Francisco y el caos apocal¨ªptico
El Papa rompe este fin de semana su campechan¨ªa viajera al aceptar una organizaci¨®n tan engorrosa
Cierre de fronteras, registros sin miramientos en personas y cosas, exhibici¨®n policial sin precedentes, espectacular despliegue de medios¡ Francisco rompe en Portugal, este fin de semana, su campechan¨ªa viajera, como si quisiera contribuir, aceptando una organizaci¨®n tan engorrosa, a la tradicional visi¨®n apocal¨ªptica de los relatos que tres pastorcillos analfabetos hicieron ante sus vecinos hace exactamente cien a?os afirmando que hablaban por boca de la Virgen que se les aparec¨ªa muchas tardes en la Cova da Iria, cerca de F¨¢tima. Es verdad que los papas re¨²nen a cientos de miles de personas cada vez que salen del Vaticano en viaje oficial (como jefes de Estado) o en peregrinaje (como jefes de Iglesia), pero Francisco suele exigir prudencia y austeridad frente a la tendencia de sus jerarcas por las parafernalias ceremoniales. A Egipto acudi¨® el pasado 28 de abril a pecho descubierto (¡°sin coche blindado¡±, presumi¨® el portavoz del Vaticano), y el pont¨ªfice argentino ya ha hecho saber que los soldados y polic¨ªas que lo cuiden en su viaje a Colombia, el pr¨®ximo septiembre, deber¨¢n ir ¡°desarmados¡±.
No cabe duda de que sin papa no hay multitudes, ni siquiera en F¨¢tima. Lo saben de sobra los obispos. Tambi¨¦n conocen la importancia pastoral y econ¨®mica de contar en sus di¨®cesis con alguna ¡®aparici¨®n¡¯ de la Virgen, sobre todo en un tiempo en el que el cristianismo romano da m¨¢s importancia a la madre de su fundador que al propio Jes¨²s (una religi¨®n blanda, frente al radical discurso liberador del nazareno). Pero el Vaticano se resiste a aprobar apariciones milagrosas. Lo ha hecho en toda su historia 14 veces, la m¨¢s antigua la de Espa?a (la Virgen del Pilar, en Zaragoza, el a?o 40). M¨¦xico tiene su Guadalupe, Francia acapara cinco apariciones, la m¨¢s c¨¦lebre la de Lourdes (todas ellas en los siglos XIX y XX, para combatir el laicismo reinante); Italia celebra a su Lacrimosa, de 1953¡ Por cierto, en la mayor¨ªa de los casos, los visionarios fueron ni?os o ni?as pastores, con una excepci¨®n extraordinaria: la Virgen del Pilar se apareci¨® en la noche del 2 de enero del a?o 40 a Santiago cuando el ap¨®stol se encontraba con sus disc¨ªpulos junto al r¨ªo Ebro (todo es un supuesto, si de verdad Santiago, que conoc¨ªa a Mar¨ªa de verse en Galilea, estuvo alguna vez en Espa?a).
Al fin y al cabo fe es creer lo que uno no ve, seg¨²n el catecismo del padre Astete, jesuita por supuesto. El 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II oraba ensimismado en la capilla de las Apariciones, al pie del Santuario de Nuestra Se?ora del Rosario de F¨¢tima, convencido de que el mismo d¨ªa de un a?o antes la Virgen aparecida a tres pastorcillos en la Cova da Iria, le hab¨ªa salvado de la muerte guiando ¡°con mano maternal¡± (as¨ª dijo el papa polaco) la bala que le acababa de disparar un tirador de ¨¦lite, el turco Al¨ª Agca. De creerlo (se supone que los cat¨®licos lo creen a pie juntillas), fue aquel un milagro que estrope¨® una profec¨ªa. Juan Pablo II lo crey¨® hasta tal punto que todo su pontificado estuvo marcado por lo que la Virgen hab¨ªa anunciado a Luc¨ªa, de 10 a?os, y sus primos, Francisco de 9 a?os y Jacinta de 7 a?os: que el mal del mundo y la causa de sus desastres solo tendr¨ªan remedio mediante la oraci¨®n, el sacrificio y constantes rosarios a la Virgen.
Inocentes y analfabetos, los pastorcillos escucharon hablar de guerras y cat¨¢strofes como quien oye llover. Francisco y Jacinta murieron pronto. Luc¨ªa falleci¨® en 2005 porque ¡°la Virgen le prometi¨® que vivir¨ªa para extender la devoci¨®n del rosario y al Sagrado Coraz¨®n¡±. A los 93 a?os fue testigo de la beatificaci¨®n de sus primos por Juan Pablo II en el mismo lugar donde se les apareci¨® la Virgen. El 13 de mayo de 2000 el secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano, revel¨® lo que entonces se llam¨® ¡°el ¨²ltimo secreto de F¨¢tima¡±, que Luc¨ªa, se dijo, hab¨ªa guardado durante 83 a?os.
?Secretos? Aparte de un anunciado atentado mortal a un papa (que finalmente no fue mortal), F¨¢tima ha dado mucho juego a la Iglesia romana y a los profetas del apocalipsis. Tuvo que ser el cardenal Ratzinger, ahora papa em¨¦rito Benedicto XVI, quien pusiera un poco de racionalidad al caos. Lo hizo como prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el Santo Oficio de la Inquisici¨®n, y, claro, el mensaje le sali¨® pesimista, incluso amenazador. Seg¨²n Ratzinger, se estaba malinterpretando lo que los pastores dijeron haber o¨ªdo en la Cova da Iria. Era ¡°un error asociar el tercer secreto a un caos apocal¨ªptico¡±. Era solo una ¡°exhortaci¨®n al arrepentimiento, la conversi¨®n y la penitencia¡±. Como tales consejos no ten¨ªan nada de prodigiosos por mucho que los adornase un te¨®logo de post¨ªn (para proclamar esas cosas no hac¨ªa falta que se apareciera la Virgen, bastar¨ªa con escuchar los sermones dominicales), Ratzinger dio un paso m¨¢s, para congraciar con el papa polaco, tan mariano como poco dado a perderse en teolog¨ªas acad¨¦micas. Esto dijo: ¡°En el secreto hay un elemento que se refiere a un ¨¢ngel con la espada de fuego. No es fantas¨ªa: se refiere a las armas de fuego, que el hombre mismo ha inventado.¡± Gran perspicacia. El mensaje mariano, o¨ªdo en mayo de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, era pura cr¨®nica de una enviada especial a un mundo en caos.
?Qu¨¦ pod¨ªa decir un te¨®logo alem¨¢n, racionalista (eso se cre¨ªa: fe y raz¨®n en comuni¨®n, nada menos) sobre la visi¨®n del atentado y muerte del ¡°obispo de blanco¡±, que es como los pastores llaman al papa? De hacerles caso, Juan Pablo II debi¨® morir a manos de Al¨ª Agca. El secreto predec¨ªa su muerte, sin duda. Sostiene Ratzinger que si el papa polaco sobrevivi¨® fue porque ¡°la penitencia y la oraci¨®n tienen el poder de cambiar las predicciones hacia el bien¡±.
Sor Luc¨ªa relata por carta al obispo de Leiria c¨®mo en sus visiones mueren, ¡°adem¨¢s del obispo de blanco, unos tras otros los obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones¡±. Ratzinger arrima el ascua a su visi¨®n apocal¨ªptica del mundo moderno. "En la visi¨®n podemos reconocer el siglo pasado como siglo de los m¨¢rtires, como siglo de los sufrimientos y de las persecuciones contra la Iglesia¡±, afirma.
Los ni?os del nacionalcatolicismo espa?ol cantaron de memoria, durante d¨¦cadas, las letan¨ªas de la Virgen de F¨¢tima. ¡°El 13 de mayo / la Virgen Mar¨ªa, / baj¨® de los cielos / a Cova de Ir¨ªa. / Ave, Ave, / Ave Mar¨ªa. / El santo rosario / constantes rezad, / y la paz del mundo / el Se?or dar¨¢¡±. ?Qui¨¦n reza ahora el rosario y d¨®nde en p¨²blico? Francisco llega a F¨¢tima entre multitudes (se dice que un mill¨®n de personas lo ver¨¢n en estos dos d¨ªas), pero consciente de la crisis que padece su Iglesia. Es un papa pastor, optimista, misericordioso, alegre y confiado, pero se apoya por doquier en jinetes del apocalipsis disfrazados de cardenales y obispos. Al fin y al cabo, el fundador anunciaba hace 21 siglos el fin del mundo para pasado ma?ana, como quien dice.
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