La justicia de Arkansas decide si frena una ejecuci¨®n masiva de presos
El Estado prev¨¦ matar a siete reos en un plazo de 11 d¨ªas antes de quedarse sin un f¨¢rmaco necesario para la aplicaci¨®n de la inyecci¨®n letal
La juez federal Kristine Baker, considerada progresista en asuntos sociales, debe decidir si permite que Arkansas lleve a cabo su plan maquiav¨¦lico de ejecutar a partir del pr¨®ximo lunes a siete presos en un plazo de 11 d¨ªas. Las prisas de Arkansas, que no aplica la pena capital desde 2005, se deben a que en mayo caducar¨¢ su reserva de midazolam. Es uno de los tres componentes utilizados para matar a una persona mediante una inyecci¨®n letal, pero ha provocado ejecuciones ag¨®nicas en el pasado.
Es una decisi¨®n sin precedentes en Estados Unidos desde que en 1976 el Tribunal Supremo reinstaur¨® la pena capital. Si la justicia no lo impide o el gobernador de Arkansas no aprueba un indulto a ¨²ltima hora, el Estado sure?o batir¨¢ el r¨¦cord de Texas, que ejecut¨® a seis reos en un plazo de 11 d¨ªas en 1997 y 2000, seg¨²n el Centro de Informaci¨®n de la Pena de Muerte.
Un magistrado paraliz¨® la semana pasada la pena capital de un octavo reo despu¨¦s de que un panel de apelaciones recomendara cambiar su condena por una cadena perpetua.
Baker escuch¨® este martes nuevos testimonios antes de emitir una sentencia, que podr¨ªa llegar el jueves, en el juzgado del Distrito Este, en Little Rock.
El Gobierno del republicano Asa Hutchinson, que busca sacar r¨¦ditos pol¨ªticos de la pena capital, alega que los siete hombres ¡ªautores de delitos entre 1991 y 2000¡ª cometieron cr¨ªmenes horribles y que su muerte es la mejor manera de lograr justicia para las v¨ªctimas.
La defensa de los presos argumenta que el escaso intervalo entre ejecuciones supone un castigo cruel, puede conllevar complicaciones m¨¦dicas y dificulta el derecho a la defensa legal. ¡°Nuestro pa¨ªs no participa en ejecuciones masivas¡±, dijeron los abogados. ¡°El calendario de ejecuciones no respeta la dignidad del condenado¡±.
A petici¨®n de los reos, Joel Zivot, un experto en anestesia, advirti¨®, en un testimonio el lunes, de que la combinaci¨®n de f¨¢rmacos que se utilizar¨ªan en las ejecuciones podr¨ªa desatar complicaciones, como sentirse ahogado ¡°bajo el agua¡± y ¡°quemar las venas¡±.
Sin embargo, Lee Rudofsky, abogado del Gobierno de Arkansas, argument¨® que el potencial de una muerte dolorosa no es motivo suficiente para impedir la pena capital, en una alusi¨®n al aval que ha dado la justicia al uso de midazolam.
M¨ªnimos en cuatro d¨¦cadas
Los planes de Arkansas llegan en un momento en que las condenas a muerte en Estados Unidos est¨¢n en su nivel m¨¢s bajo en cuatro d¨¦cadas ¡ª30 personas en 2016, un 39% menos que el a?o anterior¡ª como consecuencia de problemas log¨ªsticos y legales.
El boicot de fabricantes europeos y estadounidenses ha limitado en los ¨²ltimos a?os el acceso a sustancias para ejecutar a reos. Los 32 Estados que permiten la pena de muerte se han visto obligados a recurrir a f¨¢rmacos en mercados alternativos o en el extranjero.
Eso les ha llevado a experimentar con nuevas sustancias. Una de esas es el midazolam, un sedante que supuestamente es la benzodiacepina de efecto m¨¢s r¨¢pido, pero que hasta hace poco no se utilizaba porque hab¨ªa alternativas mejores y que ha provocado ejecuciones esperp¨¦nticas. En 2014, un preso en Oklahoma se convulsion¨® y murmur¨® media hora despu¨¦s de administrarle la inyecci¨®n letal con esa sustancia. El pasado diciembre, un reo en Alabama agoniz¨® durante 13 minutos antes de fallecer.
El Tribunal Supremo ha avalado el uso del midazolam, que se ha extendido despu¨¦s de que los Estados se quedaran sin pentotal s¨®dico, el anest¨¦sico que se usaba para dormir al reo antes de inyectarle en vena las otras dos sustancias que acaban con su vida: el bromuro de pancuronio, que paraliza todos los m¨²sculos y corta la respiraci¨®n; y el cloruro de potasio, que detiene el coraz¨®n, provocando por tanto la muerte. Esa es la combinaci¨®n que prev¨¦ usarse en Arkansas.
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