Una nueva revuelta en un penal de Nuevo Le¨®n deja cuatro muertos y agudiza la crisis de las c¨¢rceles mexicanas
En lo que va de a?o se han contabilizadodo m¨¢s de 200 incidentes en las prisiones mexicanas. Un 60% de las c¨¢rceles mexicanas gozan de autogobierno
Cuatro presos han muerto en una revuelta que se ha producido en la prisi¨®n de Cadereyta, en el Estado de Nuevo Le¨®n (norte de M¨¦xico), seg¨²n inform¨® el Gobierno de este Estado a trav¨¦s de comunicado. El incidente se ha producido despu¨¦s de que cuatro reclusos se intoxicasen tras robar medicamentos de la farmacia del centro penitenciario.?
Un nuevo incidente que se suma a las fugas, ri?as y motines que han ocurrido en las ¨²ltimas semanas. A pesar de que en junio pasado entr¨® en vigor una nueva ley en la materia que buscaba poner orden en las c¨¢rceles del pa¨ªs y mejorar las condiciones de los internos, los problemas se han intensificado. Expertos en reinserci¨®n social consideran que estos hechos son una muestra del control que tiene el crimen organizado sobre las c¨¢rceles del pa¨ªs y que las autoridades no han podido revertir.
El lunes unos 600 reos se amotinaron en una c¨¢rcel de Nuevo Le¨®n, donde seis de ellos resultaron heridos. El jueves pasado 29 internos se escaparon de un penal de Ciudad Victoria, en Tamaulipas, a trav¨¦s de un t¨²nel, como lo hizo Joaqui¨ªn El Chapo Guzm¨¢n en 2015. Dos d¨ªas despu¨¦s, una ri?a en la misma c¨¢rcel dej¨® tres muertos y un herido de gravedad. El viernes en Canc¨²n, en el caribe mexicano, un reo muri¨® y otros tres quedaron heridos tras una ri?a. A mediados de mes, Juan Jos¨¦ Esparragoza Monz¨®n, hijo de uno de los fundadores del c¨¢rtel de Sinaloa, y otros cuatro reos escaparon de un penal en Culiac¨¢n. Con la fuga quedaron al descubierto las condiciones de privilegio en las que viv¨ªa en la c¨¢rcel estatal.
A diez meses de que entr¨® en vigor la nueva ley, los incidentes al interior de las c¨¢rceles federales han registrado un incremento. En enero de este a?o hubo 204 incidencias en los penales controlados por el Gobierno federal, donde estuvieron involucrados 365 reos. La mayor¨ªa de los disturbios fueron ri?as, mientras que el resto de los casos registrados correspondieron a agresiones, huelgas de hambre, decesos y suicidios. En enero del a?o pasado la cifra fue menor: 180 incidentes y 337 involucrados, de acuerdo a las ¨²ltimas estad¨ªsticas difundidas por la Comisi¨®n Nacional de Seguridad.
Las c¨¢rceles mexicanas est¨¢n rebasadas por los criminales. En el 60% de los centros hay autogobierno ¨Cdonde la autoridad no puede hacer cumplir los reglamentos del penal, y son los grupos hegem¨®nicos de reclusos quienes imponen su poder¨C, lo que pone en una situaci¨®n de vulnerabilidad al resto de los reclusos, se?ala Guillermo Zepeda Lacuona, especialista en temas penitenciarios. "En promedio hay un custodio para 35 internos y no se han desarrollado sistemas de videovigilancia o celdas electr¨®nicas para tener una mejor vigilancia de los reclusos", explica.
El 70% de los internos vive en condiciones de hacinamiento, dice Zepeda Lecuona, lo que genera violaciones a los derechos humanos. Seg¨²n la ONU superar el 120% de ocupaci¨®n carcelaria est¨¢ considerado un trato cruel, ya que esto impide establecer condiciones dignas y garantizar la integridad f¨ªsica de las personas. "El hacinamiento diluye la eficacia de las pol¨ªticas de reinserci¨®n como las tareas educativas y ocupacionales necesarias para la readaptaci¨®n", acota.
En el ¨²ltimo diagn¨®stico penitenciario dado a conocer el a?o pasado por la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se encontr¨® que tras revisar 130 prisiones estatales, 21 federales y tres militares, en la mayor¨ªa de estas impera el hacinamiento, la sobrepoblaci¨®n, las malas condiciones de higiene, y que el personal de seguridad es insuficiente para hacer frente a los motines o ri?as. La saturaci¨®n es uno de los mayores problemas que enfrenta el sistema penitenciario mexicano, ya que desencadena brotes de violencia.
Mart¨ªn Barr¨®n, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), menciona que entre 2005 y 2016 los penales disminuyeron al pasar de 455 a 389, pero la poblaci¨®n carcelaria ¨Csobre todo la relacionada a la delincuencia organizada¨C aument¨® por la lucha emprendida contra el narcotr¨¢fico. "Estas personas han llegado a imponer su control y hay una respuesta de la gente que no est¨¢ de acuerdo. Esto provoca que haya motines y fugas", destaca. Los escapes que han ocurrido recientemente, tanto en Sinaloa como en Tamaulipas, evidencian que los narcotraficantes tienen el poder de sobornar a toda la estructura, desde los custodios hasta el director del penal.
En junio pasado entr¨® en vigor la Ley de Ejecuci¨®n de Sanciones que busca cambiar el sombr¨ªo panorama en los centros de reclusi¨®n. El objetivo es contar con un esquema que garantice la reinserci¨®n social en condiciones dignas y seguras, apegadas al respeto de sus derechos humanos, y que acabe con los actos arbitrarios y la corrupci¨®n. La norma tambi¨¦n se propone modernizar el sistema carcelario y lograr la gobernabilidad en las prisiones. Barr¨®n considera que la ley no acabar¨¢ con el autogobierno, el problema estructural que impera en las c¨¢rceles. "La prisi¨®n necesita una reingenier¨ªa completa que no se resuelve con una ley, el problema viene de a?os atr¨¢s y se deben buscar alternativas para brindar efectivamente la reinserci¨®n a los internos", afirma.
La nueva ley prev¨¦ medidas de seguridad de vigilancia especial. El art¨ªculo 37 establece que las personas en prisi¨®n por delitos de delincuencia organizada compurgar¨¢n sus penas en espacios especiales y con vigilancia permanente. Cuando exista riesgo o amenaza inminente que ponga en peligro la seguridad del centro penitenciario, se decretar¨¢ estado de alerta m¨¢xima. Estas medidas resultar¨¢n insuficientes mientras no se resuelva el problema de sobrepoblaci¨®n y corrupci¨®n penitenciaria, coinciden los especialistas en el tema.
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