Alhucemas mantiene su pulso frente al Palacio Real de Marruecos
Decenas de miles de personas contin¨²an exigiendo justicia y mejoras sociales tras la muerte hace cinco meses de un vendedor de pescado
El rey Mohamed VI se fue de vacaciones a Cuba el pasado viernes dejando todo bien atado. Acababa de nombrar un Gobierno de coalici¨®n de seis partidos que le garantiza la paz social para los pr¨®ximos cinco a?os. Los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) resultaron los grandes perdedores en el reparto de carteras, a pesar de que en las legislativas obtuvieron los mejores resultados de su historia con 125 de los 395 esca?os del Parlamento. Hay descontento en sus bases, pero los dirigentes del PJD tratan de calmar las aguas. El partido que controla los principales ministerios lo preside otro amigo del rey, el magnate y ministro de Agricultura, Aziz Ajnuch. Y, desde el lado de la oposici¨®n, el principal partido, el PAM, es un aliado natural del Palacio, fundado por un amigo ¨ªntimo y actual consejero del rey, Fouad el Inma. As¨ª que, si se except¨²a el conflicto del S¨¢hara Occidental, todo parece previsible. En las calles del pa¨ªs apenas hay manifestaciones, ni enfrentamientos con la polic¨ªa, ni marchas donde se pongan en duda la pol¨ªtica del Palacio Real¡ Excepto en Alhucemas.
En esa ciudad rife?a de 60.000 habitantes se despert¨® hace cinco meses un movimiento de protesta ciudadana que ni las promesas, ni las amenazas, ni las detenciones espor¨¢dicas de algunos de los j¨®venes organizadores han conseguido frenar. Las manifestaciones comenzaron a finales de octubre, tras la muerte del vendedor ambulante de pescado Mouhcine Fikri, quien falleci¨® triturado dentro de un cami¨®n de la basura cuando intentaba recuperar la mercanc¨ªa que le acaban de confiscar.
Al principio, los participantes reclamaban justicia por la muerte de Fikri. La familia del vendedor se desvincul¨® de esas protestas, pero los manifestantes continuaron movilizados y en la lista de peticiones a la Administraci¨®n Central han incluido la construcci¨®n de un hospital, de una universidad y la abolici¨®n del decreto de 1958 por el cual se considera Alhucemas una zona militarizada.
La mayor¨ªa de las protestas se desarroll¨® de forma pac¨ªfica. Sin embargo, entre la noche del domingo 5 de febrero y el lunes se produjeron enfrentamientos entre polic¨ªas antidisturbios y manifestantes que salieron a conmemorar en Alhucemas la figura del h¨¦roe independentista Mohamed Abdelkrim, que cre¨® la Rep¨²blica Rife?a entre 1921 y 1926; 27 polic¨ªas resultaron heridos, seg¨²n la agencia oficial MAP, que inform¨® tambi¨¦n de que las manifestaciones no estaban autorizadas.
Nadie ha llamado a la puerta de los manifestantes. Y as¨ª siguen creciendo las protestas. Queremos hechos, no gestos Un activista
La semana pasada fueron destituidos una veintena de altos representantes del Ministerio del Interior en la zona y reemplazados por ciudadanos del Rif. Pero eso no ha servido para detener las movilizaciones. De hecho, el pasado domingo se produjo una de las mayores marchas en los ¨²ltimos cinco meses. Decenas de miles de personas recorrieron las calles de la ciudad durante tres horas detr¨¢s de una pancarta que dec¨ªa Amamos la vida. El nuevo ministro del Interior, Abdeluafi Lafti, originario del Rif, acudi¨® a Alhucemas al d¨ªa siguiente de la manifestaci¨®n para entrevistarse con representantes pol¨ªticos y civiles.
¡°El Makjz¨¦n (el Palacio Real) no va a conseguir detenernos con peque?os gestos¡±, se?ala Reda Benzaza, de 28 a?os, portavoz del comit¨¦ de protesta. ¡°Si han destituido a 20 altos cargos es porque las cosas se han estado haciendo mal. Y lo ha hecho sin transparencia, sin explicar los motivos del cambio. Pero cambiar un nombre por otro no es un cambio. Lo que queremos ver son intenciones claras, sinceras. Tambi¨¦n han nombrado como jefe del Gobierno al islamista Saaded¨ªn el Otmani, que es amazigh [bereber] y en su d¨ªa defendi¨® una autodeterminaci¨®n del Rif. Eso es una se?al de acercamiento, pero estamos hartos de las buenas se?ales. Hasta ahora, los movimientos que ha hecho el Wali [gobernador civil de la regi¨®n] no son para buscar soluciones sinceras; son movimientos para acabar con el movimiento popular. Y nosotros queremos soluciones¡±.
Otro de los participantes en las protestas indic¨®, baj¨® la petici¨®n del anonimato: ¡°Siempre que hay disturbios o grandes manifestaciones el Estado nos manda aqu¨ª a alguna autoridad. Ahora viene el ministro del Interior. Pero lo que hacen esos altos cargos es entrevistarse con las autoridades locales y los alcaldes¡ Nadie ha llamado a la puerta de los manifestantes. Y as¨ª siguen creciendo las manifestaciones. Queremos hechos, no gestos ni palabras¡±.
La manifestaci¨®n de este domingo fue la primera en varias semanas que se organiz¨® en las redes sociales, con v¨ªdeos y anuncios donde se fijaba el d¨ªa y la hora de inicios. Reda Benzaza explica que, durante las semanas anteriores, el sistema de convocatoria se realiz¨® mediante un m¨¦todo cuya traducci¨®n del rife?o significa ¡°en un pisp¨¢s¡±. ¡°Ante la estrategia represiva del Estado organiz¨¢bamos las protestas en distintos barrios y en menos de un minuto. Ahora parece que el Makjz¨¦n utiliza otra estrategia menos represiva, pero no vamos a parar las movilizaciones. Nos acusan de separatistas, pero el ¨²nico separatismo que hay aqu¨ª lo practica el Makjz¨¦n al dividir al pa¨ªs en un Marruecos ¨²til, donde se hacen inversiones, y en otro no ¨²til, como el Rif".
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