Trump y Merkel tratan de superar sus encontronazos y forjar una ¡°relaci¨®n personal¡±
La balanza comercial, Putin y el Brexit, puntos calientes de la visita de la canciller a Washington
Entre Donald Trump y Angela Merkel hay algo m¨¢s que distancia. El presidente de Estados Unidos sue?a con construir muros; la canciller alemana sufri¨® en carne propia la dictadura de uno. Hoy en Washington, ambos l¨ªderes se dan por primera vez la mano. Aunque la agenda la marcar¨¢n la OTAN, Vlad¨ªmir Putin y las tensiones por la balanza comercial, el objetivo ¨²ltimo de la reuni¨®n es marcar la temperatura de una relaci¨®n vital para el planeta: la de dos l¨ªderes antagonistas pero condenados a entenderse.
Trump y Merkel forman una pareja imposible. El presidente de EEUU es imprevisible, quema sus naves antes de tenerlas y nunca deja una pelea sin acabar. La propia canciller le ha tenido que sufrir en la distancia. Como candidato, el republicano la acus¨® en Twitter de ser la persona que estaba ¡°arruinando¡± a Alemania. Luego, en referencia a la crisis de los refugiados sirios, le reproch¨® en una entrevista haber cometido ¡°un error catastr¨®fico al acoger a todos esos ilegales¡±. La canciller hizo gala de su conocida sangre fr¨ªa. Dej¨® pasar las dagas y decidi¨® sus tiempos. Llegada la victoria electoral de Trump puso el veneno en una esquina de su enhorabuena. Junto a los habituales parabienes, en la felicitaci¨®n le recordaba la importancia de defender la ¡°dignidad de los seres humanos independientemente de su origen, color de piel, religi¨®n, g¨¦nero, orientaci¨®n sexual o posici¨®n pol¨ªtica". Poco despu¨¦s, cuando Trump lanz¨® su primer veto migratorio, no dud¨® en salir a la palestra y recriminarle: ¡°Nada justifica poner a determinados grupos sociales bajo sospecha¡±.
Trump y Merkel forman una pareja imposible pero est¨¢n condenados a entenderse
Enfrentados en p¨²blico, ahora ambos han de verse las caras. Sus diplomacias han tratado de allanar el camino. Pero falta ver el alcance de esta aproximaci¨®n. ¡°El prop¨®sito de la visita es presentarse y cerrar puntos de encuentro y metas. Buscar un suelo com¨²n, pero nada m¨¢s. Merkel quiere establecer una plataforma de comunicaci¨®n con miras a las reuniones de los pr¨®ximos tres meses. En julio se celebra un G-20 en Alemania y se ver¨¢n en la cumbres del G-7 y la OTAN.¡±, explica Jackson Janes, presidente del Instituto de Estudios de la Alemania Contempor¨¢nea en la Universidad Johns Hopkins.
Merkel, tras 11 a?os en el poder, tiene una larga experiencia en tratar mandatarios extranjeros. Trump es su tercer presidente estadounidense. Con George W. Bush mantuvo una excelente relaci¨®n. Y con Barack Obama, aunque el arranque fue ¨¢spero, mejor¨® tanto que el dem¨®crata acab¨® proclam¨¢ndola ¡°su m¨¢s cercana colaboradora internacional¡±. ¡°Merkel tendr¨¢ que encontrar ahora su modus operandi, aunque la dificultad ser¨¢ mucho mayor¡±, dice Janes.
Para la reuni¨®n, la canciller se ha preparado concienzudamente. Como buena doctora en F¨ªsica no ha dejado nada al azar. Ha repasado declaraciones y entrevistas al millonario, incluida una que public¨® la revista Playboy en 1990, y llega dispuesta a buscar consensos. ¡°Sabemos que Trump no presta atenci¨®n demasiado tiempo y prefiere posiciones claras¡±, ha indicado un alto cargo alem¨¢n a Reuters.
El equipo de Trump tambi¨¦n le ha dado m¨¢xima atenci¨®n a la cita. El Departamento de Estado ha se?alado que su principal objetivo es ¡°construir una relaci¨®n personal¡±. En sus declaraciones, los diplom¨¢ticos se deshicieron en elogios al liderazgo de la canciller y, para espantar el espectro de la rusofilia presidencial, destacaron que Trump quer¨ªa conocer de primera mano los frutos de su larga experiencia con Putin y preguntarle por el papel de EEUU en Ucrania.
Otro punto clave ser¨¢ la OTAN. Tras sus primeras invectivas contra la organizaci¨®n, Trump ha moderado el tono y transformado su ira en la exigencia de que, en una d¨¦cada, los socios aumenten su esfuerzo en defensa al 2% del PIB. Una petici¨®n que, seg¨²n el Departamento de Estado, ha tenido buena acogida en Alemania y de la que se espera que Merkel ofrezca alg¨²n avance.
La balanza comercial, muy favorable a Alemania, irrita a Donald Trump
Pero el cap¨ªtulo m¨¢s complejo es el comercial. Frente al proteccionismo feroz de Trump y sus aplausos al Brexit, la canciller preconiza el libre mercado y una Europa fuerte. En este terreno, su juego es doble. No s¨®lo es la l¨ªder de una uni¨®n que desconf¨ªa del aislacionismo del republicano, sino que dirige un pa¨ªs con el mayor super¨¢vit comercial del planeta: 253.000 millones de euros el a?o pasado.
Son cifras que irritan profundamente al presidente y sus adl¨¢teres. EEUU tiene un d¨¦ficit en su balanza de 470.000 millones (50.000 millones con Alemania). En su ret¨®rica proteccionista, el consejero de Comercio, Peter Navarro, ha acusado a Berl¨ªn de forzar un euro d¨¦bil para multiplicar sus exportaciones y ha amenazado con levantar barreras fiscales a los productos alemanes. Merkel ha hecho ver que no lo consentir¨¢ y, seg¨²n Der Spiegel, est¨¢ dispuesta a tomar represalias contra las empresas estadounidenses. El punto es explosivo y posiblemente ambos pasen de puntillas para evitar el choque. El objetivo, de momento, es darse la mano.
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