La segunda vida del bus escolar de Estados Unidos
Una vez que termina su vida ¨²til en EE UU y Canad¨¢, los veh¨ªculos se utilizan en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua como medio de transporte p¨²blico
Un ¨®mnibus recorre la ruta que conecta al departamento de Managua con el de Granada. Dentro, van m¨¢s de 60 personas apretujados con una temperatura superior a los 30 grados. El ch¨®fer se detiene cerca de una gasolinera para que otras 10 personas suban y dice: ¡°Avancen, que al fondo hay lugar¡±. El ayudante que anuncia las paradas recalca el pedido de su jefe a una mujer, que agarra de la mano a su hijo: ¡°Dale reina, hacete para atr¨¢s, que tengo un mont¨®n de gente en la puerta¡±. Nada de esto ser¨ªa anormal en el diario vivir de los nicarag¨¹enses, salvo por el hecho de que el veh¨ªculo que los transporta es un autob¨²s escolar que proviene de Estados Unidos.
Los buses, de color amarillo y negro, pueden medir hasta 12 metros de largo y son utilizados para transportar a los estudiantes de primaria y secundaria estadounidenses. Una vez que termina su vida ¨²til en EE UU y Canad¨¢, ya sea porque tienen un recorrido de 240.000 kil¨®metros o porque cumplieron 10 a?os de uso ¡ªseg¨²n dicta la ley en algunos Estados¡ª, deben ser retirados. Es en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua donde las m¨¢quinas obtienen su segunda vida como transporte p¨²blico.
Reynaldo Mej¨ªa es conductor de autob¨²s desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas y dice que son miles los veh¨ªculos de transporte p¨²blico que recorren las v¨ªas interdepartamentales. No tienen un tiempo de uso establecido, eso depende de "lo que le pueda sacar el due?o". "Es dado de baja por dos razones: porque choc¨® o porque se quebr¨® la carrocer¨ªa o el chasis, pero si el due?o ve que el bus tiene un problema, lo repara y sigue", a?ade el ch¨®fer.
Jos¨¦ Ram¨ªrez es hondure?o y se dedica a la importaci¨®n de estos omnibuses desde hace m¨¢s de 20 a?os. Dice que la marca Blue Bird es la mejor, seguida por las manufactureras Thomas y Carpenter. Unas tres veces al a?o, este empresario manda a cuatro de sus empleados a recoger los autobuses que compr¨® en l¨ªnea. Los ch¨®feres retornan manejando a su pa¨ªs en un viaje de ocho d¨ªas, aproximadamente, desde Boston, pasando por M¨¦xico y Guatemala. Les paga 900 d¨®lares por viaje, adem¨¢s del pasaje en avi¨®n y los gastos para la alimentaci¨®n. "Yo ya no lo hago, es muy peligroso por el riesgo de secuestro y extorsi¨®n. Mi gente viaja en caravana para evitar cualquier ataque".
Cuando Ram¨ªrez compra los autobuses, prefiere que sean de la Costa Este. De Estados como Massachusetts, Virginia, Georgia, Nueva York, entre otros, porque son m¨¢s baratos. "Est¨¢n maltrechos", afirma, debido a los inviernos duros y el derretimiento de hielo corrosivo. Por lote, cuestan en su origen de 4.000 a 10.000 d¨®lares. Los venden entre 18.000 y 20.000 d¨®lares, dependiendo del a?o y el estado del veh¨ªculo. Con un poco de suerte, se pueden encontrar veh¨ªculos de 2010, que son los m¨¢s nuevos disponibles en el mercado de segunda mano. "Son un poco m¨¢s caros, cuestan entre 20.000 y 22.000 d¨®lares", precisa.
Una vez en Centroam¨¦rica, reciben un mantenimiento y embellecimiento seg¨²n el gusto del cliente, cuenta Lucas Herrera, que tiene su negocio en la terminal Israel Lewites, en el suroeste de Managua, desde hace 15 a?os.Leandro Potosme es tapicero desde hace 18. En su taller modifican los asientos. Donde caben dos escolares, pueden entrar tres adultos bien apretados despu¨¦s del cambio. As¨ª pueden ir tres pasajeros sentados en una fila del ¨®mnibus y dos del otro lado.
Los autobuses escolares no terminan su transformaci¨®n hasta que reciben una se?a de identidad elegida por su propietario. La pintura amarilla de la carrocer¨ªa cambia por un color verde brillante, con tonos rojo y azul. Algunos eligen llamas de fuego a los costados. La modificaci¨®n puede costar alrededor de 1.500 d¨®lares. Los veh¨ªculos reciben el toque final al ser rebautizados ¡ªJunior, Evelyn o El Humilde¡ª y reemplazando al nombre del distrito de donde provienen. Algunos due?os optan por frases religiosas como "En Dios conf¨ªo". Es una petici¨®n para que proteja al ch¨®fer y a los pasajeros los pr¨®ximos 10 a?os de este autob¨²s en su nueva vida.
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