Lisboa declara la guerra a los meones con ¡®paredes vengativas¡¯

A la gente se le deja votar y resulta que no quiere una estatua o cambiar el nombre de su calle sino, sencillamente, m¨¢s limpieza. Esto es lo que ha ocurrido con los presupuestos participativos de varios barrios de Lisboa. Puestos a elegir en qu¨¦ quer¨ªan gastarse el dinero, los vecinos han dicho que en eliminar los orines en pasadizos, callejones, rincones y plazas de su barrio, que amanecen con un insoportable olor a ri?ones.

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No volver¨¢s a orinar en los espacios p¨²blicos

Un l¨ªquido repelente salpicar¨¢ a quien orine en la calle en Sanfermines

Hay multas, c¨®mo no, para el hombre que orina en la calle, incluso para el perro que defeca, aunque no viceversa, hay multas para quien escupe y para quien lanza basura por los balcones, pero la noche es oscura y la vigilancia insuficiente.

El remedio ha llegado gracias a la ciencia: una pintura hidrof¨®bica que aplicada sobre las paredes tiene la singularidad de repeler cualquier l¨ªquido que se lance contra ella. La pintura ya se aplicaba con ¨¦xito en ciudades como Hamburgo y San Francisco, y, desde hace unos meses, comienza a extenderse por Lisboa.

Los vecinos del c¨¦ntrico Cais de Sodr¨¦, una de las zonas de moda en la noche lisboeta, no tuvieron duda en votar para que el ayuntamiento destinara parte de su presupuesto a proteger con esa pintura sus callejones m¨¢s degradados por los meones nocturnos. Al principio, el precio del invento fue un obst¨¢culo, pues el fabricante norteamericano que la distribu¨ªa cobraba 200 euros por litro, pero finalmente una empresa portuguesa de Samora Correia, lo fabrica por la d¨¦cima parte, lo que hace muy tentador su uso, ya que, adem¨¢s, sus propiedades se mantienen durante dos a?os.

La pintura antimeones es transparente y basta rociarla sobre la pared perjudicada. Cuando un l¨ªquido, en este caso la orina, choca contra la zona impregnada, repele el l¨ªquido y cae sobre los zapatos del me¨®n; al no impregnar la orina en la pared, tampoco esta se queda con su desagradable olor.

Despu¨¦s de la experiencia en Cais de Sodr¨¦ y en el barrio de la Miseric¨®rdia, los vecinos de Benfica y Pe?a de Francia han sido los siguientes en aprobar esta efectiva campa?a contra los orines callejeros. El ayuntamiento, que no quiere que le pasen facturas de tintorer¨ªa, advierte con carteles muy gr¨¢ficos que en esa pared no est¨¢ permitido orinar. ¡°Pared vengativa¡±, la llaman. Luego, cada cual, que asuma las consecuencias de sus actos.