Rohani, la mejor opci¨®n para el r¨¦gimen en Ir¨¢n

El 19 de mayo, los iran¨ªes acudir¨¢n a las urnas para participar en las 12? elecciones presidenciales. Cuatro a?os despu¨¦s de su victoria, a Hasan Rohani se le sigue considerando el candidato con m¨¢s opciones de ganar. Estos comicios ser¨¢n los primeros que se celebran desde el decisivo acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Ir¨¢n, EE UU y otras cinco potencias mundiales (China, Francia, Inglaterra, Rusia y Alemania).

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Si Rohani logra un segundo mandato, es probable que Ir¨¢n mantenga el di¨¢logo abierto con Asia y con Europa, al tiempo que firma nuevos acuerdos econ¨®micos con los socios que han estado en espera desde el levantamiento de las sanciones tras el acuerdo nuclear.

Sin embargo, si venciese Raisi, el candidato conservador, la diplomacia de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n ser¨ªa una diplomacia m¨¢s a puerta cerrada. Por tanto, la postura centrista de Rohani podr¨ªa ser en ¨²ltima instancia la opci¨®n m¨¢s viable para el futuro del r¨¦gimen isl¨¢mico, pero necesita algo m¨¢s que un simple consenso entre las facciones rivales para sobrevivir otros cuatro a?os.

La popularidad de Rohani ha descendido, ya que el 74% de los iran¨ªes creen que su nivel de vida no ha mejorado tras el acuerdo nuclear de hace dos a?os. Es m¨¢s, en opini¨®n de muchos j¨®venes iran¨ªes, la importancia que Rohani atribuye al desarrollo econ¨®mico de Ir¨¢n a largo plazo, las promesas de incrementar el poder adquisitivo de la clase media iran¨ª y la disminuci¨®n de las desigualdades econ¨®micas ya no bastan.

Aunque se podr¨ªa decir que el Ir¨¢n de Rohani ha sido m¨¢s abierto desde los puntos de vista econ¨®mico y pol¨ªtico, la actividad empresarial ha sido lenta y el desempleo sigue siendo un factor significativo. Como consecuencia de ello, la mayor¨ªa de los iran¨ªes no valoran necesariamente de la misma manera el ¨¦xito de su estrategia pol¨ªtica en el acuerdo nuclear.

Si bien los iran¨ªes piensan que Rohani ha fracasado en cierta manera, siguen considerando que es el m¨¢s cre¨ªble dentro de la clase pol¨ªtica dirigente. Si tenemos en cuenta el reconocimiento popular de Rohani, se puede afirmar que la posibilidad de que sea reelegido parece muy beneficiosa para Ir¨¢n al fin de crear m¨¢s canales leg¨ªtimos con las potencias mundiales y establecer v¨ªnculos amistosos con otros pa¨ªses de la regi¨®n.

En cuanto a Raisi, que es alumno de Jamenei, se le contempla como parte del c¨ªrculo de confianza del L¨ªder Supremo. Algunos pol¨ªticos iran¨ªes creen que la presidencia es solo el primer paso para Raisi, al que muchos conservadores consideran la persona adecuada para suceder al ayatol¨¢ Jamenei como L¨ªder Supremo.

De una manera u otra, lo que se decide en las elecciones presidenciales iran¨ªes es, m¨¢s que cualquier otra cosa, la legitimidad del r¨¦gimen isl¨¢mico. Por eso, el ayatol¨¢ Jamenei tendr¨ªa que desear que los iran¨ªes participen en gran n¨²mero. Una amplia participaci¨®n aliviar¨ªa su inquietud por la legitimidad del r¨¦gimen iran¨ª y por la capacidad de este para mantener el equilibrio social y pol¨ªtico frente a los numerosos desaf¨ªos internos y las desavenencias regionales. Al igual que para los j¨®venes iran¨ªes, su principal preocupaci¨®n deber¨ªa ser econ¨®mica en vez de ideol¨®gica.

Ramin Jahanbegloo es profesor, vicedecano y director del Centro para la Paz Mahatma Gandhi de la Escuela de Derecho Global Jindal.