Un subsuelo lleno de osamentas en Venezuela
Las autoridades descubren una fosa com¨²n con 14 cuerpos en los terrenos de la Penitenciar¨ªa General de Venezuela, una peligrosa c¨¢rcel en el centro del pa¨ªs. El hallazgo es la pieza que faltaba para completar el acertijo de la desaparici¨®n de un interno en 2009
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Aqu¨ª confluyen dos historias: el reciente hallazgo de 14 osamentas en una fosa com¨²n de la Penitenciar¨ªa General de Venezuela (PGV), seg¨²n reconoci¨® el Ministerio P¨²blico de este pa¨ªs a principios de esta semana, y la desaparici¨®n, el 7 de septiembre de 2009, de uno de los internos, Francisco Guerrero Larez, recibida con indiferencia por el r¨¦gimen de Caracas.
El Estado no proporcion¨® informaci¨®n veraz ni a los familiares de Guerrero Larez, ni a la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuando preguntaron por su suerte. Las autoridades sostuvieron que Guerrero Larez se hab¨ªa fugado del penal y despu¨¦s guardaron un silencio definitivo cuando en 2015 el Comit¨¦ Contra la Tortura de la ONU responsabiliz¨® al Estado de su desaparici¨®n.
Cuando el 10 de marzo la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Valera, reconoci¨® el hallazgo de la fosa com¨²n, Humberto Prado, coordinador del Observatorio Venezolano de Prisiones, una ONG dedicada especializada en la supervisi¨®n del sistema carcelario, record¨® el caso del malogrado Guerrero Larez. Sentenciado a 13 a?os de prisi¨®n por robo agravado en diciembre de 1997, conoci¨® ¡°las actividades ilegales que comet¨ªan los jefes de la c¨¢rcel en complicidad con el militar jefe de la custodia externa¡±, seg¨²n el relato del Comit¨¦ de la Tortura. Tal vez sea esa la causa de su desaparici¨®n, piensa su esposa, Hilda Hern¨¢ndez, quien agrega que los dem¨¢s presos le dijeron que su marido hab¨ªa sido asesinado y desmembrado en represalia por la informaci¨®n que manejaba.
Era una versi¨®n que concordaba con la que hab¨ªa recogido por su lado el padre de Guerrero Larez, Francisco. Al denunciar la desaparici¨®n de su hijo ante la Guardia Nacional Bolivariana, la polic¨ªa militarizada que custodia el per¨ªmetro de las c¨¢rceles venezolanas, el director de la prisi¨®n le dijo que no pod¨ªa darle una respuesta ¡°porque ¨¦l no controlaba a la poblaci¨®n en el penal¡±. Era la confesi¨®n de una situaci¨®n que desde hace varios a?os es un esc¨¢ndalo recurrente en Venezuela: el Estado ha abandonado por negligencia a los penales para dejarlos en manos de las bandas m¨¢s fuertes.
De los catorce cuerpos que hasta ahora ha encontrado el Ministerio P¨²blico en los terrenos de la PGV, cinco no tienen cabeza. El hallazgo de la fosa com¨²n y el misterio del paradero de Guerrero Larez parecen otorgarles cierto cr¨¦dito a las denuncias de tratos crueles, desapariciones y castigos medievales que aplican los presidiarios l¨ªderes, conocidos como ¡°pranes¡± en la jerga local, a los internos que cuestionan su autoridad o desean tomar el control. Algunos v¨ªdeos ap¨®crifos que pueden encontrarse en las redes sociales demuestran la tragedia que significa estar preso en Venezuela y la lucha diaria por sobrevivir en un espacio sin ley.
El Ministerio para los Servicios Penitenciarios, creado por Hugo Ch¨¢vez en 2011 para intentar solucionar el problema de las mafias carcelarias, ha tenido relativo ¨¦xito al tratar de recuperar el control de los penales. Se ha impuesto un orden militar cerrado en 98% de ellos, seg¨²n declar¨® la ministra de la cartera cuando compareci¨® esta semana en Ginebra ante el foro de Naciones Unidas con ocasi¨®n del Examen Peri¨®dico Universal. Solo siete, seg¨²n cifras oficiales, todav¨ªa permanecen en ¡°r¨¦gimen abierto¡±, una expresi¨®n que utiliza el r¨¦gimen para explicar que a¨²n est¨¢n en manos de los internos. En estos casos, la c¨¢rcel se convierte en un gran barrio donde el preso puede traer a su familia a dormir en el penal, puede circular en motos o bailar en una improvisada discoteca.
Fue justo la Penitenciar¨ªa General de Venezuela la ¨²ltima de las c¨¢rceles recuperada por el r¨¦gimen. En agosto el l¨ªder del penal, alias Franklin Masacre, hab¨ªa secuestrado a 51 trabajadores del Ministerio de Servicios Penitenciarios y se negaba a liberarlos si el gobierno no enviaba 1.500 presos al penal. Con el plan de desalojar las instalaciones iniciado por el ministerio, ¡°Franklin Masacre¡± se hab¨ªa quedado sin el dinero que recolecta todas las semanas entre sus compa?eros ¨Clas bandas que controlan las c¨¢rceles obligan a cada interno a pagar una cuota, tambi¨¦n llamada ¡°causa¡±, como parte del derecho a vivir en las instalaciones y a mantener el penal¨C. A finales de octubre, despu¨¦s de cuatro d¨ªas de tiroteos, de explosiones de granadas, de una f¨¦rrea resistencia, el Gobierno logr¨® desalojar el penal para reacondicionarlo. En esas estaba cuando encontraron las osamentas.
El tama?o de los esc¨¢ndalos a menudo opaca esa labor que el Gobierno intenta reivindicar en todos los foros. Valera, que ha estado a cargo del ministerio desde su fundaci¨®n, a menudo act¨²a por cuenta propia tomando decisiones que en otros pa¨ªses ser¨ªan inconcebibles sin el concurso de la fiscal¨ªa y los tribunales. A Wilmer Brizuela, el pran m¨¢s famosos de todos tras la muerte de Conejo en Margarita, le otorg¨® un R¨¦gimen de Confianza Tutelada. En el C¨®digo Org¨¢nico Penitenciario, aprobado por el Parlamento controlado por el chavismo a finales de diciembre de 2015, justo despu¨¦s de perder la mayor¨ªa con la oposici¨®n, se establece que el penado, por decisi¨®n del ministro, podr¨ªa ser reubicado en un ¨¢rea especial del penal donde continuar¨¢ con el cumplimiento de la pena.
Brizuela, conocido como Wilmito, aprovech¨® ese beneficio para escaparse de vacaciones a isla Margarita, el destino tur¨ªstico por antonomasia de los venezolanos. A mediados de febrero, en compa?¨ªa de sus familiares, fueron baleados. Nadie falleci¨®. El gobierno nunca confirm¨® la noticia, pero a las pocas semanas Wilmito regres¨® a la c¨¢rcel donde purgaba su condena antes de recibir el beneficio del Ejecutivo.
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