Erdogan se re¨²ne con Trump en la Casa Blanca en busca de un aliado
El presidente de Turqu¨ªa pretende convencer al magnate de que deporte a G¨¹len, el cl¨¦rigo al que acusa del intento de golpe de Estado, y no arme a los kurdos en la guerra de Siria
Turqu¨ªa tiene puestas grandes esperanzas en la nueva Administraci¨®n de EEUU. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cree haber encontrado en el estadounidense Donald Trump -como ¨¦l, un pol¨ªtico impredecible y de formas autoritarias- un par con el que ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil tratar que con el Gobierno de Barack Obama, del que, en sus ¨²ltimos a?os de mandato, le separaron numerosos temas, empezando por la estrategia en la guerra de Siria y las cr¨ªticas desde Washington a las medidas antidemocr¨¢ticas de Ankara. Con una maleta cargada de demandas lleg¨® este lunes el mandatario turco a Washington, donde el martes se entrevista con Trump en la Casa Blanca. Demandas con un punto ilusorio, porque la Administraci¨®n estadounidense es un elefante colosal que no vira su direcci¨®n tan f¨¢cilmente como puede hacerlo la turca, cuyo tim¨®n dirige personalmente el propio Erdogan, dando continuos bandazos a izquierda y derecha.
¡°Veo esta visita como un nuevo comienzo en las relaciones turco-americanas. Hemos observado que algunas informaciones que recibimos de Washington son insuficientes. Si Dios quiere, esta visita ser¨¢ un nuevo comienzo¡±, dijo Erdogan el pasado d¨ªa 12 antes de partir a China, desde donde se dirigir¨¢ a EEUU. La visita del mandatario turco ha ido precedida de una delegaci¨®n del m¨¢s alto nivel -incluye al jefe del Estado Mayor, al de los servicios secretos y al portavoz presidencial turco- que durante una semana ha preparado en Washington los detalles t¨¦cnicos de este encuentro al que en Turqu¨ªa se da extrema importancia. Y la tiene: Turqu¨ªa ha sido uno de los pilares de la estrategia estadounidense en Oriente Pr¨®ximo durante d¨¦cadas y a¨²n alberga su mayor base militar (Incirlik).
El primer punto en la agenda de ambos l¨ªderes ser¨¢ debatir la guerra en la vecina Siria y, en concreto, la operaci¨®n para la toma de Raqqa, el basti¨®n del Estado Isl¨¢mico. La orden ejecutiva firmada por Trump para armar a las milicias kurdo-sirias YPG (organizaci¨®n hermana del grupo armado kurdo PKK, que combate en Turqu¨ªa) no ha sentado nada bien en Ankara y Erdogan asegura que tratar¨¢ de convencer al presidente de EEUU de dar marcha atr¨¢s: ¡°No queremos que esto ocurra, as¨ª que lo hablaremos. Siempre he dicho y lo dir¨¦ nuevamente: luchar contra una organizaci¨®n terrorista con ayuda de otra organizaci¨®n terrorista no es una buena pol¨ªtica¡±. Seg¨²n el mandatario turco, hay ¡°hombres de Obama¡± en los escalafones m¨¢s bajos de la Administraci¨®n Trump que le intoxican con sus informaciones sobre Irak y Siria y le hacen ver indispensable la cooperaci¨®n con los kurdos: ¡°Y yo digo que no hay necesidad de las YPG¡±.
Pero, aunque p¨²blicamente Erdogan afirme que tratar¨¢ de convencer a Trump de modificar su decisi¨®n -quiz¨¢s incluso en su interior crea posible lograrlo-, en Ankara la mayor¨ªa de dirigentes se han dado cuenta de que tendr¨¢n que lidiar con un hecho consumado y que ser¨¢n las milicias kurdas y no los rebeldes ¨¢rabes del Ej¨¦rcito Sirio Libre apoyados por los turcos quienes liberar¨¢n Raqqa. ¡°Todo indica que Trump y su equipo de seguridad nacional examinaron el Plan Operacional de Raqqa de la delegaci¨®n turca , pero no les gust¨®. No lo encontraron realista. (¡) Al firmar el decreto (de armar a los kurdos) antes de que Erdogan vaya a Washington, Trump ha indicado que no cambiar¨¢ de opini¨®n sobre la operaci¨®n de Raqqa¡±, sostiene el analista Deniz Zeyrek.
Por ello, las facciones m¨¢s pragm¨¢ticas dentro del Gobierno turco se centran ya en obtener alguna compensaci¨®n a cambio de esa traici¨®n que supone ver a un aliado como EEUU entregar armas pesadas a un enemigo como las YPG. Algunas de estas compensaciones ya han sido enunciadas por el primer ministro turco, Binali Yildirim, y su ministro de Exteriores, Mevl¨¹t ?avusoglu: por ejemplo que sean las milicias ¨¢rabes aliadas de las YPG y no las kurdas quienes entren en Raqqa -una ciudad de mayor¨ªa ¨¢rabe sun¨ª- o que las YPG se retiren m¨¢s al norte una vez expulsados los yihadistas de su basti¨®n sirio. Igualmente, controlar o modificar el software de las armas entregadas para que, una vez utilizadas, las YPG no las usen contra Turqu¨ªa o las transfieran al PKK.
Pero la mayor satisfacci¨®n para Ankara ser¨ªa ver extraditado al cl¨¦rigo Fethullah G¨¹len, que reside en Pensilvania y al que se acusa de haber instigado el fallido golpe de Estado contra Erdogan del pasado a?o. Los pasados d¨ªas 9 y 10 de mayo, una delegaci¨®n formada por tres fiscales y varios funcionarios turcos mantuvo largas reuniones con el Departamento de Justicia de EEUU para tratar esta cuesti¨®n. ¡°Hemos preparado algunos documentos e informaci¨®n y se los entregaremos. Doy mucha importancia a la buena disposici¨®n de Trump en este tema¡±, explic¨® Erdogan antes de su viaje. En Turqu¨ªa, la prensa gubernamental ha extendido la impresi¨®n de que una decisi¨®n favorable del presidente de EEUU bastar¨ªa para que G¨¹len fuese devuelto a su patria, cuando en los casos de extradici¨®n desde Estados Unidos los tribunales tienen la ¨²ltima palabra. Si bien, es cierto que Trump podr¨ªa ordenar al Departamento de Justicia acelerar los tr¨¢mites para que el caso del predicador turco llegue cuanto antes a juicio. La muestra de que Turqu¨ªa har¨¢ todo lo posible por obtener la extradici¨®n de este antiguo aliado de Erdogan hoy convertido en archienemigo est¨¢ en el caso Michael Flynn, nombrado por Trump asesor de Seguridad Nacional y al que un empresario turco cercano a Erdogan pag¨® para que influyese en el presidente a favor de Turqu¨ªa, en especial respecto al caso G¨¹len. Finalmente, Flynn hubo de dimitir cuando se descubrieron sus contactos con Rusia.
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