Campa?a contra la prohibici¨®n de los ¡°matrimonios mixtos¡± en T¨²nez
ONG quieren derogar la norma que impide a las mujeres musulmanas casarse con un no musulm¨¢n
Una coalici¨®n de unas 60 organizaciones de la sociedad civil tunecina ha lanzado una campa?a para derogar una norma que proh¨ªbe el matrimonio de una mujer musulmana con un hombre no musulm¨¢n, lo que obliga a muchas parejas a buscar una, a menudo, falsa conversi¨®n al islam. Aunque T¨²nez aprob¨® en 2014 una nueva Constituci¨®n democr¨¢tica y laica, en el ordenamiento legal permanecen a¨²n vestigios del pasado inspirados en la sharia o ley isl¨¢mica, que solo permite el matrimonio con una persona de religi¨®n cristiana o jud¨ªa para el hombre musulm¨¢n, pero no la mujer. La justificaci¨®n se basa en la creencia de que la religi¨®n se transmite a trav¨¦s del padre.
En T¨²nez, la prohibici¨®n deriva de una circular del Ministerio de Justicia del 5 de noviembre de 1973, apuntalada por dos documentos posteriores, uno del Ministerio del Interior y otro del primer ministro. Este ¨²ltimo obliga a los funcionarios a solo reconocer las conversiones oficiadas por el muft¨ª de la Rep¨²blica tunecina, impidiendo el reconocimiento del cambio de religi¨®n efectuada en el extranjero. ¡°Esta medida es discriminatoria... Pone en duda un derecho fundamental de todo ser humano: el de la libre elecci¨®n de su c¨®nyuge¡±, sostiene Ghayda Thabet, portavoz de la Asociaci¨®n Tunecina de Apoyo a las Minor¨ªas, una de las ONG detr¨¢s de la campa?a.
Los detractores de la circular de 1973 argumentan que es inconstitucional y deber¨ªa ser abrogada. ¡°El art¨ªculo 21 [de la Constituci¨®n de 2014] reconoce la igualdad de los ciudadanos y ciudadanas en derechos y deberes ante la ley sin discriminaciones¡±, apostilla Thabet. A pesar de que han pasado ya seis a?os desde la Revoluci¨®n que derroc¨® al tirano Ben Al¨ª, T¨²nez no cuenta a¨²n con un Tribunal Constitucional, lo que dificulta la tarea de pulir las normas vigentes contrarias a la Carta Magna. El nombramiento de los jueces de la Corte Suprema se halla bloqueada por un conflicto entre el poder legislativo y el judicial respecto al grado de independencia de este ¨²ltimo. A la transici¨®n democr¨¢tica tunecina, premiada con el Nobel de la Paz de 2015, no le han cerrado todav¨ªa las costuras.
T¨²nez est¨¢ considerado el pa¨ªs del mundo ¨¢rabe en el que las mujeres gozan de m¨¢s derechos gracias a la aprobaci¨®n en 1956 de un c¨®digo de la familia inspirado en el franc¨¦s. La ley constituye el principal legado de Habib Bourguiba, el padre de la independencia, que pretendi¨® modernizar T¨²nez aplicando los par¨¢metros europeos. Sin embargo, Bourguiba, que quiso ser presidente vitalicio, no pudo evitar la llegada tambi¨¦n a T¨²nez de la ola conservadora que sumergi¨® Oriente Pr¨®ximo a partir de los a?os setenta. De esa ¨¦poca datan diversas normas, a menudo en forma de circulares, como la del 5 de noviembre de 1973, que salvaguardan la moral tradicional.
El advenimiento de la democracia ha provocado que afloren las contradicciones de la sociedad tunecina, escindida entre sus dos almas: la progresista, encarnada sobre todo por las nuevas generaciones, y la conservadora, protegida por buena parte de la clase pol¨ªtica. La cuesti¨®n de los matrimonios mixtos constituye el ¨²ltimo frente de una intensa kulturkampf que incluye la cuesti¨®n de la desigualdad legal entre hombres y mujeres en la herencia, la criminalizaci¨®n del consumo de cannabis o de la homosexualidad.
No es tan solo el partido Ennahda, que naci¨® islamista y ahora se define como ¡°islamo-dem¨®crata¡±, el que frena algunos cambios sociales. Curiosamente, su socio en el Gobierno, el laico y ¡°modernista¡± Nid¨¢ Tunis, ha mostrado a veces incluso un mayor celo en la defensa de la tradici¨®n. Por ejemplo, fue el presidente Beji Ca?d Essebsi, quien fren¨® las expectativas de una pronta derogaci¨®n de la llamada ¡°ley 230¡± que castiga con penas de c¨¢rcel la homosexualidad. En cuesti¨®n de horas, destituy¨® a su ministro de Justicia despu¨¦s de que se declarara favorable a esta medida.
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