Trump y Obama: sonr¨ªan, por favor
El actual presidente ejerce ¡°un antagonismo premeditado¡± con su antecesor a trav¨¦s de la fotograf¨ªa
La contradicci¨®n entre la figura de Barack Obama y su sucesor en la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, se pone en manifiesto en el mismo instante en el que un fot¨®grafo acciona el disparador. El sonido de los flashesque sirve de banda sonora a cualquier aparici¨®n de ambos personajes retrata una actitud relajada y otra vehemente. Un macho alfa desafiante y un feminista amante de su familia. Dos Am¨¦ricas. Solo tienen una cosa en com¨²n:?ambos saben lo que supone dirigir la primera potencial mundial.
"Las fotos de Donald Trump est¨¢n tan despeinadas como ¨¦l. En cambio, las de Obama est¨¢n tan perfectas como su nudo de corbata", analiza Inma Aguilar, periodista y consultora de comunicaci¨®n pol¨ªtica. Aguilar, que ha asesorado a gobiernos, partidos pol¨ªticos y candidatos en per¨ªodo electoral, explica que la imagen de un pol¨ªtico es clave para definir su figura. A Trump se le vuela el pelo en las fotograf¨ªas, mientras que Obama desciende del Air Force One con la chaqueta perfectamente planchada colgada al hombro.
Otra de las claves m¨¢s palpables est¨¢ en los gestos. Para Luis Arroyo, soci¨®logo y experto en comunicaci¨®n pol¨ªtica ¡ªfue director de gabinete del Secretario de Estado de Comunicaci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero¡ª, "el gestual de Obama es tranquilo y relajado, con gestos redondeados. Los de Trump son autoritarios, mec¨¢nicos". Tambi¨¦n ve diferencias en sus atuendos. En el caso de Trump, lleva siempre un traje cl¨¢sico casi id¨¦ntico, con "esa corbata roja excede incluso la longitud del cintur¨®n". Sin embargo el dem¨®crata Obama porta un atuendo mucho m¨¢s estudiado, a veces sin corbata o incluso en ropa deportiva.
Tampoco pasa por alto Aguilar ese "gesto con el dedo autoritario y poco aconsejado en pol¨ªtica". Reconoce que le ha resultado muy eficaz por ser tan contrario a la correcci¨®n que exhibe el dem¨®crata. "En un mundo como el actual la gente est¨¢ demandando autenticidad. Y en el fondo esta estrategia tiene sentido. Ya que no vas a ser como Obama, haz todo lo que puedas para diferenciarte de ¨¦l. El mensaje de Trump es aut¨¦ntico. No te estamos vendiendo ninguna moto. Esto es lo que hay. Esto es lo que has votado y esto es lo que va a pasar".
"Trump es muy fotog¨¦nico, pero no en un sentido positivo para ¨¦l. Es muy expresivo y hace gestos que le permiten a los reporteros dar una imagen que no le conviene", apunta Crist¨®bal Manuel. Public¨® su primera fotograf¨ªa en el EL PA?S en 1985 y actualmente es editor gr¨¢fico del diario. "En cambio, con Obama era una cuesti¨®n de elegir entre una foto buena y una muy buena. Era m¨¢s complicado equivocarte", dice sonriendo.
Las actitudes en las que son fotografiados tambi¨¦n difieren. Arroyo recuerda que vemos a Obama "tirado por los suelos jugando con los ni?os, haciendo deporte y bailando". El republicano, aunque s¨®lo lleve 50 d¨ªas en el cargo, suele identificarse por sus posados firmando decretos con su equipo de asesores a la espalda, custodiando las cortinas doradas que descansan tras su escritorio.
En el repaso fotogr¨¢fico de ambos tampoco deber¨ªan pasar por alto las distancias, condicionadas entre otros motivos por la escolta que acompa?a al cargo electo. Habitualmente, detr¨¢s de un encuadre perfecto hay una relaci¨®n indispensable de espacio y tiempo para pensar, encuadrar y capturar el instante. Trump parece haber renunciado a ese espacio necesario para los fot¨®grafos. "Nos llegan fotos de ¨¦l que parecen robadas. Se ve que los fot¨®grafos tienen que hacer un esfuerzo mayor para hacer su trabajo", apunta Manuel.
Todo lo contrario que su antecesor. El equipo de comunicaci¨®n de Obama trataba de dejar a los camar¨®grafos a sus anchas Su fot¨®grafo personal, Pete Souza, tuvo acceso total a la vida de los Obama. Vio crecer a Sasha y a Malia, viaj¨® en la limusina presidencial y pudo hacer su trabajo del mismo modo en recepciones oficiales, en la playa o en la nieve. Ahora se ha aficionado a las redes sociales, y haciendo uso de Instagram, compara los primeros pasos de Trump frente a los del inquilino n¨²mero 44 de la Casa Blanca.
La fot¨®grafa Shealah Craighead ser¨¢ la encargada de retratar la presidencia de Trump. Conoce bien a los republicanos porque su objetivo ya enfoc¨® a George W. Bush, su esposa Laura, a Dick Cheney y a Sarah Pallin durante su campa?a en 2008. De su pulso depender¨¢ la imagen con que se recuerde al presidente que no quiere parecerse a ning¨²n otro.
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