Mujeres de todo el mundo se movilizan por el 8 de marzo

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Con el lema #YoParo #nosotrasparamos #womenstrike #8MParo o #mujeresenhuelga organizaciones de 50 pa¨ªses han programado estos paros y han convocado a manifestarse, con especial fuerza en Am¨¦rica Latina, un continente con graves problemas de violencia contra las mujeres y donde a ra¨ªz del movimiento Ni una menos, la lucha por la igualdad ha cobrado fuerza. "Paramos porque no se puede discriminar a la mitad de la humanidad y que no ocurra nada. Nos movilizamos porque no queremos ser invisibles, porque podemos salir a la calle y reivindicar nuestro papel en el mundo", reclama Gloria Garc¨ªa. Vestida de negro, como cientos de mujeres a su alrededor, esta funcionaria de 52 a?os (de 12 a 12.30) ha salido del trabajo y ha bajado a la calle en la Plaza de Cibeles de Madrid. All¨ª, durante media hora? se han concentrado cientos de mujeres, entre ellas la alcaldesa Manuela Carmena, y algunos hombres.

Junto a su compa?era Rosal¨ªa Ordov¨¢s, de 48 a?os, tambi¨¦n de luto, aunque animado con un brazalete de color morado (hist¨®rico s¨ªmbolo de la lucha feminista), tambi¨¦n participar¨¢ en la manifestaci¨®n de este 8 de marzo. El movimiento feminista quiere te?ir Espa?a de negro y violeta para reivindicar la igualdad de g¨¦nero. En Madrid hay convocada una marcha a las 19 horas en Cibeles. En Barcelona, a la misma hora en Plaza Universitat.?

Razones para salir a la calle no faltan. Ni usted ni yo ¡ªni nuestros hijos¡ª vef¨¢n un mundo en el que los hombres y las mujeres son iguales. Al ritmo actual faltan 169 a?os para alcanzar la igualdad econ¨®mica, seg¨²n los datos del Foro Econ¨®mico Mundial. Y en pleno 2017, una radiograf¨ªa de la situaci¨®n todav¨ªa muestra un mundo abrumadoramente desequilibrado; un planeta que discrimina a la mitad de sus habitantes y en el que ellas son mucho m¨¢s vulnerables. En el que cada 10 minutos una mujer es asesinada a manos de su pareja o expareja, donde una de cada tres ha sufrido una agresi¨®n sexual, ellas cobran menos que sus compa?eros varones por un trabajo de igual valor, y donde todav¨ªa hay pa¨ªses que impiden a las casadas tener un pasaporte propio.

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"Ya est¨¢ bien de bromas, del discurso del simulacro. Hay que concienciar del trabajo que hacen las mujeres. Hay que visibilizar qu¨¦ si paramos nosotras se para todo, parece que tenemos un papel subsidiario en la sociedad, pero somos la mitad del mundo. Sin nosotras esto no funciona. Es un hecho indiscutible", dice Laura Nu?o, directora de la C¨¢tedra de G¨¦nero de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

El 8 de marzo hay poco que celebrar y mucho por lo que luchar, Malgorzata Jonczy Adamska, psic¨®loga y pedagoga de origen polaco que vive en Noruega y que, como muchas de sus compa?eras, va a secundar el paro. ¡°Cada mujer y ni?a debe tener derecho a la educaci¨®n, a una vida sin violencia, acceso a anticonceptivos seguros y baratos y al aborto seguro¡±, insiste. Esta reclamaci¨®n, que deber¨ªa sonar a antigua no lo es. Sobre la mesa, la cifra de los asesinatos machistas, el indicativo m¨¢s extremo de la desigualdad de g¨¦nero. En Espa?a, 16 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de a?o. En Argentina asesinan a una mujer cada 30 horas. En Alemania, son m¨¢s de 300 los cr¨ªmenes machistas al a?o.

Y pese a que se han producido avances, todav¨ªa hay pa¨ªses que carecen de una legislaci¨®n espec¨ªfica sobre violencia contra la mujer. O que, como Rusia, han dado un paso atr¨¢s y han despenalizado parte de este tipo de agresiones; todo ello pese a que la violencia machista es all¨ª un grav¨ªsimo problema. ¡°Tenemos derecho a vivir tranquilas, sin preocuparnos por nuestra ropa ni nuestras costumbres, y me niego a aceptar ning¨²n tipo de maltrato machista¡±, reclama la activista rusa Tatiana Sukharev, una de las organizadoras de paro en su pa¨ªs.

El paro convocado no es algo in¨¦dito. Tiene su antecedente hist¨®rico en la Islandia de 1975, cuando las mujeres dejaron de trabajar, de llevar a los ni?os al colegio, de ir a la compra o hacer la comida. Ese viernes de octubre, el 90% de ellas salieron a la calle para manifestarse por la igualdad. El pa¨ªs se paraliz¨®. Por completo. Un d¨ªa hist¨®rico que hoy se conoce como el 'd¨ªa libre de las mujeres'. Y tuvo su efecto: en un pa¨ªs donde s¨®lo el 5% de los esca?os parlamentarios estaban ocupados por mujeres, cinco a?os despu¨¦s se eleg¨ªa a una presidenta.

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En Polonia, en 2016, se imit¨® la huelga de mujeres. Miles de polacas cesaron de trabajar y salieron a la calle contra la intenci¨®n del Gobierno de endurecer la ya de por s¨ª restrictiva ley del aborto. Vestidas de colores oscuros conmemoraron as¨ª, de luto, el Lunes negro. Y lograron que el Ejecutivo diese marcha atr¨¢s y no tocase la ley. Una semanas despu¨¦s fueron las mujeres en Argentina ¡ªy tambi¨¦n muchos hombres¡ª quienes se movilizaron en el Mi¨¦rcoles negro contra la violencia de g¨¦nero y su expresi¨®n m¨¢s extrema, los feminicidios. Su lema #NiUnaMenos se ha convertido en todo un s¨ªmbolo.

En pleno siglo XXI, las paquistan¨ªes casadas no pueden registrar un negocio sin permiso de su esposo. Tampoco las congole?as, que como las nigerinas adem¨¢s no pueden abrir una cuenta del banco sin la firma de su c¨®nyuge; la misma discriminaci¨®n que afrontaban las mujeres espa?olas durante el franquismo. En Afganist¨¢n, Malasia, Om¨¢n, Arabia Saud¨ª, Yemen y otros 12 pa¨ªses las mujeres no pueden salir del pa¨ªs sin permiso de sus maridos. En 32 pa¨ªses, las mujeres casadas ni siquiera pueden tener pasaporte propio (Mal¨ª, Jordania, Irak, entre otros). En Bolivia, Camer¨²n o Guinea existen leyes que marcan que las mujeres casadas necesitan el permiso de sus esposos para firmar un contrato de trabajo, seg¨²n el an¨¢lisis que hace de las legislaciones el Banco Mundial. En lugares como L¨ªbano no pueden traspasar su nacionalidad a los hijos.

La radiograf¨ªa suma y sigue. M¨¢s de 50 millones de ni?as no van al colegio en el mundo ¡ªla mayor¨ªa de ellas en pa¨ªses de ?frica, seg¨²n datos de Unicef¡ª, un derecho fundamental sin el que su futuro estar¨¢ gravemente limitado. Y aunque en algunos pa¨ªses el acceso ha mejorado y se est¨¢n derribando barreras, otros interponen duros escollos en ese camino hacia la igualdad. Como Sierra Leona o Guinea Ecuatorial, donde una ley proh¨ªbe a las chicas embarazadas ir al colegio por si ¡°contagian¡± a sus compa?eras. En ese ¨²ltimo pa¨ªs, incluso, obligan a las menores a someterse a un test de embarazo para poder matricularse. En otros Estados, estas barreras no son legales, pero las menores embarazadas son tan gravemente estigmatizadas que terminan por abandonar la escuela. Y la inmensa mayor¨ªa nunca vuelve.

Un doble castigo en un mundo en el que m¨¢s de 220 millones de mujeres en edad reproductiva y que conviven con sus parejas no tienen acceso a m¨¦todos contraceptivos modernos, pese a que no desean quedarse embarazadas, seg¨²n datos de la Agencia de la ONU para la Poblaci¨®n y Desarrollo (UNFPA). El aborto est¨¢ todav¨ªa prohibido en m¨¢s de una decena de pa¨ªses (cinco de ellos en Am¨¦rica Latina) y los ataques al derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad no s¨®lo no cesan, sino que se han recrudecido.

Los datos no enga?an. La pobreza se ceba con las mujeres.? Multitud de informes ¡ªcomo el ¨²ltimo del Instituto Europeo de Igualdad de G¨¦nero (EIGE)¡ª A nivel mundial, las mujeres s¨®lo ganan 77 c¨¦ntimos por cada d¨®lar que ganan los hombres por un trabajo de igual valor, seg¨²n datos de la ONU. Algo que es, seg¨²n apunta esta organizaci¨®n, la causa fundamental de desigualdad en t¨¦rminos de ingresos a lo largo de toda la vida. Tambi¨¦n de la brecha de las pensiones. La desigualdad, la discriminaci¨®n, pervive hasta el ¨²ltimo momento.