La lucha de las madres argentinas m¨¢s valientes cumple 40 a?os
El 30 de abril de 1977, 14 mujeres decidieron unir fuerzas para buscar juntas a sus hijos, desaparecidos por la dictadura
Hace 40 a?os, 14 mujeres se reunieron en la Plaza de Mayo de Buenos Aires. Buscaban a sus hijos, desaparecidos por la dictadura. Era s¨¢bado y ten¨ªan miedo, pero las ganas de encontrar a sus seres queridos eran a¨²n m¨¢s fuertes. Unas a otras se consolaron, se dieron ¨¢nimos y espont¨¢neamente decidieron unir sus fuerzas para obligar a la Junta Militar a darles respuestas. Ninguna imaginaba que ese d¨ªa plantaban la semilla de un movimiento que nunca podr¨ªa ser arrancado de la plaza y crecer¨ªa hasta ser conocido en todo el mundo. Con festivales de m¨²sica, muestras fotogr¨¢ficas, charlas y proyecci¨®n de documentales, la capital argentina homenajea estos d¨ªas a las Madres de Plaza de Mayo, esas valientes mujeres que se convirtieron en un s¨ªmbolo de resistencia contra el horror.
En sus primeros encuentros, hablaban sentadas en los bancos, con agujas y lana sobre la falda como coartada ante los uniformados, que las miraban con desconfianza. "Tranquilas, estamos tomando sol", dijo Azucena Villaflor cuando vio que se acercaban a ellas, seg¨²n recuerda Mirta Baravalle. Pero cualquier reuni¨®n de tres o m¨¢s personas estaba prohibida por el estado de sitio y uno de los polic¨ªas les orden¨®: "Caminen, circulen, no se pueden quedar ac¨¢". Las madres se levantaron y comenzaron a caminar primero alrededor del monumento a Belgrano y desu¨¦s de la Pir¨¢mide de Mayo, frente a la Casa Rosada, en sentido contrario a las agujas del reloj, como oponi¨¦ndose a cada minuto sin sus hijos.
"Al decirnos circulen, impuls¨® una danza sin fin", dice con una sonrisa Nora Corti?as, que sufri¨® el secuestro y desaparici¨®n de su hijo, Carlos Gustavo Corti?as, 15 d¨ªas antes de la fecha fundacional de Madres de Plaza de Mayo. Como ¨¦l, hombres y mujeres militantes de grupos guerrilleros, organizaciones pol¨ªticas y sindicales eran secuestrados en sus casas o en plena calle y trasladados a centros clandestinos de detenci¨®n. Al no presentar cargos contra ellos ni informar de su paradero, los que eran chupados por los militares pasaban a ser desaparecidos. La cadena de delitos del aparato estatal incluy¨® secuestros, torturas, robo de beb¨¦s nacidos en cautiverio, ejecuciones y desapariciones a trav¨¦s de distintos m¨¦todos, entre ellos los vuelos de la muerte, en los que los detenidos-desaparecidos eran drogados y arrojados con peso al r¨ªo de la Plata.
"Al principio ten¨ªamos muchas esperanzas, esperanzas de encontrarlos con vida. Ten¨ªamos la seguridad de que los ibamos a encontrar, no puede ser tan loco, y por eso empe?amos todas nuestras fuerzas y nuestro amor por encontrarlos", explica Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo. "No nos imagin¨¢bamos que iba a ser tan brutal. Los busc¨¢bamos con vida, pens¨¢bamos 'ya van a aparecer", coincide Baravalle. Su hija, Ana Mar¨ªa Baravalle, fue secuestrada en 1976, embarazada de cinco meses, y Baravalle se desesperaba tambi¨¦n ante la falta de noticias de su nieto o nieta.
La represi¨®n estatal hab¨ªa comenzado en 1974, pero se dispar¨® a partir del golpe militar del 24 de marzo de 1976. En pocos meses los desaparecidos se contaban por miles y en cuarteles, comisar¨ªas, c¨¢rceles las madres se cruzaban con otras mujeres con la cara demudada por la tristeza y les preguntaban: "?Vos tambi¨¦n?". "De las 14 primeras madres, cuando comenc¨¦ ya ¨¦ramos 20 y crec¨ªa semana tras semana", cuenta Corti?as. El pa?uelo blanco en la cabeza -que en un primer momento eran los pa?ales de tela de sus hijos- lo incorporaron unos meses despu¨¦s y r¨¢pidamente se convirti¨® en el emblema de su lucha.?
El r¨¦gimen las apod¨® "las locas", pero no les importaba y semana tras semana caminaban alrededor del monumento central de la Plaza de Mayo para exigir la aparici¨®n con vida de sus hijos. En caso de haber cometido alg¨²n delito, las Madres ped¨ªan a los militares que los juzgaran y condenaran conforme a la ley. Las mujeres no claudicaron ni siquiera cuando la asociaci¨®n sufri¨® un dur¨ªsimo golpe: el secuestro a fines de 1977 de tres de sus integrantes, entre ellas Azucena Villaflor, de quien hab¨ªa nacido la idea de unirse para ganar visibilidad. Las Madres cayeron por la delaci¨®n del excapit¨¢n de la Armada Alfredo Astiz, quien se infiltr¨® en el grupo y se hizo pasar por hermano de un desaparecido.
"Haber luchado por la vida contra la muerte, cuando la muerte te pas¨® tantas veces por encima, te da mucho coraje", argumenta a menudo De Bonafini. Las Madres celebraron el regreso de Argentina a la democracia, en 1983, y el juicio a la Junta Militar, que conden¨® a perpetua a sus miembros, pero tampoco se permitieron flaquear cuando la impunidad parec¨ªa ganarles la batalla con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida de Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989) y los indultos posteriores de Carlos Menem (1989-1999) a los jerarcas del r¨¦gimen. Sin parar de caminar, su exigencia de justicia y la reinvidicaci¨®n de la memoria de los 30.000 desaparecidos volvi¨® a cobrar fuerzas con la derogaci¨®n de esas leyes, durante el kirchnerismo, y la reapertura de centenares de juicios que han convertido al pa¨ªs en un ejemplo mundial.
En su mayor¨ªa octogenarias, las Madres regresan cada jueves a la plaza donde naci¨® su lucha. Marchan divididas desde 1986, cuando un grupo se escindi¨® por diferencias con Hebe de Bonafini y fund¨® Madres de Plaza de Mayo - L¨ªnea Fundadora. A ¨¦l pertenecen, entre otras, Nora Corti?as y Mirta Baravalle. El rechazo de De Bonafini a la inhumaci¨®n de restos y a la reparaci¨®n econ¨®mica estatal fue uno de los motivos de la separaci¨®n. Ambas organizaciones discrepan tambi¨¦n sobre la forma de reivindicar a sus hijos: las primeras han eliminado sus nombres y el de sus familiares desaparecidos de los pa?uelos y se reconocen como "madres de los 30.000", mientras que las integrantes de L¨ªnea Fundadora mantienen bien visible la fotograf¨ªa de sus hijos y su nombre al hacer la ronda. Las diferencias se acentuaron durante el kirchnerismo, cuando De Bonafini se aline¨® expl¨ªcitamente junto a N¨¦stor Kirchner y Cristina Fern¨¢ndez y L¨ªnea Fundadora mantuvo una postura m¨¢s independiente.
M¨¢s all¨¢ de lo que las separa, es m¨¢s lo que las une. "30.000 desaparecidos, presentes", corean a uno y otro extremo de la plaza, en un claro gesto desafiante al Gobierno de Mauricio Macri por cuestionar esa cifra. "Madres de la plaza, el pueblo las abraza", las despiden cada semana decenas de personas, conmovidas por su sola presencia. Ellas conf¨ªan en saber alg¨²n d¨ªa qu¨¦ pas¨® con todos los desaparecidos y que los j¨®venes que las arropan, y en los que ven reflejados a sus hijos, contin¨²en su lucha??
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