Cuando el Gobierno de tu pa¨ªs cree que el papel de las mujeres es ser madre
En la actualidad, solo 81 de los 550 esca?os de la Gran Asamblea Nacional de Turqu¨ªa los ocupan f¨¦minas
Nuray Karaoglu es una directiva de ¨¦xito que ejemplifica ¡ªa la vez que lucha contra ellas¡ª las numerosas contradicciones de Turqu¨ªa: un pa¨ªs que se precia de haber dado al mundo la primera mujer piloto de combate de la historia (Sabiha G?k?en), de pertenecer al selecto y a¨²n reducido club de estados que han sido dirigidos por una mujer (Tansu ?iller), o de haber tenido mujeres al frente del Tribunal Constitucional (Tulay Tugcu) y de la principal patronal del pa¨ªs (Arzuhan Dogan Yal?indag, ?mit Boyner y Cansen Basaran Symes); pero, d¨®nde, al mismo tiempo una gran mayor¨ªa de mujeres se ven relegadas al ¨¢mbito dom¨¦stico, y cuyo presidente, el islamista Recep Tayyip Erdogan, afirma una y otra vez que el principal cometido de la mujer es ser madre y que aquellas que ¡°renuncian a la maternidad son personas a medias¡±.
Por ello, Karaoglu se uni¨® en 2004 a la Asociaci¨®n de Apoyo a las Mujeres Candidatas (KADER), cuyo cometido es promover la participaci¨®n femenina en la vida pol¨ªtica. ¡°Como mujer decid¨ª que ten¨ªa que ayudar a otras mujeres a luchar contra las situaciones de desigualdad a las que se enfrentan, y contribuir a la concienciaci¨®n de las mujeres¡±, explica en una entrevista con EL PA?S. Y es que, como explica en sus documentos esta organizaci¨®n fundada en 1997 ¡°es necesario para la democracia garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en los ¨®rganos que toman decisiones que competen a toda la sociedad¡±.
Turqu¨ªa, desde luego, parte de uno de los escalafones m¨¢s bajos en cuanto a representatividad: si tras las elecciones de 1935, las primeras en las que pudieron votar y participar las turcas, 18 mujeres fueron elegidas diputadas (el 4,5 % de todos los esca?os del hemiciclo), desde entonces la representaci¨®n femenina cay¨® por debajo de ese porcentaje, que no fue superado hasta 2007. Actualmente, 81 de los 550 esca?os de la Gran Asamblea Nacional est¨¢n ocupados por mujeres (el 14,7 %). ¡°Sigue siendo un n¨²mero insuficiente y est¨¢ por debajo de la media mundial. Del mismo modo, la participaci¨®n de la mujer en el mercado de trabajo de Turqu¨ªa (el 27 %) es inferior a la media global¡±, lamenta Karaoglu.
Tampoco en el Gobierno (s¨®lo una de 27 ministros es mujer) ni en los altos escalafones de la Administraci¨®n local o del Estado abunda la presencia femenina. Cuando se le pregunta por las razones, Karaoglu no duda a la hora de hilvanar una lista de importantes barreras. ¡°El patriarcado, que impone una visi¨®n masculina a la vida y dicta los roles; la barrera cultural y las tradiciones que ponen l¨ªmites a lo que puede hacer la mujer¡± explica. Tampoco ayuda que la mujer tenga menos ingresos que sus pares varones ¨C¡°lo que impide en ciertos casos contar con el capital suficiente para dar el paso a la pol¨ªtica¡±¡ª o el menor nivel educativo: ¡°Los estudios muestran que, a un mayor nivel de instrucci¨®n, mayor participaci¨®n en todo tipo de asociaciones y partidos pol¨ªticos¡±.
Alrededor del mundo
Desde las dificultades de las libanesas para conseguir el divorcio hasta la doble discriminaci¨®n de las mujeres negras en Brasil
Y ah¨ª se centra el trabajo de KADER. Adem¨¢s de las campa?as de concienciaci¨®n y presi¨®n que llevan a cabo antes de cualquier cita electoral para que aumente el n¨²mero de mujeres en las listas de los partidos, ofrece formaci¨®n gratuita ¡°a toda mujer que quiera dar el paso a la pol¨ªtica a nivel local o nacional¡±. Cada a?o, unas 250 futuras candidatas completan los cursos que tienen lugar en varias localidades del pa¨ªs y est¨¢n abiertos a mujeres de cualquier ideolog¨ªa, siempre y cuando defiendan la igualdad entre sexos. ¡°En los estatutos de KADER certificamos que nuestra organizaci¨®n es equidistante a las posiciones pol¨ªticas de cualquier mujer. Y en nuestras filas hay mujeres que se identifican con diferentes partidos de Turqu¨ªa¡±.
Es apenas una peque?a honda para derribar al Goliat de la desigualdad que parece custodiar las puertas de entrada a la pol¨ªtica turca. Pero que, poco a poco, va dando sus frutos.
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