La detenci¨®n de Javier Duarte cierra el mayor esc¨¢ndalo de impunidad pol¨ªtica de la etapa de Pe?a Nieto
El arresto del exgobernador de Veracruz en Guatemala, despu¨¦s de seis meses pr¨®fugo, se produce en v¨ªsperas de unas elecciones marcadas por la corrupci¨®n
A las nueve de la noche de un s¨¢bado de gloria se acab¨® la suerte de Javier Duarte, uno de los s¨ªmbolos de la impunidad de M¨¦xico. El que fuera gobernador de Veracruz, el tercer estado m¨¢s poblado del pa¨ªs, fue detenido en Guatemala seis meses despu¨¦s de su fuga. M¨¦xico resuelve as¨ª una de las preguntas que m¨¢s aturd¨ªa al pa¨ªs -?d¨®nde est¨¢ Duarte?-, pero abre ahora otra inc¨®gnita, para muchos ret¨®rica: ?Por qu¨¦ lo detienen ahora?
La detenci¨®n de Duarte se produce en una semana sin antecedentes en la lucha contra la corrupci¨®n en un pa¨ªs donde esta lacra est¨¢ expandida como met¨¢stasis. A principios de semana era arrestado en Italia otro de los gobernadores pr¨®fugos, Tom¨¢s Yarrington, en busca y captura desde 2012. Al menos 20 gobernadores en los ¨²ltimos 11 a?os ¨Cdesde el inicio del sexenio de Felipe Calder¨®n- han sido investigados, detenidos o est¨¢n pr¨®fugos de la justicia mexicana. Dos de ellos, hoy vistos como apestados, fueron considerados por el presidente, Enrique Pe?a Nieto, como estandartes de un nuevo PRI que no fue tal: el propio Duarte y el exgobernador de Chihuahua, C¨¦sar Duarte, todav¨ªa pr¨®fugo.
El arresto de Javier Duarte se da cuando queda mes y medio para que se celebren elecciones en tres Estados, entre ellos el de M¨¦xico, el m¨¢s relevante del pa¨ªs, basti¨®n del PRI desde hace m¨¢s de 90 a?os y la casa de donde sali¨® hacia Los Pinos Pe?a Nieto. Por primera vez, la victoria del PRI est¨¢ en entredicho en el Estado de M¨¦xico. Ninguna de las encuestas da como ganador holgado al candidato, Alfredo del Mazo, que se disputa la gobernadur¨ªa con la candidata del izquierdista Morena, Delfina G¨®mez y la excandidata presidencial del PAN, Josefina V¨¢zquez Mota.
M¨¢s all¨¢ de las elecciones en los Estados ¨CNayarit y Coahuila son los otros dos en disputa- las detenciones de Yarrington y Duarte se producen en un contexto en el que M¨¦xico otea los comicios presidenciales de 2018, en los que la lucha contra la corrupci¨®n es una de las banderas que enarbolan todos los partidos, incluido el PRI, el m¨¢s afectado por su incapacidad en afrontarla, el m¨¢s criticado y el que sale peor parado en todas las encuestas, que le sit¨²an en tercer lugar en la carrera hacia Los Pinos.
Duarte, el caso m¨¢s emblem¨¢tico de la historia corrupta reciente de M¨¦xico, fue arrestado en una peque?a localidad colonial de Guatemala, de apenas 11.000 habitantes, pr¨®xima al lago Atitl¨¢n, una zona tur¨ªstica con varios complejos hoteleros. Las im¨¢genes de su detenci¨®n, esposado, resignado, con aspecto desali?ado, contrastan con la vida opulenta de la que se vanaglori¨® en su ¨¦poca de gobernador de Veracruz, uno de los Estados con m¨¢s peso electoral. Desmanes y excesos que han tocado a su fin.
El pol¨ªtico pri¨ªsta se fug¨® en octubre, despu¨¦s que se le acusara de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia il¨ªcita. Unos d¨ªas antes, hab¨ªa dejado su cargo, supuestamente para defenderse de las decenas de acusaciones que pesaban sobre ¨¦l. La Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR) le imputa el saqueo de 253 millones de pesos (13 millones de d¨®lares) de los fondos p¨²blicos de las secretar¨ªas de Salud y Educaci¨®n. Duarte fue detenido despu¨¦s de que el Gobierno de M¨¦xico solicitase al de Guatemala una orden detenci¨®n provisional. De acuerdo a los tratados de extradici¨®n entre ambos pa¨ªses, el Ejecutivo de Pe?a Nieto deber¨¢ presentar formalmente la solicitud de extradici¨®n antes de un plazo de 60 d¨ªas.
Duarte tendr¨¢ que hacer frente a las acusaciones que pesan contra ¨¦l mientras los veracruzanos conviven con una herencia que m¨¢s bien parece un parte de guerra. Dos meses antes de su fuga, se descubri¨® en las inmediaciones del Puerto de Veracruz la que, con los meses, se ha confirmado como la mayor fosa clandestina de M¨¦xico, con al menos 250 cuerpos. La violencia, por el control del narcotr¨¢fico entre Los Zetas y el cartel de Jalisco Nueva Generaci¨®n, aument¨® considerablemente desde la llegada de Duarte al poder, por no hablar de los ataques a la prensa: entre 2010 y 2016 fueron asesinados 17 periodistas. En el plano econ¨®mico, el sucesor de Duarte, Miguel ?ngel Yunes (PAN), afronta una deuda que asciende a 2.420 millones de d¨®lares.
El ascenso y ca¨ªda de Duarte o de Yarrington son dos ejemplos de c¨®mo los partidos pol¨ªticos mexicanos han mirado para otro lado ante la corrupci¨®n. El PRI, por ejemplo, expuls¨® a los dos exgobernadores de sus filas. En el caso de Yarrington, lo hizo en diciembre pasado. Lo que pretend¨ªa ser una decisi¨®n ejemplar no dej¨® de ser un gesto de cara a la galer¨ªa, rid¨ªculo, pues suspend¨ªa de derechos a alguien que llevaba cinco a?os fugado de M¨¦xico, con ¨®rdenes de captura de su pa¨ªs y de Estados Unidos, por v¨ªnculo con el narcotr¨¢fico.
Las detenciones de Yarrington y Duarte ¨Ccomo la de Moreira hace m¨¢s de un a?o en Madrid- se han producido fuera de su pa¨ªs, donde aparentemente han vivido sin mayores contratiempos, lejos de las turbulencias que sus casos han desatado. Ahora tendr¨¢n que hacer frente a la justicia de su pa¨ªs, tan en entredicho como la lucha contra la corrupci¨®n que se ha acelerado en plena ¨¦poca electoral.
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