La protesta contra Mauricio Macri fractura a los sindicatos argentinos
La demora en poner fecha a una huelga general enfurece a los sectores m¨¢s radicales
La oposici¨®n sindical al presidente Mauricio Macri hace agua. Y no por falta de poder de movilizaci¨®n. El martes, decenas de miles de personas convocadas por las Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), que agrupa a los poderosos gremios peronistas, marcharon a las puertas del ministerio de Producci¨®n en Buenos Aires para repudiar la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. La postal de las calles ocupadas fue impactante, pero el mensaje final ambiguo. La decisi¨®n del triunvirato que lidera la CGT de anunciar una huelga de 24 horas sin fecha precisa no cay¨® bien en los grupos m¨¢s radicales. El acto termin¨® con los dirigentes huyendo entre piedras y botellas y con el palco ocupado por manifestantes que gritaban ¡°paro, paro¡± y ¡°traidores, traidores¡±. Para el gobierno de Macri la divisi¨®n sindical tiene una doble lectura: es una buena noticia no tener un frente unido que resista en las calles, pero es una mala que la CGT no est¨¦ en condiciones de amortiguar las demandas de los sectores m¨¢s beligerantes.
El gran debate del d¨ªa despu¨¦s de la movilizaci¨®n de la CGT fue determinar de donde hab¨ªan salido los belicosos. La primera reacci¨®n de los llamados ¡°gordos¡± de la Confederaci¨®n fue acusar a grupos kirchneristas decididos, seg¨²n su lectura, a entorpecer como sea su relaci¨®n con la gesti¨®n macrista. Pablo Moyano, del gremio de los Camioneros, fue claro: ¡°No nos van a correr 200 muchachos. Los kirchneristas se hacen los rambo y su gobierno fue el que m¨¢s precariz¨® el pa¨ªs. Ac¨¢ el que para el pa¨ªs es la CGT y el que pone la fecha del paro es la CGT¡±, dijo. Lo cierto es que la expresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner rompi¨® con el sindicalismo que depende del peronismo, su partido, al punto que Hugo Moyano, exl¨ªder de la central y padre de Pablo, hizo campa?a por Macri antes de las elecciones de 2015.
El Gobierno hizo propia la tesis de la supuesta responsabilidad del kirchnerismo. Durante un foro organizado por la revista brit¨¢nica The Economist, el jefe de Ministros, Marcos Pe?a, dijo que existen dentro del sindicalismo argentino sectores que "comparten una visi¨®n m¨¢s parecida a la de la ex presidente Cristina Kirchner", quien quiere ¡°que fracase el cambio". Esas diferencias, agreg¨®, se vieron exacerbadas por ¡°la tensi¨®n en un a?o electoral¡±, cuando faltan menos de siete meses para las legislativas de medio t¨¦rmino. Pero desde el kirchnerismo rechazaron cualquier responsabilidad en los incidentes. Si bien Fern¨¢ndez hab¨ªa pedido a su gente que se sumara a la manifestaci¨®n, su hijo M¨¢ximo Kirchner, tambi¨¦n diputado, dijo que la acusaci¨®n del triunvirato busca ¡°descargar su culpa sobre los incidentes¡±. ¡°Todos escuchamos que cientos de miles de trabajadores le exigieron la fecha de un paro. Siempre van a la televisi¨®n y dicen: la gente dice... bueno, ayer la gente dijo algo", argument¨® M¨¢ximo Kirchner.
Las divisiones en el sindicalismo argentino no son nuevas, casi a la par de las del peronismo. Durante el gobierno de Carlos Menem (1989-1999) se dividi¨® por sus discrepancias ante el giro neoliberal del partido. Con el presidente radical Fernando De la R¨²a (1999-2000) encontr¨® un enemigo com¨²n y se uni¨®. Con Cristina Kirchner, en cambio, pas¨® de un f¨¦rreo apoyo a la oposici¨®n m¨¢s dura. Con Macri volvi¨® a unirse, pero debi¨® apelar a una conducci¨®n de tres miembros para satisfacer a todos los sectores en pugna. Mientras tanto, la estrategia con la Casa Rosada fue la de la negociaci¨®n, una tregua que Macri pag¨® con dineros p¨²blicos que el Estado adeudaba a las obras sociales. Pero la tensi¨®n subi¨® de abajo hacia arriba: mientras el triunvirato posterg¨® sin fecha una medida de fuerza, la movilizaci¨®n del martes, la mayor que enfrent¨® Macri hasta ahora, puso en evidencia que la paciencia de algunos sectores se han agotado.
Este agotamiento puede ser una mala noticia para el Gobierno. Mientras asegura que la econom¨ªa mejorar¨¢ este a?o, Macri deber¨¢ negociar desde abril los aumentos salariales que regir¨¢n hasta diciembre. Que la CGT pierda fuerza como interlocutor capaz de garantizar la paz social atenta contra la gobernabilidad, una palabra que ha sido la pesadilla de todos los gobiernos no peronistas que gobernaron en Argentina desde la vuelta a la democracia, en 1983. "No sentimos que cualquier disenso atente contra la gobernabilidad. En estos 15 meses la relaci¨®n con los sindicatos ha sido excelente", aclar¨® ayer Pe?a, un hombre que resume la opini¨®n de todo el Gobierno de Macri.
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