Un senador da un discurso de 15 horas para bloquear un nombramiento de Trump
El dem¨®crata Jeff Merkley 'secuestra' el pleno al invocar una regla que permite hablar hasta que el legislador aguante para retrasar una votaci¨®n
El senador dem¨®crata Jeff Merkley tom¨® la palabra en el pleno del Senado el martes a las siete de la tarde. M¨¢s de 15 horas despu¨¦s, en la ma?ana del mi¨¦rcoles, segu¨ªa hablando en contra del juez elegido por Donald Trump para ocupar un cargo vitalicio en el Tribunal Supremo. El acto de protesta, calificado por la prensa estadounidense como ¡°masoquismo parlamentario¡±, tiene sus ra¨ªces en una peculiar regla de funcionamiento del Senado de EE UU que ha lanzado al estrellato a cualquiera que se ha atrevido a utilizarla.
El filibusterismo consiste en secuestrar el pleno durante tanto tiempo como un senador pueda continuar hablando. Merkeley decidi¨® emplearlo en medio de la tensi¨®n creada en la C¨¢mara legislativa por el nombramiento del juez federal Neil Gorsuch, que puede llegar a la Corte Superior del pa¨ªs con el aval de Trump como uno de los magistrados m¨¢s conservadores que han pasado por el Supremo.
El m¨¦todo permite que una minor¨ªa parlamentaria retrase o bloquee totalmente una votaci¨®n y suele ser empleado para manifestar el profundo rechazo de un partido a la propuesta realizada por el otro. Como a sus antecesores, la disciplina del filibusterismo ha exigido que Merkley no fuese al ba?o ni comiera durante las m¨¢s de 15 horas que pas¨® hablando. Le bastaron para aguantar varios vasos de agua y los ¨¢nimos que enviaron sus compa?eros dem¨®cratas a trav¨¦s de las redes sociales.
En el Senado estadounidense, la mayor¨ªa de los procedimientos requieren una mayor¨ªa de dos tercios ¡ª60 de los 100 senadores¡ª para salir adelante. Esto exige que cualquier propuesta cuente con respaldo de ambos partidos en situaciones como la actual, cuando los republicanos cuentan con 52 senadores y los dem¨®cratas con 48. Esta regla le ha dado prestigio a la C¨¢mara alta como ejemplo de consenso entre ambos partidos, pero el ambiente habitual de negociaciones ha entrado en una nueva fase coincidiendo con el arranque de la Administraci¨®n Trump.
Cuando un senador de la minor¨ªa toma la palabra en un acto de filibusterismo, adem¨¢s de escenificar una sonora protesta, tambi¨¦n obliga a recabar 60 votos a cualquiera que quiera poner fin a su intervenci¨®n. El r¨¦cord lo estableci¨® un senador dem¨®crata, en 1957, en poco m¨¢s de 24 horas y el fen¨®meno fue retratado para el cine por Frank Capra con la pel¨ªcula Mr. Smith goes to Washington.
El ¨²ltimo en emplearlo con ¨¦xito fue el senador Ted Cruz. Apenas dos a?os despu¨¦s de entrar en el Senado de la mano del Tea Party, Cruz salt¨® a la fama gracias a un discurso de 21 horas para oponerse a la reforma sanitaria del entonces presidente, Barack Obama. Como demostr¨® la jornada de Cruz en el estrado, las reglas del Senado no exigen que un ¡°filibustero¡± hable ¨²nicamente del tema al que se opone: el senador de Texas aprovech¨® entonces para leer un cuento a sus hijas desde el pleno coincidiendo con la hora a la que se iban a la cama.
La misma estrategia sirvi¨® para catapultar en 2013 la candidatura de Wendy Davis, una legisladora del Estado de Texas que armada con su palabra y un par de zapatillas de deporte protest¨® durante 11 horas para evitar que saliera adelante una de las leyes m¨¢s restrictivas del derecho al aborto en el pa¨ªs.
Los dem¨®cratas se han comprometido a utilizar de nuevo este m¨¦todo cuando comience el proceso para votar la confirmaci¨®n de Gorsuch como juez del Supremo. Los republicanos, en un gesto sin precedentes, amenazan con cambiar totalmente las reglas para que en vez de necesitar 60 votos, el magistrado pueda ser ratificado por una mayor¨ªa simple (51).
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