Los pasos para llegar hasta el ¡®Brexit¡¯
El art¨ªculo 50 del Tratado de Lisboa no define los cauces de una negociaci¨®n que apunta a ser conflictiva
La UE inicia este mi¨¦rcoles el proceso m¨¢s revolucionario de su historia. Tras 60 a?os ¡ªreci¨¦n cumplidos¡ª de expansi¨®n, el club comunitario vive su primer momento de repliegue con la pr¨®xima salida de Reino Unido. La notificaci¨®n del Brexit supondr¨¢ dar el paso que muchos expertos consideran ya irreversible en el proceso de divorcio entre Londres y Bruselas. Estos son los principales elementos:
El art¨ªculo 50. El Tratado de Lisboa, en vigor desde diciembre de 2009, contempla por primera vez la posibilidad de que un Estado miembro decida voluntariamente abandonar la Uni¨®n Europea. A ello se dedica su art¨ªculo 50. El procedimiento, no obstante, no est¨¢ detallado. Y como reconocen muchos de los que participaron en su redacci¨®n, entre ellos el diplom¨¢tico brit¨¢nico Lord Kerr, el art¨ªculo 50 se formul¨® para no ser usado. Se trata, por tanto, de un terreno inexplorado.
El art¨ªculo tiene 260 palabras (en espa?ol), divididas en cinco apartados. Se establece que la Uni¨®n negociar¨¢ con el Estado miembro que se retira ¡°a la luz de las orientaciones del Consejo Europeo [la instituci¨®n europea que representa a los Estados]¡±. La salida se negocia ¡°teniendo en cuenta el marco de sus relaciones futuras con la Uni¨®n¡±. Y el acuerdo final lo rubrica el Consejo ¡°por mayor¨ªa cualificada, previa aprobaci¨®n del Parlamento Europeo¡±. Hay dos a?os para alcanzar un pacto, aunque se abre la posibilidad de una pr¨®rroga si hay unanimidad para pedirla.
La carta. Formalmente, lo ¨²nico que se requiere es una carta en la que ¡°el Estado miembro que decida retirarse notificar¨¢ su intenci¨®n al Consejo Europeo¡±. La entregar¨¢ este mismo mi¨¦rcoles a las 13.30 (hora peninsular espa?ola) el embajador brit¨¢nico ante la UE, Tim Barrow, al gabinete del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. El texto lo firm¨® el martes por la noche Theresa May. May comparecer¨¢ este mi¨¦rcoles en el Parlamento para anunciar la activaci¨®n del proceso.
La respuesta de la UE. Una vez notificada por carta la intenci¨®n de salida, la pelota pasa al tejado del Consejo Europeo. En el plazo de 48 horas, Tusk responder¨¢ con unas ¡°directrices¡± para la negociaci¨®n. Este documento ser¨¢ la piedra angular en la que se apoyar¨¢ toda la estrategia negociadora de los 27 Estados de la UE. Tusk enviar¨¢ un borrador a los gobernantes el 31 de marzo para que estos hagan aportaciones.
Cumbre extraordinaria. La versi¨®n final de esas directrices se aprobar¨¢ en una cumbre extraordinaria que celebrar¨¢n los jefes de Estado y de Gobierno el 29 de abril en Bruselas. A partir de este momento, la UE-27 funcionar¨¢ de manera paralela a la UE-28, que seguir¨¢ existiendo hasta que Reino Unido se retire del todo. Londres ¡°no participar¨¢ ni en las deliberaciones ni en las decisiones del Consejo Europeo o del Consejo que le afecten¡±, seg¨²n prev¨¦ el art¨ªculo 50.
La UE-27 funcionar¨¢ de manera paralela a la UE-28 hasta que Reino Unido se retire?
El mandato de negociaci¨®n. El mandato de esa cumbre, que fijar¨¢ las prioridades negociadoras de los 27, ser¨¢ entregado a Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisi¨®n Europea. El brazo Ejecutivo de la UE desarrollar¨¢ esas directrices, con elementos muchos m¨¢s detallados que permitir¨¢n ya abrir la discusi¨®n formal con Reino Unido. Para garantizar que ese documento de la Comisi¨®n recoge fielmente las l¨ªneas rojas de los 27 Estados, deber¨¢ volver a ser aprobado por los 27 (aunque probablemente baste con bueno de los ministros de Asuntos Europeos). A partir de ese momento, el jefe negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier, tomar¨¢ las riendas y empezar¨¢ el verdadero proceso.
Inicio de la discusi¨®n. Una vez claro el mandato, lo primero es negociar sobre c¨®mo se va a negociar. Fijar el n¨²mero de reuniones, la frecuencia, el lugar¡ Por parte de Reino Unido, las negociaciones las llevar¨¢ en gran medida el ministro del Brexit, David Davis, y su equipo. Al otro lado estar¨¢ el equipo de Barnier, en nombre de los 27 Estados. Solo cuando el acuerdo se demuestre dif¨ªcil intervendr¨¢n los l¨ªderes. Hay dos aspectos que, con toda probabilidad, monopolizar¨¢n la negociaci¨®n: uno, los derechos de los nacionales de los 27 Estados miembros residentes en Reino Unido y de los brit¨¢nicos residentes en los 27 pa¨ªses miembros; y dos, la factura que Reino Unido debe abonar a la Uni¨®n antes de irse. Este segundo punto promete ser tremendamente delicado y puede retrasar todo el proceso.
?Secuencia o paralelismo? Antes incluso de la sustancia, la ordenaci¨®n del proceso se antoja conflictiva. Es probable que ya en la carta del mi¨¦rcoles, el Gobierno brit¨¢nico abogue por pactar la salida y la nueva relaci¨®n de manera paralela. Bruselas rechaza categ¨®ricamente esa idea y esgrime otro t¨¦rmino: secuencia. Es decir, acordar primero el divorcio y, una vez cerrado ese cap¨ªtulo, armar la relaci¨®n futura. Mezclar las dos cosas contaminar¨¢ ambos procesos, argumentan en Bruselas. Para Londres, es una forma de intercambiar cromos que puede jugar a su favor.
La Ley Derogatoria brit¨¢nica incorpora toda la legislaci¨®n europea al cuerpo normativo
La gran ley derogatoria. La primera ministra anunci¨® en octubre que el Gobierno introducir¨¢ este proyecto de ley para convertir a Reino Unido en ¡°una naci¨®n independiente y soberana¡±. Est¨¢ previsto que la tramitaci¨®n parlamentaria comience este mismo jueves. Como su nombre indica, la Gran Ley Derogatoria derogar¨¢ la Ley de las Comunidades Europeas, la pieza de legislaci¨®n brit¨¢nica por la que Reino Unido ingresaba en la Comunidades Europeas en 1973 y convert¨ªa la normativa europea en legislaci¨®n nacional. Pero la Gran Ley Derogatoria es tambi¨¦n, parad¨®jicamente, una norma que incorpora toda la legislaci¨®n europea al cuerpo normativo brit¨¢nico, para evitar un ¡°agujero negro¡±, en palabras del Gobierno, en el ordenamiento jur¨ªdico nacional. Se trata de una labor colosal. ¡°Uno de los mayores proyectos legislativos que jam¨¢s se han llevado a cabo en Reino Unido¡±, seg¨²n un informe de la C¨¢mara de los Lores.
El acuerdo. El art¨ªculo 50 establece un m¨¢ximo de dos a?os ¡ªdesde el d¨ªa de notificaci¨®n¡ª para completar la salida, aunque abre la posibilidad de una pr¨®rroga, acordada por unanimidad. Para que un acuerdo se haya cerrado en ese plazo, ambas partes necesitan haberlo alcanzado a los 18 meses de la activaci¨®n, en octubre de 2018. As¨ª se deja tiempo a Reino Unido y al Parlamento Europeo para aprobarlo (antes de las pr¨®ximas elecciones europeas, en mayo de 2019). Bruselas calcula que el divorcio deber¨¢ estar concluido a final de este a?o y que la nueva relaci¨®n se discutir¨¢ a partir de enero. Se trata de un calendario excesivamente optimista.
Acuerdo transitorio. M¨¢s realista ser¨ªa tratar de alcanzar un acuerdo transitorio que rija las relaciones de Reino Unido con el bloque durante unos a?os, hasta que se alcance uno definitivo. Una posibilidad que el Gobierno brit¨¢nico insiste en que no ser¨¢ necesaria y que tendr¨ªa consecuencias impopulares para May. Tampoco la UE lo quiere, aunque concede que puede ocurrir. Pero en ese periodo, Reino Unido deber¨ªa seguir bajo la jurisdicci¨®n del Tribunal de Justicia Europeo, algo dif¨ªcil de asumir para el Ejecutivo brit¨¢nico. Salvo un adelanto que la primera ministra ha descartado, las elecciones generales en Reino Unido son en 2020. Theresa May tendr¨ªa dif¨ªcil defender su autoridad, especialmente entre el sector m¨¢s euroesc¨¦ptico de su propio partido, si para esa fecha Reino Unido sigue contribuyendo econ¨®micamente a la UE y sometido a la justicia europea.
Si el Parlamento rechaza el pacto alcanzado, Reino Unido abandonar¨¢ la UE sin acuerdo
Aprobaci¨®n del Parlamento brit¨¢nico. Despu¨¦s de que el Tribunal Supremo fallara, en una hist¨®rica sentencia, que la activaci¨®n del Brexit deb¨ªa ser autorizada por el Parlamento brit¨¢nico, la primera ministra prometi¨® someter el texto final a la aprobaci¨®n de ambas c¨¢maras. Esa deferencia, no obstante, ocultaba una trampa: los legisladores podr¨¢n aprobar o rechazar el acuerdo, pero no podr¨¢n obligar a May a volver a la mesa negociadora. Es decir, si el Parlamento rechaza el pacto alcanzado, Reino Unido abandonar¨¢ la UE sin acuerdo. Ser¨ªan, pues, los diputados los responsables de que Reino Unido salte de la UE sin red.
Qu¨¦ pasa si no hay acuerdo. Theresa May ha reiterado que prefiere que no haya acuerdo a que haya uno malo, aceptando la posibilidad de que, una vez concluido el plazo, Reino Unido abandone la UE sin un nuevo marco que regule sus relaciones con el bloque. Consciente de ese riesgo, el negociador de la UE para el Brexit ha tratado de advertir a los brit¨¢nicos contra esa ruptura brusca: ese es el peor escenario posible, con consecuencias especialmente desastrosas para Reino Unido, declar¨® Michel Barnier el pasado mi¨¦rcoles. Salir de la UE sin acuerdo supondr¨ªa, entre otras cosas, que las relaciones comerciales de Reino Unido con el bloque pasar¨ªan a regularse por las m¨¢s gravosas normas de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, lo que, seg¨²n la mayor¨ªa de agentes econ¨®micos, podr¨ªa producir un importante perjuicio al pa¨ªs.
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