La Euroc¨¢mara evita las referencias a Gibraltar en sus condiciones para el ¡®Brexit¡¯
Barnier advierte que el divorcio y el acuerdo comercial no se negociar¨¢n en paralelo
El Parlamento Europeo ha fijado hoy mi¨¦rcoles sus condiciones en el desgarrado tango en el que se est¨¢ convirtiendo la separaci¨®n entre Reino Unido y la UE. Y lo ha hecho sin referencias a Gibraltar. Las instituciones cierran filas: en un debate a ratos bronco, los eurodiputados han rechazado las enmiendas presentadas por los brit¨¢nicos (apoyadas, entre otros, por los independentistas catalanes) sobre el Pe?¨®n. Las l¨ªneas rojas, que han recibido el voto a favor de dos tercios de los parlamentarios, van en la misma direcci¨®n que las directrices del Consejo Europeo para negociar.
Los estudios que maneja el Gobierno conservador brit¨¢nico dicen que Reino Unido necesita m¨¢s de 100.000 inmigrantes al a?o para hacer frente a una pir¨¢mide demogr¨¢fica que envejece con rapidez, con algunos sectores ¡ªeducaci¨®n y sanidad: la base del Estado del bienestar¡ª extremadamente dependientes de la mano de obra procedente del exterior. Da igual. Londres y sobre todo sus tabloides rehuyeron ese asunto o se emplearon a fondo en la versi¨®n brit¨¢nica de la posverdad durante el refer¨¦ndum, y en los primeros estadios de la negociaci¨®n han preferido agarrarse a una escalada verbal contra Espa?a a prop¨®sito de Gibraltar. El primer debate a fondo sobre el Brexit en la Euroc¨¢mara ha reflejado el estupefaciente estado de la cuesti¨®n: mucho tacticismo, enormes broncas sobre asuntos tangenciales y poca enjundia. El Europarlamento ha aprobado, por 516 votos a favor, 133 en contra y 50 abstenciones, sus condiciones para el Brexit, que coinciden a grandes rasgos con los del Consejo.
En negociador jefe de la Comisi¨®n Europea, Michel Barnier, ha dejado claro en Estrasburgo, una vez m¨¢s, que el acuerdo de divorcio y el acuerdo comercial no se negociar¨¢n en paralelo, pese a los deseos de la primera ministra brit¨¢nica Theresa May. ¡°El diablo est¨¢ claramente en los detalles¡±, ha apuntado aferr¨¢ndose al manoseado t¨®pico. Y poco m¨¢s: el vociferante Nigel Farage ha dejado la frase redonda del d¨ªa al asegurar que la UE act¨²a como una ¡°mafia¡± que quiere ¡°castigar¡± al Reino Unido. Y tanto Farage como el resto de diputados euroesc¨¦pticos hen hecho mucho ruido por el contencioso sobre Gibraltar, con propuestas para que la resoluci¨®n del Parlamento recogiera que los gibraltare?os votaron mayoritariamente a favor de quedarse en la UE. Los nacionalistas catalanes y el PNV, extra?os compa?eros de cama de Farage y compa?¨ªa, han apoyado ese texto, que ha sido? derrotado por abrumadora mayor¨ªa.
Los eurodiputados espa?oles del PP, PSOE y Ciudadanos se reunieron hace unos d¨ªas con el responsable parlamentario del Brexit, el archifederalista Guy Verhofstadt, para que la resoluci¨®n de la Euroc¨¢mara evitara cualquier tipo de referencia a Gibraltar. Los partidos espa?oles est¨¢n c¨®modos con las directrices aprobadas por el Consejo, que dan de facto derecho de veto a Espa?a al respecto. El l¨ªder del PPE, Manfred Weber, y el socialista Gianni Pittella han defendido que el asunto del Pe?¨®n queda fuera de las negociaciones y que cualquier pacto posterior depender¨¢ del visto bueno de Espa?a. ¡°Gibraltar es claramente un cap¨ªtulo que puede hacer descarrilar un eventual acuerdo entre Reino Unido y la UE¡±, ha afirmado el inevitable Farage. Esteban Gonz¨¢lez Pons (PPE) le ha afeado que desde la notificaci¨®n del Brexit no se han dejado de escuchar ¡°palabras de desprecio a Espa?a¡± con ¡°la palabra guerra en la boca de los m¨¢s nacionalistas¡±.
As¨ª est¨¢n las cosas. El Brexit es el primer divorcio de la UE en d¨¦cadas. Cambiar¨¢ los equilibrios de poder en la Uni¨®n. Tendr¨¢ un fuerte impacto econ¨®mico a ambos lados del Canal. Y afecta a todas y cada una de las agendas importantes en un momento cr¨ªtico para Europa, con crisis de todo tipo a¨²n por solucionar. Pero Gibraltar, un peque?o enclave de 32.000 habitantes cedido por Espa?a a Reino Unido en 1713 y reivindicado por Madrid desde hace d¨¦cadas, acapara gran parte de la atenci¨®n. Barnier, sin embrago, ha dedicado su tiempo a otros asuntos. Reclam¨® ¡°unidad¡± a los Veintisiete. Ha pedido resolver cuanto antes ¡°la incertidumbre e inseguridad¡± de los cuatro millones de europeos que viven en Reino Unido y brit¨¢nicos en suelo europeo. Ha reclamado una negociaci¨®n ¡°ordenada y secuencial¡±. Y ha enviado un mensaje cifrado a Downing Street: ¡°Cuanto m¨¢s pronto nos pongamos de acuerdo sobre los principios de una salida ordenada, antes podremos negociar nuestras futuras relaciones, comerciales y de todo tipo¡±.
Theresa May intenta chantajear a Europa: quiere negociar en paralelo el divorcio y la futura relaci¨®n, y amenaza con no colaborar en materia de seguridad y terrorismo si no hay un muy buen acuerdo comercial. De momento, ese ¨®rdago ha encontrado escaso eco a este lado del Canal. A la negativa de Berl¨ªn, de la Comisi¨®n y del Consejo, la Euroc¨¢mara ha a?adido una l¨ªnea roja m¨¢s: ¡°No puede haber conexi¨®n entre las cuestiones de seguridad y la futura relaci¨®n econ¨®mica¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.