Keith Palmer, escudo humano de la democracia brit¨¢nica
El polic¨ªa asesinado, desarmado, logr¨® detener al terrorista antes de que consiguiera entrar en el Parlamento
Keith Palmer, de 48 a?os y padre de dos hijos, es el nombre del polic¨ªa que falleci¨® para defender el Parlamento brit¨¢nico ante el asalto terrorista en sus mismas puertas. No iba armado, pero utiliz¨® su propio cuerpo como escudo ante la embestida del individuo que intentaba penetrar en el epicentro de la democracia brit¨¢nica. Cay¨® acuchillado y muri¨® poco despu¨¦s de los est¨¦riles intentos de un diputado tory por reanimarle. La escena se produjo a menos de 37 metros del lugar del recinto en el que se encontraba en ese momento la primera ministra, Theresa May.
¡°Era un h¨¦roe y sus acciones no ser¨¢n olvidadas¡±, proclamaba May en una emotiva intervenci¨®n solemne ante la C¨¢mara de los Comunes, donde el jueves se guard¨® un minuto de silencio justo a las 9.33 de la ma?ana. Un punto horario cargado de simbolismo, porque 933 era el n¨²mero de placa de este miembro del comando de protecci¨®n parlamentaria y diplom¨¢tica de la Polic¨ªa Metropolitana de Londres que llevaba tres lustros trabajando para las fuerzas de seguridad. Antes hab¨ªa servido en el Ej¨¦rcito brit¨¢nico, como record¨® con la voz rota el diputado conservador James Cleverly, ex colega y siempre amigo desde que ambos coincidieran hace un cuarto de siglo en la Artiller¨ªa Real.
El homenaje a la ¡°valent¨ªa y sacrificio¡± del agente, que Cleverly y un desfile de pol¨ªticos de todo el espectro quisieron dedicar a Keith Palmer, ha tenido una inmediata r¨¦plica entre el p¨²blico. La recaudaci¨®n de fondos para su familia, organizada en la red por la federaci¨®n del cuerpo policial, rebasaba con creces las 100.000 libras, multiplicando por diez la cifra trazada como objetivo inicial.
En el ajetreado microcosmos del metro de Londres sorprend¨ªa ayer el leve e inusual gesto de algunos usuarios ¨Cen general una sonrisa c¨®mplice- hacia los agentes apostados en las principales estaciones de la ciudad. Un signo de reconocimiento a Keith Palmer y a todos sus compa?eros. As¨ª lo resumi¨® la jefa del gobierno: ¡°Todos los d¨ªas, cuando se ponen su uniforme, no saben a qu¨¦ se enfrentar¨¢n en el transcurso del d¨ªa ... Y es algo que (los ciudadanos) olvidamos a menudo¡¡±. Ayer nadie lo olvid¨®
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