La lenta mejor¨ªa econ¨®mica da?a las opciones de Rohan¨ª en las elecciones de Ir¨¢n
El desencanto ante la lentitud de los cambios dificulta que el presidente gane en primera vuelta
Ir¨¢n elige nuevo presidente el pr¨®ximo 19 de mayo. Dado que los cuatro predecesores del actual titular, Hasan Rohan¨ª, fueron renovados para un segundo mandato, resulta tentador dar por hecho que el hombre que apost¨® por el acuerdo nuclear se mantendr¨¢ en el cargo. Sin embargo, nada est¨¢ garantizado. A pesar del f¨¦rreo control del sistema sobre el juego pol¨ªtico, las elecciones pueden dar sorpresas. El precio de los tomates y un inesperado candidato conservador entre los seis aprobados por el Consejo de Guardianes no permiten que Rohan¨ª se duerma en los laureles. Defender sus logros de los cuatro a?os pasados es insuficiente para movilizar los votos que eviten una segunda vuelta.
Empecemos por los tomates. Un ingenioso v¨ªdeo que estos d¨ªas circula entre los iran¨ªes muestra c¨®mo ha evolucionado el precio de ese producto b¨¢sico de su dieta, desde 2005, justo antes del Gobierno de Mahmud Ahmadineyad. Mientras 10.000 riales de entonces daban para llenar la pantalla de esas hortalizas, a?o a a?o el monitor se va vaciando hasta 2013, fecha de la elecci¨®n de Rohan¨ª, cuando el billete verde s¨®lo llegaba para comprar seis tomates. El nuevo presidente logra frenar la p¨¦rdida de poder adquisitivo e incluso, en el ¨²ltimo a?o, a?adir una s¨¦ptima pieza.
El mensaje es que Rohan¨ª ha logrado contener la inflaci¨®n, tal como insisten sus defensores, pero que la mejora es a¨²n insuficiente. El precio de los tomates es el equivalente iran¨ª de aquel famoso ¡°es la econom¨ªa, est¨²pido¡± de la campa?a en que Bill Clinton gan¨® a George Bush en 1992. Rohan¨ª alcanz¨® la presidencia con la promesa de desbloquear la crisis nuclear como v¨ªa para reactivar la econom¨ªa. Lo primero, lo consigui¨® con la firma del acuerdo nuclear hace dos a?os. Lo segundo, est¨¢ resultando m¨¢s lento de lo previsto a pesar del levantamiento de las sanciones seis meses despu¨¦s. Y sus rivales pol¨ªticos est¨¢n tratando de explotar ese flanco.
?Qui¨¦nes son los rivales de Rohan¨ª? Despu¨¦s de que el Consejo de Guardianes, un ¨®rgano con poder de veto sobre los candidatos, descalificara a Ahmadineyad y todos sus asociados (adem¨¢s de a otros 1.600 aspirantes), quedaron cinco en liza. Descartado su propio vicepresidente, Eshaq Jahangiri, quien se presenta para arroparle en los debates televisados y se espera que se retire una vez que haya cumplido su misi¨®n, quedan dos contendientes de enjundia, el alcalde de Teher¨¢n, Mohamed Qalibaf, a quien Rohan¨ª derrot¨® en 2013, y Ebrahim Rais¨ª, una estrella ascendente entre los conservadores.
La entrada de Rais¨ª en la contienda confunde a los analistas. Aunque formalmente se presenta como independiente, se le considera un protegido del l¨ªder supremo, el ayatol¨¢ Ali Jamene¨ª, que tiene la ¨²ltima palabra en todos los asuntos de Estado. Shirin Hunter, de la Universidad de Georgetown, estima que su concurrencia mina las posibilidades de reelecci¨®n de Rohan¨ª. ¡°Alguien de su estatura y perspectivas de futuro no se presentar¨ªa si no estuviera seguro de la victoria¡±, ha escrito en referencia a su rumoreada preparaci¨®n para suceder a Jamene¨ª.
¡°Salvo sorpresas, no veo nada que pueda hacer peligrar la continuidad de Rohan¨ª¡±, discrepa Luciano Zaccara, experto en Ir¨¢n y profesor de la Universidad de Qatar. En su opini¨®n, el r¨¦gimen iran¨ª no est¨¢ en condiciones de semejante cambio, que implicar¨ªa poner en tela de juicio el acuerdo nuclear alcanzado por Rohan¨ª y que, con todas las cr¨ªticas que se quiera, recibi¨® el respaldo de la m¨¢s alta autoridad.
Ante la opacidad del sistema, surgen diversas teor¨ªas. Seg¨²n algunos observadores, Rais¨ª se retirar¨¢ en el ¨²ltimo momento para impulsar la candidatura de Qalibaf y permitir que los conservadores, que siguen manteniendo los hilos del poder, se resarzan de su fracaso en las urnas en las legislativas del a?o pasado y recuperen la presidencia. Seg¨²n otros, todo es una estratagema del r¨¦gimen para asustar a las clases medias urbanas, potenciales votantes de Rohan¨ª pero desencantadas por la lentitud de los cambios, y que no se queden en casa el d¨ªa de las elecciones, sancionando con su voto la legitimidad del r¨¦gimen.
Y ah¨ª, en la participaci¨®n, volver¨¢ a estar la clave de los comicios. Dado que no hay tanto en juego como en 2013, Rohan¨ª, que sigue contando con el apoyo de los reformistas y de algunos conservadores moderados, tiene que convencer a los iran¨ªes de que le den otros cuatro a?os para continuar con las reformas que prometi¨®. Sus seguidores, muy activos en las redes sociales, han creado la etiqueta #???????_????? (#cambios_tangibles) para destacar lo hecho hasta ahora. Por su parte, la oposici¨®n conservadora intenta evitar que alcance el 50 % del voto para forzar una segunda vuelta.
Un debate aburrido
El debate electoral televisado del pasado viernes marc¨® el inicio oficial de la campa?a a las presidenciales iran¨ªes del pr¨®ximo 19 de mayo. Las expectativas eran altas despu¨¦s de que la semana anterior la comisi¨®n electoral decretara que los tres debates previstos iban a transmitirse en diferido y 48 horas despu¨¦s se viera obligada a desdecirse ante la reacci¨®n en contra de la opini¨®n p¨²blica y todos los candidatos.
Pero quienes sacrificaran la tarde del festivo semanal para sentarse ante el televisor a escuchar a los candidatos, debieron sentirse desilusionados. Durante tres horas, con un descanso a la mitad, los seis fueron respondiendo por turnos de dos minutos a las preguntas del moderador sobre sus planes para resolver la escasez de viviendas, promover el matrimonio de los j¨®venes, reducir la burocracia o proteger el medioambiente.
No hubo nada de la esgrima verbal que se vivi¨® entre Mahmud Ahmadineyad y Mir-Husein Musav¨ª en 2009, el primer a?o en que la campa?a iran¨ª incorpor¨® los debates en directo y que mantuvo a los iran¨ªes en suspenso. Ni siquiera una jugosa revelaci¨®n como cuando Hasan Rohan¨ª cont¨® en 2013 que su rival conservador Mohamed Qalibaf lleg¨® a proponer en 1999, cuando era jefe de la polic¨ªa, que se permitieran las protestas de estudiantes para que las fuerzas de seguridad pudieran aplastarles.
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