La maquinaria de Donald Trump para las deportaciones masivas moviliza aprisa jueces de inmigraci¨®n
Justicia desplazar¨¢ jueces de inmigraci¨®n a 12 ciudades clave para acelerar expulsiones
Donald Trump quiere resultados. Cifras de inmigrantes ilegales expulsados de Estados Unidos de las que poder ufanarse como objetivos cumplidos. La deportaci¨®n de extranjeros irregulares fue una de sus proclamas electorales y es ahora una de sus prioridades inmediatas. En febrero deline¨® las directrices de su plan de deportaciones masivas y el aparato est¨¢ trabajando a marchas forzadas para ejecutarlo. Este viernes se ha conocido a trav¨¦s de la agencia Reuters que el Departamento de Justicia prepara la movilizaci¨®n de jueces de inmigraci¨®n a las 12 ciudades con m¨¢s potencial de deportaciones.
Una portavoz de Justicia ha confirmado que por lo pronto se han identificado las ciudades a las que se deber¨¢ enviar m¨¢s jueces, entre ellas Nueva York, Los ?ngeles, San Francisco, Miami, El Paso o Phoenix. La cifra de jueces a desplazar y la fecha de movilizaci¨®n no se han concretado a¨²n. De acuerdo con datos de Justicia, en conjunto en esas ciudades est¨¢n en curso unos 9.000 procesos judiciales a inmigrantes indocumentados. Todos ellos podr¨ªan ser deportados de inmediato cumpliendo las ¨®rdenes del presidente de priorizar la expulsi¨®n de los indocumentados que hayan cometido delitos o que est¨¦n siendo procesados, independientemente de que hayan sido o no sentenciados. El trasvase de jueces de unos lugares a otros podr¨ªa reducir recursos en puntos del pa¨ªs ya atascados de casos por resolver y desquiciar a¨²n m¨¢s un sistema judicial que sobrepasa el medio mill¨®n de casos pendientes. Pero el presidente libra sus propias batallas.
Este viernes Trump volv¨ªa a tronar contra los inmigrantes afirmando en una rueda de prensa: "La inmigraci¨®n es un privilegio, no un derecho".
En campa?a el presidente utiliz¨® la inmigraci¨®n como uno de sus espantajos preferidos para aglutinar las emociones nacionalistas y xen¨®fobas en torno a su candidatura, sin vacilar en generalizar sus caracterizaciones de los mexicanos como narcotraficantes y criminales y anunciando una medida que hoy es decreto ejecutivo y otra de sus ansias: erigir un muro en la frontera sur.
Su obsesi¨®n por la expulsi¨®n de inmigrantes se ha concretado en directrices de m¨¢ximos que en la pr¨¢ctica vuelve objeto de deportaci¨®n a los 11 millones de indocumentados de EE UU, con prioridad para los relacionados con delitos. "Todos aquellos que violen las leyes de inmigraci¨®n (extranjeros ilegales) podr¨¢n ser deportados", se ha estipulado en documentos del Departamento de Seguridad Nacional, a cargo del general John Kelly, brazo deportador de Trump.
La directriz except¨²a a los conocidos como dreamers, menores escolarizados que llegaron sin papeles a EE UU, siempre que no hayan cometido un delito, y a los refugiados o a aquellos extranjeros que puedan demostrar que su vida estar¨ªa en peligro si son enviados de vuelta a su pa¨ªs de origen.
Las ¨®rdenes de Trump han elevado a dos a?os de permanencia en EE UU el periodo de validez para expulsar de inmediato a un indocumentado (frente a los 14 d¨ªas establecidos por la administraci¨®n de Barack Obama) y ha extendido esa medida a cualquier punto del territorio, mientras que hasta ahora solo se iniciaba la deportaci¨®n inmediata con los detenidos a menos de 160 kil¨®metros de la frontera. Adem¨¢s se contratar¨¢ a 10.000 nuevos agentes de Inmigraci¨®n y 5.000 fronterizos, y el presidente amenaza con sancionar a las ciudades que no colaboren con la detecci¨®n de extranjeros indocumentados.
La reasignaci¨®n de jueces a las zonas calientes de la inmigraci¨®n ser¨¢ una de las piezas necesarias para instrumentar la maquinaria de la deportaci¨®n expr¨¦s.
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