Bannon, el estratega radical de Trump, sale del Consejo de Seguridad Nacional

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El estratega jefe de Trump llama a la lucha para ¡°desmontar el sistema¡±

El teniente general Herbert Raymond McMaster logr¨® su primera victoria. El estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, conocido por su extremismo e islamofobia, ha salido del Consejo de Seguridad Nacional. Con su ca¨ªda, el sector m¨¢s radical de la Administraci¨®n Trump pierde influencia en el organismo donde se dirimen las grandes estrategias de defensa y se discuten los secretos de Estado. En contrapartida, McMaster, de talante m¨¢s moderado, afianza su poder en la esfera m¨¢s sensible de la pol¨ªtica estadounidense.

La marcha de Bannon es el primer cap¨ªtulo de una batalla al m¨¢ximo nivel. McMaster fue nombrado consejero de Seguridad Nacional a finales de febrero tras el cese del general Michael Flynn por su implicaci¨®n en la trama rusa. Su entrada fue acogida con sorpresa. Recomendado por el estamento militar, no era amigo del presidente, Donald Trump, y sus puntos de vista distan notablemente del ala m¨¢s radical de la Casa Blanca. El general, por ejemplo, considera a Rusia un adversario y rechaza t¨¦rminos como ¡°terrorismo radical isl¨¢mico¡±. ¡°No acepto que se castigue a una religi¨®n entera¡±, dijo en su primera reuni¨®n con el personal de su consejo.

Bannon es el ¨¢ngulo opuesto. Admirador ferviente de Trump, este antiguo oficial de la Marina, que devino en banquero de Goldman Sachs, productor de Hollywood y agitador medi¨¢tico de la ultraderecha, ha puesto como gran objetivo la ¡°desconstrucci¨®n¡± del actual sistema de gobierno. Para ello ha enarbolado la bandera del ¡°patriotismo econ¨®mico¡± y una pol¨ªtica extrema de seguridad tanto en inmigraci¨®n como defensa. ¡°Somos una naci¨®n con una raz¨®n de ser¡±, suele decir.

Con enorme ascendencia sobre el presidente, Bannon, de 63 a?os, se ha constituido en un poder aut¨®nomo en la Casa Blanca, con acceso directo al Despacho Oval e influencia en casi todos los temas. De hecho, su ingreso en el Consejo de Seguridad Nacional fue ins¨®lito: nunca hasta la fecha un asesor pol¨ªtico hab¨ªa logrado un asiento.

Desde el inicio, los expertos pronosticaron un choque trenes. McMaster es un estratega de largo alcance, pero con los pies en la tierra. Fue condecorado en la Guerra del Golfo por su coraje y en el terreno intelectual logr¨® convertir en best seller militar su doctorado, una demoledora cr¨ªtica a la incompetencia del alto mando en la guerra del Vietnam.

Iconoclasta y acostumbrado a decir las cosas en voz alta, quienes le conocen auguraban que iba a delimitar pronto su territorio. ¡°A McMaster le gusta cuestionar la ortodoxia y tiene un pensamiento creativo¡±, ha explicado a este peri¨®dico John Bellinger antiguo asesor del Consejo de Seguridad Nacional con Condoleezza Rice. ¡°El general quiere resultados y ¨¦xitos. Es innovador y extremadamente capacitado. Bannon deber¨ªa entender sus propias limitaciones al enfrentarse a alguien como McMaster¡±, ha indicado Michael O¡¯Hanlon, profesor de Princeton y amigo del general.

La batalla estaba abierta y era notoria. Pero nada trascendi¨® en estas semanas. Para los analistas, McMaster, de 54 a?os, ten¨ªa en contra la enorme influencia del estratega jefe sobre Trump, a quien tall¨® ideol¨®gicamente. A su favor, contaba con el apoyo de otros militares en el consejo. A la cabeza figuraba el secretario de Defensa, el teniente general James Mattis, distante del radicalismo de Bannon y muy respetado dentro y fuera del Ej¨¦rcito.

El pulso, como todo en la era Trump, se ha dirimido r¨¢pidamente. Apenas un mes despu¨¦s de ser elegido, McMaster ha logrado su prop¨®sito. Se le ha concedido la salida de Bannon y se le otorga la responsabilidad de fijar la agenda del consejo. Asimismo, se devuelve su asiento en el consejo al jefe del Estado Mayor y al director de Inteligencia Nacional. El esquema tradicional vuelve a imponerse. McMaster ha ganado.