Siria abre el primer frente entre Trump y Mosc¨²
La nueva Casa Blanca se hab¨ªa caracterizado por una inusitada cercan¨ªa con su viejo enemigo de la Guerra Fr¨ªa. El jefe de la diplomacia viaja a Rusia en medio de la tensi¨®n
El jueves por la noche Donald Trump dio un volantazo respecto a la que hab¨ªa sido su filosof¨ªa respecto a la pol¨ªtica exterior (e interior): pensar en Am¨¦rica primero y no embarcarse en guerras que no le ata?en. Pero este giro, materializado en un bombardeo con misiles al r¨¦gimen de sirio, trae consigo otro cambio de tercio: la presidencia nacida bajo la sospecha de v¨ªnculos ladinos con Rusia ha abierto su primer frente contra Mosc¨², que apoya a El Assad. A los 78 d¨ªas de su llegada a la Casa Blanca, Trump cogi¨® el fusil.
¡°Felicidades a nuestros grandes hombres y mujeres del Ej¨¦rcito por representar tan bien a Estados Unidos y el mundo en el ataque de Siria¡±, dijo este s¨¢bado Trump, confirmando esa idea de que sus soldados vuelven a ser los soldados del mundo. Pero el respaldo que ha recibido de los aliados tradicionales de la EE UU contrasta con el rechazo en Rusia.
Las simpat¨ªas que Trump mostr¨® por Vlad¨ªmir Putin durante la campa?a electoral, algo inusitado en un candidato estadounidense -casi extravagante si adem¨¢s es republicano- ya crearon las primeras suspicacias. Y la formaci¨®n de su nuevo gobierno aliment¨® las sospechas de conchabanza. Nombr¨® como jefe de la diplomacia a Rex Tillerson, el primer ejecutivo a la petrolera Exxon, un hombre cercano al mandatario ruso, que en 2013 le entreg¨® la Orden de la Amistad.
¡°Ha tenido m¨¢s tiempo de interacci¨®n con Vlad¨ªmir Putin que probablemente ning¨²n otro americano con excepci¨®n de Henry Kissinger¡±, dijo entonces en The Wall Street Journal John Hamre, presidente del Centro para los Estudios Estrat¨¦gicos e Internacionales, de cuyo consejo formaba parte Tillerson.Y al frente del Consejo de Seguridad Nacional puso al general Michael Flynn, que ya entonces se sab¨ªa de su cercan¨ªa a Putin (pero que todos los v¨ªnculos posteriores y no revelados entonces acabaron en su dimisi¨®n).
Por si faltaban elementos, los servicios de Inteligencia de Estados Unidos concluyeron en diciembre que Mosc¨² hab¨ªa orquestado una campa?a de ciberataques durante las elecciones presidenciales que pretend¨ªan da?ar la candidatura de la dem¨®crata Hillary Clinton y favorecer la llegada a la presidencia de Trump, con quien ten¨ªan mucho mejor sinton¨ªa.
Y la sombra rusa sobre Washington no ha dejado de alargarse desde entonces: las noticias de reuniones opacas y v¨ªnculos econ¨®micos entre miembros del c¨ªrculo de Trump y Rusia -tanto durante la campa?a como despu¨¦s de las elecciones- no han dado tregua.
Trump acab¨® moderado sus elogios hacia Mosc¨², que hab¨ªan llegado a levantar ampollas. Cuando Barack Obama, al final de su mandato, en diciembre, expuls¨® a diplom¨¢ticos rusos como respuesta a la citada campa?a de ciberataques, Putin neg¨® los cargos pero rehus¨® tomar represalias equivalentes a la espera de iniciar relaciones con Trump, una vez llegado este al cargo.
¡°Un gran movimiento es de postergar [reacciones] por parte de Putin, ?siempre supe que era muy inteligente!¡±, dijo en su cuenta de Twitter. Y en una entrevista a primeros de febrero, preguntado por qu¨¦ respetaba a Putin, si es ¡°un asesino¡±. Trump contest¨®: ¡°Hay muchos asesinos, muchos asesinos¡ ?te crees que nuestro pa¨ªs es tan inocente?¡±.
Viaje de Tillerson a Mosc¨²
Esta suerte de ins¨®lito romance entre la nueva Administraci¨®n estadounidense y su viejo enemigo de la Guerra Fr¨ªa ha entrado en crisis. Est¨¢ por ver si se trata solo un tropiezo o el principio de una etapa de fr¨ªas relaciones, cuando se esperaba algo muy distinto de la nueva era Trump.
Tillerson viaja esta semana por primera vez a Rusia, como secretario de Estado, precisamente en una visita planeada desde antes del bombardeo, y se podr¨¢ comprobar si su vieja sinton¨ªa con el Kremlin, labrada en su etapa como gestor de un gigante petrolero, se mantiene viva. Este s¨¢bado habl¨® por tel¨¦fono con su hom¨®logo ruso, Sergei Lavrov, seg¨²n Sky News.
El Pent¨¢gono lanz¨® un ataque limitado y advirti¨® a los rusos del mismo con una hora u hora y media de antelaci¨®n para evitar al m¨¢ximo los da?os, ya que su objetivo era el r¨¦gimen de Bachar el Asad en respuesta al ataque con armas qu¨ªmicas que mat¨® a 86 personas. Pero Mosc¨² no cree que El Asad, a quien apoya en el conflicto sirio, est¨¦ detr¨¢s de esa matanza y da por bueno que el arsenal qu¨ªmico se destruy¨® en 2013. Putin calific¨® el bombardeo de ¡°agresi¨®n a un Estado soberano¡± bajo lo que considera ¡°un pretexto inventado¡± y decidi¨® anular un procedimiento de comunicaci¨®n sobre sus operaciones a¨¦reas que serv¨ªa para evitar incidentes a¨¦reos.
¡°Lo veo muy decepcionante pero lamentablemente debo decir que no me sorprende¡±, dijo Tillerson respecto a la medida adoptada por el Kremlin, a pocos d¨ªas del que ser¨¢ un viaje dif¨ªcil a Rusia.
La prensa estadounidense est¨¢? intentando contar la intrahistoria de por qu¨¦ Trump ha dado este giro y ha decidido implicarse en Siria. Una versi¨®n sentimental del proceso dice que las fotos de ni?os en dolorosa agon¨ªa sacudieron al empresario neoyorquino y le hicieron cambiar su pol¨ªtica exterior. Otra, que su equipo de seguridad, que ya no tiene ni a Flynn ni a Steve Bannon, sopes¨® los riesgos y decidi¨® no actuar como Obama en 2013 (que acab¨® por renunciar a atacar y confi¨® en el desarme qu¨ªmico de El Asad), sino por dar una respuesta medida, y que la pol¨ªtica de Trump no es otra que la flexibilidad ante los acontecimientos.
¡°Tenemos que empezar a ganar guerras otra vez¡±, hab¨ªa dicho al fin y al cabo a finales de febrero, cuando anunci¨® la mayor subida de gasto militar de la ¨²ltima d¨¦cada.
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