Bruselas exige a Londres claros progresos en el divorcio antes de hablar de la futura relaci¨®n
Gibraltar estar¨¢ excluida de cualquier negociaci¨®n entre la UE y el Gobierno brit¨¢nico
En menos de 48 horas, la UE ha digerido la demanda de divorcio de Reino Unido y ha esbozado una respuesta que anticipa desacuerdos fundamentales. El principal es que el bloque comunitario no consentir¨¢ negociar a la vez el pacto de desconexi¨®n de Reino Unido y la relaci¨®n futura que surja tras el Brexit, como pide Londres. As¨ª figura en las directrices negociadoras enviadas este viernes a todos los gobernantes europeos. Bruselas dice estar preparada por si el proceso descarrila.
A una carta de 2.214 palabras ¡ªla de la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May¡ª, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha respondido con otra de 2.338. La UE ha tratado de ce?irse, en sustancia y en extensi¨®n, a las l¨ªneas del documento brit¨¢nico, aunque con un tono m¨¢s sobrio que el empleado por May. El texto aleja, ya desde el principio, la pretensi¨®n brit¨¢nica de ganar terreno de juego desarrollando en paralelo la fase de salida y la construcci¨®n de un nuevo marco de relaci¨®n. ¡°Solo cuando se haya alcanzado un progreso significativo en la salida podremos discutir el resto. Las conversaciones paralelas, como sugieren algunos en Reino Unido, no ocurrir¨¢n¡±, sentenci¨® Tusk desde el congreso del Partido Popular Europeo, celebrado en Malta.
El texto, no obstante, abre la puerta a que pueda haber un cierto solapamiento entre ambas fases ¡ªen el momento en que se despeje el futuro de la salida¡ª y da por inevitable la existencia de un marco transitorio. Ni Reino Unido ni la UE quer¨ªan en principio este arreglo, pero se impone el escenario de que dos a?os no bastar¨¢n para destejer una convivencia de 44 a?os y a la vez perfilar la relaci¨®n futura. As¨ª que Bruselas lo acepta, pero ¡°aplicando los instrumentos regulatorios, presupuestarios, de supervisi¨®n y de ejecuci¨®n de las reglas de la Uni¨®n¡±. Es decir, los Veintisiete defienden que cualquier disputa se siga saldando en el Tribunal Europeo de Justicia, uno de los s¨ªmbolos m¨¢s denostados en Londres sobre la tutela que ejerce la UE.
M¨¢s all¨¢ del procedimiento, la prioridad de la UE es salvaguardar los intereses de los ciudadanos afectados por la incertidumbre del Brexit (los 3,3 millones de comunitarios residentes en Reino Unido y los casi 1,2 millones de brit¨¢nicos que habitan en otro pa¨ªs de la Uni¨®n). El texto de Tusk insiste en obtener ¡°garant¨ªas rec¨ªprocas¡± para resolver la situaci¨®n. Tambi¨¦n hay referencias a la indefinici¨®n en que quedan las empresas, con una llamada a ¡°evitar un vac¨ªo legal una vez los tratados dejen de aplicarse a Reino Unido¡±.
El peor escenario
Pese a declarar la voluntad de pactar con Londres, las directrices incluyen un mensaje que el presidente del Consejo Europeo evit¨® lanzar el d¨ªa de la notificaci¨®n del Brexit: que Europa est¨¢ preparada para un divorcio a las malas. ¡°La Uni¨®n trabajar¨¢ duro para lograr ese resultado [de entendimiento], pero se prepara para manejar la situaci¨®n incluso si las negociaciones fracasan¡±, advierte el documento.
La UE tambi¨¦n intenta protegerse del riesgo de que Reino Unido le haga competencia desleal una vez abandone la familia comunitaria. Tras las amenazas veladas que lanz¨® Londres de presentarse ante el mundo como un para¨ªso fiscal atractivo para las empresas, Bruselas responde condicionando la relaci¨®n futura a la lealtad. Cualquier acuerdo comercial entre ambos bloques debe fijar ¡°igualdad de condiciones en competencia y ayudas de Estado¡± e incluir¨¢ salvaguardas contra pr¨¢cticas agresivas.
Y frente al intento de May ¡ªmencionado hasta 11 veces en su carta¡ª de utilizar la aportaci¨®n que su pa¨ªs pueda prestar a la seguridad europea como se?uelo para lograr un tratado comercial ambicioso, la UE evita las grandilocuencias. Bruselas est¨¢ dispuesta a pactar en lucha contra el terrorismo y defensa, pero ¡°m¨¢s all¨¢ del comercio¡±, como cap¨ªtulo separado. Las bases de la negociaci¨®n ya est¨¢n sentadas a ambos lados de la mesa.
Cambio de rumbo en Gibraltar
El texto europeo incluye un importante espaldarazo a Espa?a en el conflicto de Gibraltar al excluir a este territorio de cualquier marco de relaci¨®n entre Bruselas y Londres tras la salida brit¨¢nica del club comunitario. No habr¨¢ pacto com¨²n que se aplique a la colonia brit¨¢nica ¡°sin el acuerdo entre el Reino de Espa?a y Reino Unido¡±, aclara el borrador.
La referencia expresa a Gibraltar es una de las principales novedades de las directrices, que marcar¨¢n la estrategia negociadora de los Veintisiete en este proceso. El Gobierno espa?ol quiere aprovechar el Brexit ¡ªy el limbo en el que queda este territorio respecto de la UE¡ª para forzar un proceso bilateral con Reino Unido del que Londres siempre ha recelado. El principio de que la colonia brit¨¢nica quedar¨¢ fuera de cualquier entendimiento da al Gobierno espa?ol la llave negociadora que buscaba. Si Londres quiere facilitar alg¨²n tipo de puente entre ese territorio y los 27 socios de la UE, tendr¨¢ que acometer una negociaci¨®n bilateral con Madrid.
Est¨¢ por ver que el Ejecutivo brit¨¢nico acepte. Pero con Reino Unido en la v¨ªa de salida del proyecto europeo, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 no tienen ya reparos en abandonar la neutralidad en este terreno y defender abiertamente los intereses espa?oles. ¡°En la UE de 27 Estados, ya solo est¨¢ representado el argumento de una de las dos partes¡±, ha alegado un alto cargo comunitario. Desde la victoria del Brexit en el refer¨¦ndum del pasado junio, el Ejecutivo espa?ol ha invertido grandes esfuerzos diplom¨¢ticos en este cap¨ªtulo.
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