Veh¨ªculos y cuchillos, emerge el terror m¨¢s cotidiano
El ataque de Londres tiene ecos de la ¨²ltima oleada de violencia en Oriente Pr¨®ximo
Peatones arrollados, asesinados o gravemente heridos por un veh¨ªculo acelerado; un atacante que apu?ala y mata a un polic¨ªa antes de ser abatido a tiros por otros agentes de seguridad¡ Las escenas de terror vividas a primera hora de la tarde de este mi¨¦rcoles en el coraz¨®n pol¨ªtico de Londres bien podr¨ªan haberse desarrollado en Jerusal¨¦n o Hebr¨®n, incluso en Tel Aviv, en el ¨²ltimo a?o y medio.
El atentado ¡ªo atentados¨C de Westminster no recuerda tanto a las acciones terroristas de Niza, en la pasada fiesta nacional francesa del 14 de Julio, o de Berl¨ªn, en v¨ªsperas de la Navidad ¡ªen las que camiones de gran tonelaje embistieron contra una multitud en plenas celebraciones urbanas occidentales¨C¨C, como a la ¨²ltima ola de violencia registrada en Tierra Santa, la m¨¢s sangrienta desde la Segunda Intifada (2000-2005).
En el mismo d¨ªa en el que Estados Unidos ha redoblado su despliegue militar en apoyo de la coalici¨®n kurdo-¨¢rabe de Siria que avanza para desalojar al ISIS de su feudo de Raqa, los ataques en la capital brit¨¢nica parecen llevar el sello de lobos solitarios. Son seres que han perdido la humanidad para emerger en medio de la vida cotidiana con armas tan accesibles como un autom¨®vil o un cuchillo de cocina.
Ni ha habido Kalashnikov, como en los coordinados asaltos terroristas de Par¨ªs de enero y noviembre de 2015, ni mochilas con explosivos, como en la salvaje trama del 11-M que ensangrent¨® Madrid en 2004, en el m¨¢s grave atentado yihadista ocurrido en Europa.
El Ej¨¦rcito de Israel, el m¨¢s poderoso de Oriente Pr¨®ximo y uno de los m¨¢s tecnol¨®gicamente avanzados del planeta, no fue capaz de contender la oleada de ataques con cuchillos y las sucesivas embestidas de veh¨ªculos ¡ªlas acciones con armas de fuego fueron espor¨¢dicas¨C¨C que se multiplicaron desde octubre de 2015 hasta declinar los ¨²ltimos meses del a?o pasado.
Solo una callada estrategia de inteligencia interior y la cooperaci¨®n policial de la Autoridad Palestina lograron frenar la escalada. Han muerto 40 israel¨ªes, 5 extranjeros y 256 palestinos, dos tercios de los cuales fueron abatidos por los disparos de las fuerzas de seguridad al ser considerados agresores, y el resto en enfrentamientos con agentes israel¨ªes o en bombardeos en Gaza.
Cuando la ola de violencia alcanz¨® su pico a finales de 2015, con decenas de ataques mensuales, las calles de Jerusal¨¦n se vaciaron, sus comercios y restaurantes cerraron. Las tropas, mientras tanto, sellaron los barrios ¨¢rabes de la parte Este de la ciudad, que quedaron convertidos en guetos.
Un joven radicalizado solo ten¨ªa que dar un volantazo o esgrimir un cuchillo en una decisi¨®n suicida para dar un vuelco de espanto a la vida cotidiana.
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