Calais, barrera de contenci¨®n humana hacia Reino Unido

El muro, de un kil¨®metro de largo y cuatro metros de altura, se construy¨® cuando apenas hab¨ªa migrantes en la zona. As¨ª que el motivo de levantar esa empalizada de cemento y hierro es, sobre todo, para que no vuelvan. La verg¨¹enza de Calais, un infierno en el para¨ªso de la tierra de asilo, era demasiado visible. De un plumazo, en octubre, la polic¨ªa desaloj¨® a los 5.300 hombres, mujeres y ni?os que se hacinaban entre escombros, maleza y basura a la espera de una oportunidad para pasar al Reino Unido. Por supuesto, jug¨¢ndose la vida.

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En el interior de camiones o cruzando a pie por las v¨ªas del t¨²nel de la Mancha. El m¨¦todo m¨¢s habitual consist¨ªa en forzar la parada de camiones que se acercaban al mayor puerto de Francia para embarcar hacia Dover. J¨®venes que hu¨ªan del hambre y las guerras acabaron a veces aplastados bajo las ruedas de camiones. Para evitarlo, a los kil¨®metros de vallas met¨¢licas que rodean el puerto se uni¨® el muro. Comenz¨® a hacerse en septiembre y la obra concluy¨® en diciembre. Para tranquilidad de los malhumorados calesianos, la factura, de 2,7 millones, la pag¨® Londres. Porque Calais era una frontera adelantada de Reino Unido en suelo franc¨¦s.

Pese a los f¨¦rreos controles, algunos migrantes a¨²n llegan a la zona. Vienen de Sud¨¢n y Afganist¨¢n. La polic¨ªa no les deja ni a sol ni a sombra. Les acompa?an incluso a ducharse a un centro de acogida para asegurarse de que se ir¨¢n. Entre tanta hipocres¨ªa, los camioneros ¡°disfrutar¨¢n¡± de la mejor: el muro ser¨¢ pintado de ramas y flores por el interior. Un mundo feliz.

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