La muerte viaja en autob¨²s en el Estado de M¨¦xico
EL PA?S recorre tres rutas del Estado m¨¢s poblado del pa¨ªs para explicar la inseguridad que golpea a los cuatro millones de personas que lo usan a diario
El brutal aumento de la inseguridad en los transportes se ha convertido en uno de los temas capitales de la campa?a electoral del Estado de M¨¦xico, que elegir¨¢ nuevo gobernador el pr¨®ximo 4 de junio. Las propuestas de los partidos van desde colocar c¨¢maras en los autobuses, la instalaci¨®n de botones de p¨¢nico o la instalaci¨®n de wi fi en lo veh¨ªculos. Cansados de la impunidad y la rutina de los robos cada vez son m¨¢s los pasajeros que se enfrentan a los asaltantes y son asesinados. Tres viajes en autobuses del Estado de M¨¦xico explican por qu¨¦ el 80% de los mexiquenses considera el transporte p¨²blico malo, caro e inseguro.
RUTA 1: La m¨¢s peligrosa (M¨¦xico-Ecatepec-Tizayuca)
El cobrador de camisa blanca y corbata camina por el pasillo del autob¨²s con la cremallera abierta y los billetes doblados como s¨¢banas entre los dedos.
A un lado de la ventanilla, en la autopista M¨¦xico-Pachuca, el paisaje son decenas de miles de viviendas de concreto que se extienden como un manto gris hasta donde se pierde la vista. El paisaje son tambi¨¦n los tinacos, los techos de l¨¢mina, la tierra ¨¢rida y los carteles electorales. Al otro lado del cristal, 23 pasajeros ojerosos regresan a casa en silencio, agarrados a la mochila, inmersos en una enga?osa modorra. Cada vez que se abre la puerta todos levantan la vista.
Dos mujeres de la fila cuatro se hacen se?as y bajan antes de tiempo cuando sube un tipo con ropa deportiva. Todos los usuarios de transporte p¨²blico del Estado de M¨¦xico (Edomex) han desarrollado un poderoso instinto para detectar el peligro que se alimenta de se?ales imperceptibles para el resto; una gorra, una bolsa de deporte, un bulto met¨¢lico bajo la ropa.
Seg¨²n datos oficiales los 49 kil¨®metros que unen la estaci¨®n de Indios Verdes con Tizayuca suponen uno de los trayectos m¨¢s peligrosos del pa¨ªs. El a?o pasado, en el Estado de M¨¦xico, se denunciaron cientos de asaltos que dejaron, al menos, 50 muertos, 15 de ellos de pasajeros que se resistieron al atraco. La cifra se ha disparado este a?o. En los dos primeros meses de 2017 se denunciaron diez asaltos diarios, una gran cantidad de ellos cometidos en esta ruta por la que avanza tosiendo el autob¨²s.
¡°Es raro encontrar a alguien que no haya sido asaltado. La gente trae celulares viejos, o no m¨¢s carga 50 o 100 pesos por temor al robo¡± dice desde el asiento de al lado Mercedes Flores, que regresa a su casa. Tras una jornada laboral de nueve horas como asistenta dom¨¦stica ha pasado 40 minutos en el metro, otra media hora de espera en el paradero y afronta la ¨²ltima hora de autob¨²s sin la posibilidad de dormir un rato arrullada por la m¨²sica de los ?ngeles azules y el fieltro del asiento.
Eso, dormir, es una de las cosas desaconsejadas por las autoridades para evitar los asaltos. ¡°Antes esculcaba las bolsas o se llevaban el dinero y los celulares pero ahora simplemente traen una bolsa de basura y ah¨ª echan mochilas, bolsas, carteras¡todo lo que encuentran¡±, comenta sin perder de vista la puerta.
Cerro Gordo, Ecatepec, Tecamac... el trayecto de 36 pesos est¨¢ jalonado por los carteles electorales con los rostros de los candidatos a la gobernatura del Estado de M¨¦xico para las elecciones del 4 de junio.
¡°M¨¢s que un cambio¡± dice el eslogan del gigantesco espectacular con el rostro de la candidata conservadora del Partido Acci¨®n Nacional (PAN), Josefina V¨¢zquez Mota, quien ha prometido instalar wi-fi en los autobuses si gana las elecciones. ¡°Mano dura contra la delincuencia¡±, se?ala otro cartel en el que se ve al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y l¨ªder en las encuestas, Alfredo del Mazo, frente a varios de autobuses. Entre uno y otro cartel, hay otro enorme con la cara de la ni?a M¨®nica Alejandrina, en el que se ofrece un 1,5 millones de pesos por cualquier dato que permita su localizaci¨®n.
En cada kil¨®metro de asfalto se mezcla la realidad y el enga?o; las desapariciones y feminicidios r¨¦cord a nivel mundial, y las promesas pol¨ªticas. Igual que en el autob¨²s, donde el conductor es el ¡®operario¡¯, el veh¨ªculo es la ¡®unidad¡¯, y el cobrador, que viaja con medio cuerpo descolgado en la puerta de la ruta m¨¢s asaltada del pa¨ªs, utiliza corbata. Adem¨¢s, la candidata prometi¨® a?adir wi-fi a tanto lujo.
RUTA 2: Y la gente se hart¨® (Toluca-M¨¦xico)
Apenas un par de ¡®g¨¹eros¡¯ suben al autob¨²s que sale de San Mateo Atenco. A las 6.15 de la ma?ana, a¨²n noche cerrada, el parque nacional de La Marquesa, entre Toluca y la Ciudad de M¨¦xico parece dise?ado para huir.
Cada d¨ªa entre la capital mexicana y el Estado de M¨¦xico se hacen 12 millones de viajes como este para mover a 4 millones de personas.
El Estado de M¨¦xico es uno de los cinturones industriales m¨¢s imponentes y quebrados socialmente de Am¨¦rica Latina. Con 16 millones de habitantes, de aqu¨ª sale una parte importante de la mano de obra que trabaja en la capital y que se sube cada d¨ªa, desde antes de que amanezca, a una sucesi¨®n de buses, combis y metros a la que dedica casi 3 horas diarias para ir y venir a su puesto de trabajo.
Ciudades como Ecatepec (1,6 millones de habitantes), Nezahualc¨®yotl ( 1,1 millones) o Tlanepantla (700.000) conforman el Estado m¨¢s poblado de los 32 que tiene el pa¨ªs. El Edomex es tambi¨¦n una potencia econ¨®mica donde se produce casi el 10% del PIB del pa¨ªs. Pol¨ªticamente, con 11 millones de votantes, es el estado que proporciona el mayor n¨²mero de votos.
Paralelamente, el Estado de M¨¦xico tiene la tasa delictiva m¨¢s alta del pa¨ªs, con m¨¢s de 45.000 delitos por cada 100.000 habitantes, el doble que en el resto del pa¨ªs. En el caso del transporte p¨²blico la tasa es tres veces superior a la del resto del pa¨ªs, seg¨²n la Encuesta de Victimizaci¨®n (ENVIPE). Con 16 muertes violentas cada 100.000 habitantes, si fuera un pa¨ªs, el Estado de M¨¦xico ser¨ªa el sexto de la OCDE con m¨¢s asesinatos del mundo.
Pero un d¨ªa un pasajero se cans¨® de tanto robo. En realidad, ¨¦l y todos los pasajeros que viajaban con ¨¦l a esta misma hora en el autob¨²s de Flecha Roja.
Fue a primeros de noviembre y a esta misma hora de la madrugada. El misterioso pasajero, se cree que un exmilitar, esper¨® a que lo asaltantes vaciaran los bolsillos del pasaje hasta que se levant¨® desde la oscuridad de los asientos traseros, desenfund¨® una pistola y de un certero disparo mat¨® al primer ladr¨®n y despu¨¦s al segundo. Otros dos intentaron huir pero los alcanz¨® en la puerta y los remat¨®. Luego devolvi¨® los bienes robados a sus due?os, orden¨® parar el autob¨²s y se perdi¨® en la noche de La Marquesa. Ning¨²n testigo lo delat¨® y jam¨¢s se present¨® denuncia formal por aquello.
¡°Se calm¨® bastante la cosa desde que mataron a esos cabrones¡±, dice el conductor de Flecha Roja al pasar por el lugar donde fueron ejecutados. Con menos ¨¦xito, el viernes fue asesinado un exmilitar cuando hizo frente a sus ladrones. Su cuerpo tiroteado qued¨® tirado en una calle de Naucalpan cubierto por varios cartones. Ni siquiera la muerte tiene ¨¦pica en Edomex.
RUTA 3: Ecatepec, el (pen)¨²ltimo muerto
Dos j¨®venes rudos con playera sin mangas, muchos tatuajes y peinados imposibles enjuagan el trapo y siguen limpiando los autobuses mirando al barro en la colonia La Nopalera, a un costado del pante¨®n de Ecatepec. ¡°Ya m¨¢rchese me estoy metiendo en problemas si me ven hablando con usted¡± dice uno de ellos.
Ecatepec es el peor lugar de M¨¦xico para vivir. Seg¨²n un estudio del Gabinete de comunicaci¨®n estrat¨¦gica sobre ciudades mexicanas, no cumple est¨¢ndares ni de calidad de vida, ni de servicios p¨²blicos, zonas verdes, museos, movilidad, escuelas o centros de diversi¨®n.
Surgida entre los a?os 70 y 90 a partir de la masiva emigraci¨®n del campo a la ciudad, Ecatepec, concentra un 15% de todos los delitos que se registran en el Estado de M¨¦xico, ya de por s¨ª uno de los m¨¢s violentos del pa¨ªs. Aproximadamente, cada mes hay cien muertes violentas y 150 violaciones, seg¨²n datos oficiales. Con 1,6 millones de habitantes, Ecatepec es un lugar mucho m¨¢s mort¨ªfero que Ciudad Ju¨¢rez en lo que a feminicidios se refiere..
Pero si Ecatepec es el peor lugar para vivir de M¨¦xico, los arrabales del ¡®peor lugar para vivir¡¯ son una pel¨ªcula de terror donde nunca gana el bueno.
Pum, pum, pum¡.tres disparos en el pecho, 20 balazos contra la carrocer¨ªa y una nota en el suelo. Es todo lo que dejaron en el lugar los dos tipos que la semana pasada llegaron a las cinco de la tarde y masacraron al chofer cuando estaba a punto de salir hacia San Crist¨®bal con una decena de pasajeros.
-?Aqu¨ª mataron a un chofer la semana pasada, cierto?
-?A uno? Llevamos cuatro en los ¨²ltimos tres meses. Una de ellas era mi hermana- explica bajo el calor uno de los supervisores. ¡°Si no pagan 100.000 de entrada a la semana, 15.000 por empresa empezaremos a matar a los choferes y quemar unidades¡±, dec¨ªa la nota firmada con la iniciales M.M.L. que qued¨® tirada en el lugar.
¡°Estoy hasta la madre, no puedo m¨¢s. Yo me quiero ir ya¡±, dice al borde de las l¨¢grimas el propietario de dos autobuses que tampoco quiere dar su nombre. Mientras habla, en la tienda de la esquina unos polic¨ªas escoltan al distribuidor de refrescos mientras entrega la mercanc¨ªa. Paredes de cemento, calles sin asfaltar, basura y un sol de justicia. Los chavos sin camisa siguen limpiando los autobuses en La Nopalera, donde todo parece perfectamente dise?ado para fabricar delincuentes.
¡°Lo peor es que nos hemos acostumbrado a la muerte y los disparos y ni siquiera los distingues de la feria¡±. ¡°Y ya, l¨¢rguese, que no me vean hablando usted¡± protesta el propietario que fue rudo.
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