Butch Cassidy y Sundance Kid, ?murieron en Bolivia?
Los bandidos que inspiraron 'Dos hombres y un destino' decidieron escapar de EE UU y continuar su vida criminal en Latinoam¨¦rica. En Bolivia dieron su ¨²ltimo golpe
El pueblo de San Vicente, ubicado al suroeste de Bolivia, se encuentra a 324 kil¨®metros de Potos¨ª, la ciudad m¨¢s cercana y capital del departamento del mismo nombre. La locaci¨®n minera, ¨¢rida y desolada, era un poblado fantasma. Hace unos a?os la empresa Pan American Silver la devolvi¨® a la vida. Ahora es un sitio de extracci¨®n de plata y zinc, pero no es el ¨²nico tesoro que su tierra guarda. Un letrero da la bienvenida a los visitantes con la siguiente inscripci¨®n: ¡°Aqu¨ª yacen los restos de Butch Cassidy & Sundance Kid¡±.
Diferentes teor¨ªas se han dado a conocer con el paso de los a?os. Una dice que los bandidos llegaron a Par¨ªs, donde murieron perseguidos por los hombres del empresario minero Carlos V¨ªctor Aramayo, a quien le hab¨ªan robado en Bolivia. Otra, seg¨²n Lula Parker Betenson ¨Chermana de Butch y autora del libro Cassidy, mi hermano-, su consangu¨ªneo regres¨® a EE UU y vivi¨® en el anonimato por a?os. F¨¦lix Chalar, un juez en la ciudad de Tupiza ¨Cen Potos¨ª-, colecciona evidencias que da fe de la llegada del d¨²o a Bolivia. Se respalda en las copias de los papeles que ha preservado y es claro: ¡°Butch Cassidy y Sundance Kid murieron en Bolivia porque existe bastante evidencia. Esos documentos se conservaron en el juzgado de Tupiza hasta 1970. Lamentablemente, un ciudadano estadounidense de nombre Roger McCord se los llev¨® a EE UU¡±.
Robert LeRoy Parker y Harry Alonzo Longabaugh, mejor conocidos como Butch Cassidy y Sundance Kid, respectivamente, decidieron escapar de EE UU y continuar su vida criminal en Latinoam¨¦rica, huyendo de la Agencia Nacional de Detectives Pinkerton durante la primera d¨¦cada de 1900. Pasaron por Chile y Argentina, antes de llegar a Bolivia en agosto de 1908. La ciudad de Tupiza, a la que los forajidos llegaron el 29 de octubre de 1908, ten¨ªa que ser el escenario de su ¨²ltimo golpe.
Chalar lleva la cronolog¨ªa de la llegada de los bandidos a este pa¨ªs andino. Una placa de metal en la que se lee su nombre y su profesi¨®n est¨¢ colocada en una vieja puerta a la entrada de su hogar. En una de las paredes del recibidor cuelgan los carteles de la pel¨ªcula Dos hombres y un destino (1969), en la que Paul Newman y Robert Redford interpretan a los bandidos durante su llegada a Bolivia. Y en la otra, una colecci¨®n de rifles Winchester, rev¨®lveres Colt .45 y tel¨¦grafos de la ¨¦poca, dando la sensaci¨®n de estar en un anticuario western.
Chalar saca de un portafolio de cuero desgastado una edici¨®n antigua de El Chorolque, un diario local fechado el 31 de octubre de 1908. ¡°Butch y Sundance Kid se alojan en el Hotel T¨¦rminus. El peri¨®dico publica la lista de alojados y en la n¨®mina se puede advertir el nombre de Santiago Lowe, el sobrenombre que utiliz¨® Cassidy en Bolivia¡±, explica Chalar.
Los forajidos ten¨ªan planeado robar m¨¢s de medio mill¨®n de d¨®lares que le pertenec¨ªa a Aramayo. Chalar lee una copia de un telegrama, fechado el 4 de noviembre de 1908, que anunciaba el atraco cometido. El dinero era transportado por Carlos Per¨®, administrador de la empresa Aramayo Francke y Cia., quien fue asaltado en Huaca Hua?usca ¨Ca 35 kil¨®metros de Tupiza-. Sin embargo, el d¨²o solo se encontr¨® con 90.000 d¨®lares en el cargamento. ¡°A Butch y Sundance les dijeron que hab¨ªa m¨¢s de medio mill¨®n de d¨®lares. Ese env¨ªo se retras¨® una semana y por una mala informaci¨®n no logran ese objetivo¡±, precisa el abogado.
Chalar relata que los bandidos llegaron a San Vicente el 6 de noviembre de 1908, haci¨¦ndose pasar por viajeros. Pidieron alojamiento a Cleto Bellot, el corregidor del pueblo, sin saber que los avances en la comunicaci¨®n, gracias a la telegraf¨ªa, ya hab¨ªan advertido del asalto. Esa noche, el capit¨¢n Justo P. Concha y dos hombres del Regimiento Abaroa, junto al inspector Timoteo R¨ªos del departamento de polic¨ªas de Uyuni se enfrentaron al d¨²o en un tiroteo que cobr¨® la vida de un soldado y de los forajidos.
No fue hasta el d¨ªa siguiente que encontraron los cuerpos de los asaltantes sin vida. Uno de ellos con un tiro en la frente y el otro en el pecho, seg¨²n indica uno de los telegramas. ¡°Uno de ellos ten¨ªa siete balazos en el cuerpo. Cassidy, aparentemente, termin¨® el sufrimiento de su amigo herido y despu¨¦s se suicid¨®¡±, se?ala Chalar.
Del cuarto donde murieron los forajidos casi no queda nada. ¡°En San Vicente ha entrado el tema de la privatizaci¨®n de la miner¨ªa y han puesto todas las casas prefabricadas. No les ha importado demoler el lugar del tiroteo¡±, afirma Fabiola Mitru, gerente de Tupiza Tours. Su empresa, junto a otras en la ciudad, se ocupa de ofrecer circuitos tur¨ªsticos que incluyen visitas a los lugares por donde pasaron los bandidos.
Sin embargo, todav¨ªa quedan inc¨®gnitas. Distintos equipos de antrop¨®logos forenses extranjeros han intentado ubicar los restos en el cementerio de San Vicente, pero no han tenido suerte. En el camposanto, seg¨²n Chalar, hay, por lo menos, tres capas de cad¨¢veres apilados, como en una fosa com¨²n. ¡°Habr¨ªa que desenterrar todo¡±, dice. M¨¢s de 100 a?os despu¨¦s de su muerte, la leyenda de los bandidos sigue viva.
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