para encontrar a un pastor que quiera casar a la pareja homosexual. "Es un problema de la iglesia, no de la pareja", zanja el obispo de 65 a?os.
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