¡°No nos gustan los rescates ni la pol¨ªtica de acogida a los refugiados¡±
El vicepresidente de la ultaderecha alemana defiende una candidatura conjunta para las elecciones tras la renuncia de la l¨ªder
El nombre de Alexander Gauland aparece en un lugar muy destacado en la propuesta con la que la l¨ªder del partido de extrema derecha alemana, Frauke Petry, acude al congreso que Alternativa para Alemania (Afd) celebra este fin de semana. No es casualidad. Petry anunci¨® ayer que renuncia a presentarse como cabeza de lista de Afd para las elecciones generales de septiembre y que su decisi¨®n est¨¢ motivada por ¡°la falta de una estrategia coordinada y por las fuertes provocaciones de algunos representantes¡±. Gauland, vicepresidente del partido, es el gran ¡°provocador¡± y un cr¨ªtico de la l¨ªder populista, que en una entrevista con EL PA?S, explica que aspira a ¡°formar parte de una candidatura conjunta¡±, con la que el tercer partido de Alemania, seg¨²n recientes encuestas, podr¨ªa concurrir a las elecciones.
A cinco meses de unos comicios que se perfilan cruciales para Europa, la joven extrema derecha alemana exhibe grietas de enorme profundidad. Gauland, supuesto representante del ala dura, no oculta en su despacho del Parlamento en Postdam sus diferencias con la col¨ªder y rostro de su formaci¨®n: ¡°no entiendo por qu¨¦ quiere dividir al partido¡±. Este antiguo pol¨ªtico de la CDU y jefe de filas de Afd en Brandeburgo representa a los que en el partido sienten que Petry va por libre y que ha acumulado excesivo poder. El partido ha logrado representantes en 10 de los 16 parlamentos regionales alemanes y por primera vez desde su fundaci¨®n, en 2013, tiene serias posibilidades de entrar en el Bundestag el pr¨®ximo oto?o.
Mientras Gauland habla, un asesor entra en su despacho alterado. Petry acaba de anunciar su renuncia. A partir de ese momento, el tel¨¦fono de Gauland no para de sonar. ?l defiende, y as¨ª lo ratificaron hace unas semanas los miembros del partido, que sea una candidatura conjunta y no de una persona la que concurra a las elecciones. ?No piensa que a los electores les resulta m¨¢s f¨¢cil identificarse con una persona que con un equipo? ¡°Mire, somos un partido de oposici¨®n. No somos un partido grande que vayamos a formar Gobierno ni que necesitemos un candidato a canciller¡±. Gauland desgrana las prioridades de Afd. ¡°No nos gusta la pol¨ªtica de bienvenidos refugiados de Merkel. No nos gustan los rescates a Grecia ni a los bancos de pa¨ªses europeos. No nos gusta la burocracia de Bruselas ni que Europa sea un Estado-naci¨®n. Queremos preservar nuestra soberan¨ªa y nuestra identidad¡±.
Formar gobierno
Petry lanza un ¨®rdago a los miembros del partido al pedirles que se pronuncien en el congreso de Colonia sobre qu¨¦ partido quieren ser. Quiere distanciarse a toda costa del ala dura y para ello les pide que elijan entre lo que ella llama una ¡°estrategia de realpolitik¡±, es decir prestarse a formar parte de gobiernos de coalici¨®n o ¡°la oposici¨®n fundamental¡± que personifica su rival, el tambi¨¦n fundador Gauland y al que cita en su propuesta con nombre y apellido.
Esa supuesta divisi¨®n ideol¨®gica y estrat¨¦gica entre un ala dura y un ala blanda, la enmarca a ella, joven, amable y madre de cuatro hijos y un quinto en camino, como la l¨ªder populista capaz de seducir a una base electoral m¨¢s amplia. ?l, un se?or mayor ¡ª76¡ª con cara de pocos amigos, quedar¨ªa relegado a capit¨¢n en jefe de un partido en la eterna oposici¨®n. El vicepresidente del partido cree que no hay tal disyuntiva, ni estrat¨¦gica ni ideol¨®gica. ¡°No es real. Quiere dividir al partido por razones personales¡±, asegura en Potsdam.
Un tercer personaje, Bj?rn H?cke, ayuda a entender las luchas intestinas que laceran a la ultraderecha. H?cke es un protegido de Gauland y es el miembro del partido que en enero alarm¨® a medio pa¨ªs al considerar el monumento del Holocausto de Berl¨ªn ¡°una verg¨¹enza¡±. Petry cree que H?cke es una carga para el partido, pero Gauland no est¨¢ dispuesto a dejar caer a uno de los suyos, entre otras razones, porque Afd hace de la supuesta libertad de expresi¨®n y la incorrecci¨®n pol¨ªtica sus se?as de identidad frente a los partidos del establishment. ¡°Digamos que pronunciar ese discurso no fue una decisi¨®n muy inteligente, yo no lo hubiera hecho¡±, reconoce Gauland. ¡°Pero eso no quiere decir que deba salir del partido¡±, a?ade. Para que no haya lugar a dudas, Petry pide al partido que deje claro por escrito que en Afd ¡°las ideolog¨ªas racistas, antisemitas y etnicistas no tienen cabida¡±.
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