La CIDH afea a M¨¦xico el estancamiento del ¡®caso Ayotzinapa¡¯

El caso de los 43 estudiantes desaparecidos en M¨¦xico en 2014 sigue dando que hablar. En una conferencia de prensa ofrecida este viernes en la capital, la relatora de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, para M¨¦xico, Esmeralda Arosemena, ha criticado la falta de avances en la investigaci¨®n. Es preocupante, ha dicho, "la falta de celeridad en alcanzar conclusiones tanto en las actividades de b¨²squeda, como en el esclarecimiento efectivo de las diferentes l¨ªneas de investigaci¨®n".

Arosemena y Paulo Abrao, secretario ejecutivo de la comisi¨®n, son los encargados de defender las conclusiones del grupo de expertos que investig¨® el caso sobre el terreno. Amparados por la CIDH, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI, trabaj¨® durante meses en M¨¦xico para tratar de averiguar qu¨¦ ocurri¨® la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, en el Estado de Guerrero. Llegaron a M¨¦xico en un intento de investigar los hechos de manera independiente: ya desde el principio, las familias desconfiaban de la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica. Salieron a la fuerza, obligados por la negativa del Gobierno mexicano a renovarles el permiso.

En su ¨²ltimo informe, presentado en abril del a?o pasado, el GIEI enterraba definitivamente la credibilidad del Ejecutivo de Enrique Pe?a Nieto. Despu¨¦s de meses de intrigas y declaraciones cruzadas con los investigadores federales, los expertos acusaban al Estado de obstruir sus pesquisas. Nunca les dejaron, por ejemplo, entrevistarse con los militares de la base de Iguala, muy cercana de donde se llevaron a los estudiantes. Tardaron en entregar informaci¨®n, filtraron otra... ¡°La investigaci¨®n tuvo dificultades que no son imputadas de manera exclusiva a la simple complejidad del caso", dec¨ªa el texto del informe. "La lentitud en las respuestas a las solicitudes del GIEI, la demora en la pr¨¢ctica de muchas pruebas, las respuestas formales y no sustanciales a muchas de las inquietudes, la no investigaci¨®n de otras l¨ªneas de investigaci¨®n, no pueden leerse como simples obst¨¢culos improvisados o parciales. Muestran barreras estructurales¡±.

El choque frontal entre los expertos y el Gobierno ven¨ªa de antes, de su primer informe, cuando el GIEI desech¨® las conclusiones de la versi¨®n oficial, la c¨¦lebre "verdad hist¨®rica". Los estudiantes, dijeron, no hab¨ªan sido incinerados en el basurero de Cocula, el pueblo de al lado de Iguala. Al menos no todos. La versi¨®n oficial, basada en las declaraciones de los detenidos, la mayor¨ªa presuntos integrantes del cartel de los Guerreros Unidos, contemplaba el secuestro de los j¨®venes, su asesinato, la hoguera y el traslado de las cenizas a un r¨ªo cercano. El GIEI dec¨ªa que no.?

Adem¨¢s de los informes,?el grupo de expertos divulg¨® una serie de recomendaciones antes de salir de M¨¦xico. Uno de los puntos indicaba la necesidad de difundir una narrativa acorde a los hallazgos del GIEI, precisamente una de las faltas que ha detectado la CIDH casi un a?o despu¨¦s. "La emisi¨®n de declaraciones p¨²blicas de altas autoridades que validan la hip¨®tesis de que los 43 estudiantes fueron incinerados en el basurero (...) es de preocupaci¨®n para la comisi¨®n".?

Arosema y Abrao han indicado adem¨¢s que sigue sin saberse el nivel de implicaci¨®n de las fuerzas de seguridad, en concreto el papel del Ej¨¦rcito y de la Polic¨ªa Federal. Tampoco se sabe quienes son dos personajes clave en la estructura criminal de Iguala, alias El Caminante y alias El Patr¨®n. Se ignora igualmente si lo ocurrido tendr¨ªa que ver con el tr¨¢fico de drogas a Estados Unidos. A partir de los informes del GIEI, esa l¨ªnea de investigaci¨®n tom¨® fuerza, la hip¨®tesis de que Guerreros Unidos habr¨ªa atacado a los estudiantes, pensando que estos quer¨ªan usar un autob¨²s que los primeros usaban para mandar droga al norte.?

Los avances que destaca la CIDH son m¨ªnimos y tienen que ver con el rastreo de las comunicaciones de aquella noche, la implicaci¨®n de los polic¨ªas de Huitzuco, otro pueblo cercano, y la atenci¨®n prestada a dos estudiantes que sobrevivieron.?

A d¨ªa de hoy, la sociedad mexicana ignora todav¨ªa el destino de los muchachos y el motivo: ?por qu¨¦ los mataron?