L¨¢grimas, amenazas y guerras internas desgarran a los ultras alemanes
La l¨ªder de AfD sugiere un posible abandono del partido d¨ªas despu¨¦s de romper a llorar en una reuni¨®n
Era la imagen de la victoria. Frauke Petry, copresidenta de Alternativa para Alemania (AfD), sonre¨ªa ante los aplausos y banderas que ondeaban en la ciudad de Coblenza. Reforzada por el triunfo de Donald Trump en EE UU y acompa?ada por los que presentaba como l¨ªderes de la nueva Europa ¨Cla francesa Marine Le Pen y el holand¨¦s Geert Wilders-, la jefa de los ultras alemanes se sent¨ªa el pasado enero impulsada por los vientos de la historia.
Dos meses m¨¢s tarde, la situaci¨®n parece muy distinta. No solo porque Wilders se quedara por debajo de sus expectativas. AfD vive momentos convulsos. Peleas internas, salidas de tono de l¨ªderes que coquetean con el nazismo y las renovadas fuerzas de los socialdem¨®cratas han restado apoyo a los populistas de derechas. Y ahora Petry, la cara m¨¢s conocida del partido, insin¨²a que podr¨ªa abandonar el barco.
¡°Ni la pol¨ªtica ni AfD son para m¨ª la ¨²nica alternativa¡±, asegur¨® Petry en una entrevista con el diario berlin¨¦s Tagesspiegel. La pujante l¨ªder de la derecha de la derecha alemana defiende la necesidad de replantearse la vida en determinados momentos. Y ella lo hace ahora. "Tras m¨¢s de cuatro a?os en AfD que han supuesto un enorme esfuerzo y han obligado a despedirme de una vida ordenada¡±, dice la mujer que aspiraba a convertirse en la Le Pen alemana.
Tras la tormenta generada por estas palabras, Petry desminti¨® que baraje abandonar la pol¨ªtica. Sus rivales internos se apresuraron a criticarla por lo que entienden se trata de una amenaza velada para salirse con la suya en el pr¨®ximo congreso que deber¨¢ decidir qui¨¦n lidera la lista en las elecciones. "Son palabras poco reflexionadas. No me las tomo en serio", dijo uno de sus enemigos ac¨¦rrimos.
No se trata de un exabrupto aislado. Faltan solo seis meses para las elecciones federales, y los ultraconservadores antiinmigraci¨®n no se han puesto de acuerdo sobre qui¨¦n encabezar¨¢ el partido en la campa?a. Petry aspiraba a ser la n¨²mero uno, pero sus rivales han dejado claro que habr¨¢ m¨¢s de un cabeza de lista. Y todav¨ªa no han decidido qui¨¦n. Hace solo unos d¨ªas que Petry rompi¨® a llorar en un congreso regional del partido en el que la facci¨®n rival la critic¨® duramente. Las im¨¢genes de esta mujer embarazada de su quinto hijo reflejaban bien hasta d¨®nde llegan los navajeos en AfD.
Las luchas intestinas han acompa?ado a AfD desde su nacimiento. De hecho, Petry lleg¨® a la c¨²spide del partido tras deshacerse de su fundador y hasta entonces l¨ªder, Bernd Lucke, que defend¨ªa un ideario conservador y eur¨®fobo, pero alejado de gui?os a la ultraderecha. Parad¨®jicamente, Petry pasa ahora por lo que entonces sufri¨® Lucke. Es el sector m¨¢s radical el que pretende destronarla.
La guerra interna subi¨® un escal¨®n en enero, cuando trascendi¨® un discurso en el que Bj?rn H?cke,?representante del sector m¨¢s ultra, criticaba el recuerdo constante de los horrores del nazismo. El monumento berlin¨¦s a las v¨ªctimas del Holocausto es, seg¨²n este dirigente, algo vergonzoso. Petry ¨Cque tambi¨¦n tuvo su pol¨¦mica cuando defendi¨® el uso del t¨¦rmino v?lkisch, estrechamente ligado al nacionalsocialismo- aprovech¨® las cr¨ªticas masivas contra este discurso que blanqueaba el periodo m¨¢s negro de la historia alemana para tratar de deshacerse de un rival pol¨ªtico. La c¨²pula del partido aprob¨® la expulsi¨®n de H?cke, pero esta todav¨ªa no se ha llevado a cabo.
Desde entonces, las encuestas reflejan una importante p¨¦rdida de apoyos. AfD, que el a?o pasado lleg¨® a superar el 15%, rondar¨ªa ahora el 7%, seg¨²n dos sondeos recientes. Es su nivel m¨¢s bajo desde finales de 2015. Los resultados en las elecciones regionales de la semana pasada tambi¨¦n supusieron una decepci¨®n.
AfD puede a¨²n recuperar terreno perdido en los seis meses que faltan para el examen final. Y, pese al baj¨®n de las ¨²ltimas semanas, los de Petry tienen casi seguro convertirse en el primer partido a la derecha de los democristianos en entrar en el Parlamento federal desde la ca¨ªda del nazismo. Pero la sonrisa que exhib¨ªa Petry en Coblenza rodeada de Le Pen y Wilders parece ya muy lejana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.