¡°Europa se repleg¨® y desapareci¨® tras la incertidumbre que sigui¨® a las ¡®primaveras ¨¢rabes¡±
Miguel ?ngel Moratinos concede una entrevista a EL PA?S a su paso por la capital libanesa
Sentado en la cafeter¨ªa de un conocido hotel de Beirut, el exministro espa?ol de Asuntos Exteriores Miguel ?ngel Moratinos recuerda que hace 25 a?os que vino por primera vez al L¨ªbano. Hoy regresa para constatar que "L¨ªbano est¨¢ en una posici¨®n m¨¢s fuerte que la debilitada Siria".
Pregunta. Usted finaliz¨® su cargo como ministro de Asuntos Exteriores [de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero] pocos meses antes del inicio de las primaveras ¨¢rabes. ?C¨®mo valora usted las posiciones de entonces y actuales de la Uni¨®n Europea y Espa?a respecto a Oriente Medio y el Norte de ?frica?
Respuesta. Tanto Espa?a como Europa acogieron y celebraron con mucho entusiasmo esas primaveras ¨¢rabes que clamaron la llegada de la democracia y el resurgir de la sociedad civil. Se equivocaron en el dise?o de la pol¨ªtica a seguir porque quer¨ªan imponer el modelo europeo a ultranza. Quieren exigir elecciones inmediatas porque consideran que la democracia es igual a la celebraci¨®n de elecciones. Pero democracia es igual a elecciones en los pa¨ªses que ya tengan democracias avanzadas y bien consolidadas. Hay que crear los instrumentos y plataformas que permitan la celebraci¨®n de unas elecciones reales, libres y bien preparadas. Y cuando llegaron las elecciones, se produjeron resultados que a Occidente y a Europa no les gustaron. Como est¨¢bamos distra¨ªdos con la crisis econ¨®mica y financiera y lo que ocurre al otro lado del Mediterr¨¢neo no nos gusta, en lugar de ejercer un liderazgo, lo que hicimos ante la incertidumbre fue replegarnos y desaparecer.
P. Entre bastidores las potencias europeas debaten la reapertura de sus embajadas en Damasco motivadas por desempe?ar un rol en la reconstrucci¨®n y el intercambio de informaci¨®n con los servicios de inteligencia sirios para una lucha m¨¢s efectiva contra el terrorismo en Europa. ?Cree que puede haber un restablecimiento pr¨®ximo de las relaciones diplom¨¢ticas europeas con el Gobierno sirio?
R. Esas son las grandes paradojas porque no aprendemos de las lecciones. Tal vez hubiera sido m¨¢s razonable, si tenemos un enemigo com¨²n y un adversario real que nos puede desestabilizar a todos, haber iniciado ese dialogo y esos contactos antes y no esperar a 400.000 muertos, 12 millones de desplazados, a todo un pa¨ªs destrozado para llegar a la conclusi¨®n de que tenemos que mantener a Bachar el Asad durante un tiempo. Esos son los pol¨ªticos y responsables que dicen estar defendiendo los intereses europeos. Esto ha tenido consecuencias grav¨ªsimas para Europa, que est¨¢ pagando el precio m¨¢s que otros en t¨¦rminos de refugiados y ataques terroristas. Lo ideal ser¨ªa que la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, estableciera una posici¨®n general, las condiciones y los par¨¢metros en Siria. En una guerra de gran calado hay que estar todos los d¨ªas sobre el terreno y hablar con todos, incluido El Asad que estar¨¢ m¨¢s tranquilo sin que nadie le vaya a ver, pero al que luego se le podr¨¢ tambi¨¦n exigir. Es una broma que Kazajist¨¢n desempe?e una diplomacia m¨¢s activa que la Uni¨®n Europea en la regi¨®n.
P. Y en el caso de Espa?a, tras unas relaciones diplom¨¢ticas muy activas con Siria antes de 2011 ?En qu¨¦ punto estamos?
R. Se rompieron las relaciones en gran medida por la incapacidad de El Asad de responder a las peticiones de Espa?a. Aunque yo no estuve en el Gobierno durante el periodo duro de 2011, hubo un intento en el que Bernardino Le¨®n expres¨® algunas medidas a las que El Asad se neg¨®. Despu¨¦s se produjo un distanciamiento de la comunidad internacional y El Asad y en Espa?a no ten¨ªamos la capacidad, ni pod¨ªamos, oponernos a esa postura. Pero s¨ª, optamos por una posici¨®n m¨¢s moderada y equilibrada que al principio de la crisis. En los ¨²ltimos a?os no ha habido ning¨²n entusiasmo por la pol¨ªtica exterior en Espa?a tal vez debido a la crisis econ¨®mica y financiara. Pero parece que el nuevo Gobierno est¨¢ m¨¢s dispuesto.
P. ?Cu¨¢l cree usted que va a ser la pol¨ªtica de la Administraci¨®n Trump en la regi¨®n?
R. Hay un elemento de continuidad desde los ¨²ltimos a?os de Bush y especialmente con Obama hacia un desenganche progresivo de la regi¨®n porque Estados Unidos tiene otras prioridades en el Pac¨ªfico. La guerra de Irak ha sido un desastre para ellos y muy costosa. A parte de mantener la defensa de Israel, el pacto entre Roosevelt y la familia saud¨ª ha desaparecido. Dicho esto, los pa¨ªses del Golfo intentar¨¢n financiar la vuelta de EE UU para que les cueste poco a ¨¦stos. Pero de forma general Trump no va a involucrarse de forma tan directa como lo hizo la Administraci¨®n Clinton o la de Bush. En tanto que gran superpotencia no va a estar ausente pero que no est¨¦ en las negociaciones de paz sobre Siria en Kazajist¨¢n es una se?al importante. Igualmente, la lucha contra el terrorismo seguir¨¢ estando muy presente pero Trump no dar¨¢ el salto cualitativo para enviar tropas al terreno.
P. Su nombre circula junto con al del norteamericano John Bolton como futuro enviado especial de la ONU para el S¨¢hara Occidental. ?Hay algo concretado?
R. Nada, no hay nada. Es una noticia sin fundamento. Nadie me ha contactado ni propuesto nada.
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