De la universidad mexicana a las listas del desempleo
Dos de cada cinco egresados menores de 30 a?os no tienen empleo o trabajan en la informalidad
Omar Mart¨ªnez es el perfil protot¨ªpico del joven reci¨¦n egresado de una universidad mexicana: 23 a?os, a punto de presentar su tesis para obtener la licenciatura y sufriendo para encontrar un empleo a la altura de su cualificaci¨®n. "Sales de la carrera y te piden que, a esta edad, tengas cuatro a?os de experiencia... es muy dif¨ªcil", se queja este especialista en Producci¨®n Audiovisual. Ha tocado puertas en productoras, ha trabajado en un par de proyectos para "aprender de la vida real", pero no ha logrado el anhelo de todo asalariado: un contrato fijo. "Es cierto que es bueno tener contactos, pero es igual de importante tener ideas frescas", afirma. "Quiero experimentar ahora que puedo y tengo el apoyo de mi familia, no busco cualquier trabajo porque s¨¦ que en alg¨²n punto voy a encontrar algo que valga la pena".
En cuatro frases, Mart¨ªnez ha mencionado dos palabras que resumen a la perfecci¨®n la situaci¨®n del mercado laboral mexicano: contactos y familia. "Casi todo depende de las redes de contactos", reconoce Yadira Navarro, profesora de la Benem¨¦rita Universidad Aut¨®noma de Puebla. El tercer concepto clave que completa el retrato es el de "universidad privada considerada de calidad", afirma Navarro, coautora de una investigaci¨®n de t¨ªtulo esclarecedor ¡ª?Profesionistas del futuro o futuros taxistas? Los egresados universitarios y el mercado laboral en M¨¦xico¡ª y conclusiones sombr¨ªas. "Hay notables diferencias entre centros p¨²blicos y privados, incluso en carreras id¨¦nticas: las posibilidades de colocaci¨®n son muy superiores en los segundos", a?ade.
Los datos de su estudio, publicado en 2011, no est¨¢n actualizados. Pero las conclusiones, advierte, siguen estando completamente vigentes: la tasa de desempleo de los graduados es m¨¢s alta que en otros pa¨ªses comparables, los salarios son m¨¢s bajos, y las diferencias tienen m¨¢s que ver con la procedencia social que con el desempe?o acad¨¦mico de los chicos. La brecha de inserci¨®n tambi¨¦n radica en el campo en el que han desarrollado sus estudios: las ingenier¨ªas o medicina son las carreras con mayor tasa de inserci¨®n y las ramas de humanidades o ciencias puras, las que menos, explica Navarro.
En M¨¦xico, dos de cada cinco universitarios menores de 30 a?os no tienen empleo o trabajan en la informalidad. Y el 30% de los parados tiene formaci¨®n superior, el doble que a principios de la d¨¦cada pasada, seg¨²n datos oficiales. "La causa de esto no es, como se suele decir habitualmente, que la formaci¨®n no es la adecuada para los puestos que se ofrecen: el origen del problema est¨¢ la carencia de empleos para los reci¨¦n egresados", apunta Manuel Gil Ant¨®n, investigador del Colegio de M¨¦xico.
Ser el candidato m¨¢s apto no siempre es suficiente para quedarse con el trabajo. A Luis Enrique Le¨®n, de 23 a?os, ya le ha sucedido. Egresado el a?o pasado de la carrera de qu¨ªmico en alimentos, su perfil tiene mucha demanda, pero ¨¦l no logra salir de la espiral de la creciente falta de oportunidades entre los universitarios mexicanos. "Hay vacantes, pero si no tienes experiencia te ofrecen muy poco", se?ala Le¨®n. "En M¨¦xico, como en Espa?a, nunca antes ha habido tantos muchachos tan bien formados. Pero la econom¨ªa no genera puestos para ellos", a?ade Gil Ant¨®n.
"Se encuentran en un c¨ªrculo sin salida: han aumentado sus niveles de escolaridad, pero, ante la baja generaci¨®n de empleos productivos, la b¨²squeda se convierte en una actividad complicada, azarosa y desgastante, en donde o bien optan por aceptar cualquier empleo, presentan tiempos de b¨²squeda mucho mayores a la de otros grupos u optan por aceptar empleos que est¨¢n muy por debajo de su capacitaci¨®n y conocimientos", a?ade, en la misma l¨ªnea, Emma Liliana Navarrete, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense.
Con un salario promedio que a duras penas llega a los 300 d¨®lares al mes y a los 600 en el caso de los empleados cualificados, en las perspectivas de entrada al mundo laboral se entremezclan las barreras de entrada con la precariedad de los puestos disponibles: jornadas de m¨¢s de 12 horas, sin pago de horas extra, prestaciones ni seguro. Le¨®n rechaz¨® un puesto por la mala paga, no cubr¨ªa ni siquiera los costos de transporte, y cuando el candidato que la empresa contrat¨® no cumpli¨® con las expectativas, le llamaron otra vez... con una oferta a¨²n m¨¢s baja. La b¨²squeda ha durado varios meses, pero no se desanima.
"El 80% de los trabajadores mexicanos cobra menos de 5.000 pesos (265 d¨®lares)", recuerda Gil Ant¨®n. "En este contexto, es muy dif¨ªcil para los profesionistas: si hace unas d¨¦cadas una licenciatura casi garantizaba un coche y una casa en El Pedregal [una de las zonas acomodadas de la Ciudad de M¨¦xico], hoy es solo un paraca¨ªdas que garantiza no caer en la pobreza".
A sus 24 a?os, Natalia Flores, arquitecta por la UNAM se ve abocada a tomar trabajos espor¨¢dicos: "No hay oportunidades". En su carrera, dice, es com¨²n trabajar por proyectos y bajo condiciones de mucha presi¨®n, pero estas condiciones se exacerban para quienes dan sus primeros pasos en el mundo laboral. Esta llamada de atenci¨®n se hace eco en otras especialidades y en centros p¨²blicos y privados del pa¨ªs. "Al principio, el tipo de trabajo siempre es bastante matado y no est¨¢ tan bien remunerado ni es muy gratificante", asegura Andrick Castillo, que estudia Contadur¨ªa en el Instituto Tecnol¨®gico Aut¨®nomo de M¨¦xico. Llegar a un puesto decente ha implicado un peregrinaje por varias empresas, pero ahora lo tiene algo m¨¢s claro.
Por su parte, Flores apuesta por la paciencia. Aunque a veces se agota: "Estoy preocupada porque quiero un trabajo que me d¨¦ estabilidad econ¨®mica y profesional, pero no he encontrado algo que me guste", admite. La prioridad es ganar experiencia, aunque eso posponga los planes de independizarse y salir de casa de sus padres. "Quiero hacer algo que me guste", agrega. Salir del pa¨ªs es una posibilidad m¨¢s que latente: "Mi objetivo es irme de M¨¦xico". Su destino geogr¨¢fico y profesional, como el de tantos otros j¨®venes mexicanos, es incierto.
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