Holanda frena a la extrema derecha
El primer ministro Mark Rutte supera con claridad al populista Geert Wilders
Holanda ha puesto el freno a la extrema derecha en Europa. Las urnas han dado como ganador al actual primer ministro, el liberal de derechas Mark Rutte, y revelan que Geert Wilders, el candidato racista y antieurope¨ªsta que lleg¨® a liderar las encuestas, no ha tenido tanto apoyo como el que se le presupon¨ªa. Despu¨¦s del Brexit y el ¨¦xito que supuso la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el populismo xen¨®fobo ha recibido su primera gran derrota en Occidente.
Con m¨¢s del 95% de los votos escrutados,?Rutte ha quedado en primer lugar con 33 esca?os, lejos de los 76 que se necesitan para formar Gobierno. La firmeza que motr¨® en el conflicto diplom¨¢tico frente? Turqu¨ªa pudo resultar definitivo. "Hemos parado al populismo equivocado", dijo el ganador en referencia a Wilders tras conocer los primeros sondeos en La Haya. De todos modos el liberal tendr¨¢ que entenderse con tres o cuatro partidos para tratar de formar un ejecutivo que le mantenga en el poder otros cuatro a?os m¨¢s.
Pese a haber sufrido una derrota despu¨¦s de que los pron¨®sticos lo situaran en cabeza durante varios meses, la formaci¨®n de Wilders, el Partido para la Libertad, obtiene 20 asientos. Con uno menos, 19, se quedan los cristianodem¨®cratas y los liberales de izquierda (D66). Wilders suma cinco esca?os m¨¢s que en 2012 pero lejos de los 24 en 2010. En pleno tsunami euroesc¨¦ptico sus resultados no son tan halag¨¹e?os.
Y uno de los primeros en celebrarlo fue Jean-Claude Juncker. El presidente de la Comisi¨®n Europea felicit¨® a Holanda por haber optado por votar "por Europa y contra el extremismo". Juncker telefone¨® a Rutte para felicitarle por su victoria, al igual que la canciller alemana Angela Merkel y el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Marc Ayrault. El n¨²cleo duro de Europa respira tranquilo.
De madrugada el mapa pol¨ªtico holand¨¦s ha quedado casi resuelto, a excepci¨®n de uno o dos esca?os que no desnivelan la balanza. El partido de Rutte obtuvo el 21,4% de los votos, por el 13,1% para el partido de Wilders, el 12,5% para los democristianos y el 12% para los liberales de izquierdas de D66. Los socialistas radicales se quedaron con el 9,7%, mientras que los ecologistas de Groenlinks cosecharon un 9%. ?
La agitada campa?a ha movilizado a la gente. La participaci¨®n subi¨® ocho puntos (82%) respecto a las pasadas elecciones y Wilders tiene mucho que ver con eso. Nunca la extrema derecha hab¨ªa experimentado un auge semejante desde la Segunda Guerra Mundial en pa¨ªses como Holanda, Francia y Alemania. Todo el mundo estaba pendiente de su resultado. El frenazo que ha recibido pone de manifiesto que los pol¨ªticos de su mismo corte puede que encuentren m¨¢s oposici¨®n en Europa que en Estados Unidos, al menos por ahora. Wilder, tenaz, lanz¨® una advertencia al ganador provisional tras conocer los resultados: "Rutte no se ha librado todav¨ªa de m¨ª".
Hasta la recta final aparec¨ªa como el favorito, pero en las ¨²ltimas semanas fue perdiendo fuelle frente a Rutte hasta cosechar un resultado discreto. Wilders se sit¨²a en una segunda escala, con un buen n¨²mero de adeptos pero por ahora muy lejos de los necesarios para gobernar un pa¨ªs peque?o pero muy abierto al mundo. Hab¨ªa quien cre¨ªa que, como ha sucedido, no iba a recibir un gran respaldo, pero nadie se atrev¨ªa a decirlo en voz alta despu¨¦s de lo inesperada que fue la victoria de Trump.
Wilders asumi¨® su derrota, aunque reivindic¨® su movimiento. "Esto es una primavera patri¨®tica. Yo soy un luchador y no un populista. Nuestra influencia es grande", asegur¨®. Afirm¨® tambi¨¦n que prefiere gobernar pero que en caso de no hacerlo se ocupar¨¢ de hacer "una fuerte oposici¨®n" al ejecutivo que se forme.?
PVV-stemmers bedankt!
— Geert Wilders (@geertwilderspvv) March 15, 2017
We hebben zetels gewonnen!
Eerste winst is binnen!
En Rutte is nog lang niet van mij af!!
El pol¨ªtico de melena oxigenada vive aislado por miedo a ser asesinado por sus furibundas cr¨ªticas al islam y as¨ª recibi¨® los resultados. Mientras los otros candidatos compart¨ªan la noche con sus asesores y militantes, ¨¦l escuch¨® lo que hab¨ªan decidido los holandeses encerrado en su despacho. El hombre que lidera una entente de radicalidad y racismo con otros l¨ªderes similares en Francia, Alemania y Austria, se presenta a s¨ª mismo como la voz de la gente de la calle, pero la realidad es que lleva m¨¢s de una d¨¦cada viviendo en una burbuja. 24 horas protegido por la polic¨ªa, sin domicilio fijo y limitando sus apariciones p¨²blicas. El candidato m¨¢s popular de todos es el que menos se ha dejado ver en campa?a.
La fragmentaci¨®n del voto va a dar la oportunidad de poder entrar en el Gobierno a partidos como D66 (19) y los ecologistas de Groenlinks (14). Este ¨²ltimo ha tenido como candidato a Jesse Klaver, un joven de 30 a?os que se ha erigido como la opci¨®n progresista frente a la derecha de Rutte y la derecha a¨²n m¨¢s radical de Wilders. Con un punto de entusiasmo ciego se le lleg¨® a llamar el anti-Wilders. Su juventud le ha podido restar votos.
Los resultados provisionales tambi¨¦n reflejan el batacazo de la socialdemocracia (han pasado de 38 a 9 esca?os). El candidato que ha presentado el PvdA, Lodewijk Asscher, era fresco, ten¨ªa ideas interesantes y gustaba al electorado, pero la herencia de su partido lo ha sepultado. Los socialdem¨®cratas pactaron con la derecha el Gobierno de hace cuatro a?os, en plena crisis, lo que ellos interpretaban como un gesto patri¨®tico en medio de la tormenta. Pasada la legislatura, Rutte prosigui¨® su hoja de ruta y los socialdem¨®cratas se quedaron varados. La clase trabajadora en la que se apoyaron durante d¨¦cadas para introducir avances sociales los ven ahora como una ¨¦lite alejada de los problemas reales de la gente. Su ca¨ªda libre es hist¨®rica.
La campa?a ha estado monopolizada por los debates sobre identidad e integraci¨®n, al calor de las abruptas declaraciones de Wilders contra los musulmanes ¡ªalrededor de un mill¨®n de personas en un pa¨ªs de 17¡ª, a los que considera responsables de estar acabando con las costumbres holandesas. Los imanes de las mezquitas pidieron la movilizaci¨®n de su comunidad en el rezo del viernes para evitar que Wilders tuviera opciones de victoria.?
Europa tambi¨¦n estaba sobre la mesa. La posibilidad de que un partido eur¨®fobo como el de Wilders obtuviera muchos votos, ha acaparado horas de campa?a. Esta vez no ha primado el peso espec¨ªfico o bien la influencia que Bruselas deb¨ªa tener en Holanda. Cuando los candidatos han abordado el asunto, ha sido para discutir su respuesta ante un posible Gobierno dispuesto a abandonar la UE. En uno de los pa¨ªses fundadores de la Comunidad Econ¨®mica Europea, ha chirriado que las propuestas ya no fueran el consabido ¡®m¨¢s o menos Europa¡¯, sino el riesgo de retirada del espacio natural del comercio y las relaciones internacionales holandesas. Holanda es peque?a y grande a la vez en la escena internacional, y Wilders no ha sido el ¨²nico responsable de un cambio del tono. Tambi¨¦n es la primera vez que tantos grupos (28) han concurrido a las urnas.
Con estos resultados, el Gobierno m¨¢s probable nacer¨¢ del entendimiento entre cuatro o cinco partidos. Liberales de derecha (europe¨ªstas con un buen control de las demandas fiscales de Bruselas), cristiano dem¨®cratas (contenidos pero sin rechazo a Europa y con toques identitarios de ¨²ltima hora), liberales de izquierda (proeuropeos en todo), y ecologistas (la estrella de fin de campa?a, que mira a la UE en t¨¦rminos de paz, seguridad y clima), pueden formar un cuarteto. De necesitar a¨²n a otros, los socialistas radicales parecen una opci¨®n. El problema es que si bien quieren colaborar con la UE, no les gusta el euro.
Lo que es seguro es que Wilders se quedar¨¢ en la oposici¨®n. El hecho de que liderara las encuestas llev¨® a pensar que tendr¨ªa opciones de gobernar un pa¨ªs al que quer¨ªa aislar y sacar de la UE. Por el momento eso no va a pasar. Los holandeses han contenido la primera embate de la ola populista.
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