Trump: noticias falsas hasta en el golf
Para Donald Trump lo importante es ganar incluso cuando los hechos demuestran lo contrario
Para Donald Trump lo importante es ganar, o creer que ha ganado, o convencerse de que ha ganado incluso cuando los hechos demuestran lo contrario. En el golf, deporte al que el presidente Trump dedica m¨¢s tiempo que a gobernar, demuestra la misma predilecci¨®n por las noticias falsas y los hechos alternativos que en la pol¨ªtica.
Hace unos treinta a?os jug¨® un partido con el actual presidente de Argentina, Mauricio Macri, en un campo cerca de Nueva York. Macri, que hoy visita a Trump en la Casa Blanca, hab¨ªa ido a Estados Unidos en un viaje de negocios en representaci¨®n de su empresa familiar. El plan era hacer una inversi¨®n conjunta con la empresa de Trump.
Salieron a jugar y Macri r¨¢pidamente vio que era mucho mejor al golf que su rival. Ganar iba a ser f¨¢cil¡ªpero quiz¨¢ no ser¨ªa una buena idea. Como buen argentino, Macri le hab¨ªa tomado la medida psicol¨®gica a Trump. El futuro presidente argentino vio que el futuro presidente de Estados Unidos acabar¨ªa muy disgustado si perd¨ªa, lo cual podr¨ªa incidir negativamente en su principal misi¨®n, firmar un contrato inmobiliario con ¨¦l.
Faltando un par de hoyos, Macri llevaba varios golpes de ventaja. Un problema. Reconociendo a su pesar que ten¨ªa que sacrificarse por la causa, lanz¨® la siguiente bola deliberadamente al agua. Pero no result¨® suficiente para darle a Trump la ventaja anhelada. Macri vio que no ten¨ªa m¨¢s remedio que autoinmolarse en el green del ¨²ltimo hoyo, el 18. Luchando contra sus hoy bien conocidos instintos competitivos, el joven Macri fall¨®, con toda la intenci¨®n del mundo, un par de putts, tirando el partido y d¨¢ndole a Trump el lujo de poder declararse el ganador.
Un ni?o de cinco a?os hubiera entendido que Macri se hab¨ªa inventado un flagrante hecho alternativo. Pero Trump no lo entendi¨®. O quiz¨¢ s¨ª, pero no. Su reacci¨®n al final fue tan curiosa como reveladora. Trump le insinu¨® a Macri que ve¨ªa que le hab¨ªa regalado el partido pero que posiblemente lo intuyera de ninguna manera disminu¨ªa su felicidad. Lo importante era que los n¨²meros le avalaban, que le pod¨ªa decir a qui¨¦n se lo preguntara que hab¨ªa derrotado al argentino y que lo celebrar¨ªa como si hubiera ganado de verdad y no de mentira.
Otro ejemplo m¨¢s, aunque afortundamente en este caso no hab¨ªa una guerra nuclear en juego, de c¨®mo han funcionado siempre los procesos mentales del presidente Trump. La verdad es la que ¨¦l se quiere creer, en el golf como en todo. Y como dec¨ªa el columnista Paul Krugman el otro d¨ªa en el New York Times, Trump siempre busca algo, cualquier cosa, que pueda llamar una victoria.
La mala suerte para Macri aquel d¨ªa fue que se jug¨® su ego en vano. El negoci¨® con Trump no se concret¨®. Pero quiz¨¢ a largo plazo resulte haber sido una buena inversi¨®n. Si Trump a¨²n recuerda esa feliz noticia falsa, hoy en la Casa Blanca le podria devolver el favor.
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