Los ¨²ltimos documentos secretos de la guerra de los Seis D¨ªas: ¡°Esta tierra es nuestra por derecho¡±

Dos semanas antes de que se cumpla el 50? aniversario del conflicto con los pa¨ªses ¨¢rabes que cambi¨® los mapas de Oriente Pr¨®ximo, Israel ha desclasificado las actas del Gabinete de Seguridad que orden¨® las operaciones b¨¦licas de una contienda rel¨¢mpago y puso en marcha la ocupaci¨®n de los territorios conquistados. Los ¨²ltimos documentos sobre la llamada Guerra de los Seis D¨ªas que segu¨ªan amparados por el secreto de Estado revelan que el Gobierno y el Ej¨¦rcito hebreo empezaron temiendo afrontar una hecatombe del pueblo jud¨ªo ante el desaf¨ªo militar conjunto de Egipto, Siria, Jordania e Irak para acabar vi¨¦ndose desbordados por la euforia de una victoria fulminante.

El 2 de junio de 1967, el entonces jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Isaac Rabin, advert¨ªa al Gabinete de Seguridad ¡ªel sanedr¨ªn del Ejecutivo que toma las decisiones en caso de guerra¨C de que Israel deb¨ªa golpear primero tras el bloqueo de la Marina egipcia de los estrat¨¦gicos estrechos de Tiran, entre el mar Rojo y el golfo de Aqaba, y la concentraci¨®n de fuerzas de tierra decretada por El Cairo en la pen¨ªnsula del Sina¨ª. ¡°En caso contrario, la existencia de Israel se ver¨¢ gravemente comprometida, enfrent¨¢ndose a una guerra larga, penosa y con muchas bajas¡±, expuso el m¨¢ximo comandante militar, que un cuarto de siglo m¨¢s tarde firmar¨ªa con los palestinos los acuerdos de paz de Oslo, seg¨²n documentos reci¨¦n desclasificados citados por el diario Haaretz.

¡°Por primera vez en medio siglo va a ser posible seguir la din¨¢mica interna del Gobierno durante el conflicto de junio de 1967¡±, explica el director de los Archivos del Estado de Israel, Jacob Lazovik. Varias horas de grabaciones de v¨ªdeo, decenas de fotograf¨ªas y m¨¢s de 15.000 p¨¢ginas de documentos en hebreo que han permanecido en secreto hasta ahora podr¨¢n consultarse en la Web www.archives.gov.il.

La historiograf¨ªa contempor¨¢nea hab¨ªa coincidido en reflejar un enfrentamiento interno entre dos visiones del conflicto. La cautela del entonces primer ministro, el laborista Levi Eshkol, y el ardor guerrero del titular de Defensa, el general Moshe Dayan. En realidad, ambos tem¨ªan por igual la derrota en v¨ªsperas de que estallara la guerra. El primero alert¨® a los miembros del Gabinete de Seguridad del peligro de sufrir ¡°una masacre en toda regla¡±, mientras el segundo constataba ¡°las limitaciones del Ej¨¦rcito para derrotar a los ¨¢rabes¡±.

Los dos hicieron caso del instinto de estratega de Rabin, que caer¨ªa asesinado en Tel Aviv por un jud¨ªo radical en 1995 cuando acababa de pronunciar un discurso como primer ministro. En la ma?ana del lunes cinco de junio una oleada de incursiones ¨¢reas destruy¨® por sorpresa la aviaci¨®n enemiga sin darle tiempo apenas a que despegara de sus aer¨®dromos. Las fuerzas terrestres arrollaron poco despu¨¦s a los carros de combate egipcios en el Sina¨ª. El martes 6, el Gabinete de Seguridad volvi¨® a reunirse, ya en un ambiente de triunfo. ¡°Es posible ocupar toda Cisjordania, timar Sharm el Sheik (Sina¨ª), superar el Litani (r¨ªo del sur de L¨ªbano). Puede que mucho m¨¢s all¨¢. Podr¨ªamos estar en Beirut en unas pocas horas¡­¡±, explicaba un optimista Dayan, el legendario general del parche en el ojo izquierdo, ante los ministros clave del Gobierno.

El mi¨¦rcoles 7 de junio los paracaidistas israel¨ªes entraron por la puerta de los Leones en la Ciudad Vieja de Jerusal¨¦n, que desde la fundaci¨®n del Estado hebreo en 1948 hab¨ªa permanecido en manos de Jordania junto con parte oriental de la Ciudad Santa para las tres religiones monote¨ªstas. Se dirigieron a orar al Muro de las Lamentaciones, el principal lugar sagrado del juda¨ªsmo. Cisjordania ya estaba en sus manos. Al d¨ªa siguiente las fuerzas de Israel alcanzaron la orilla oriental del canal de Suez tras haberse apoderado de toda la pen¨ªnsula egipcia. El viernes d¨ªa 9 tomaron los Altos del Gol¨¢n, la meseta siria que domina las tierras de Galilea. El s¨¢bado, sexto d¨ªa de la ofensiva, el Consejo de Seguridad de la ONU aprob¨® un alto el fuego cuando las tropas de Dayan ten¨ªan despejado el camino hacia Damasco.

¡°Si dependiera de nosotros, habr¨ªamos enviado a todos los ¨¢rabes a Brasil¡±, plante¨® al Gobierno el entonces primer ministro, Levi Eskhol

Como acertadamente destaca el semanario The Economist, en un informe especial sobre el conflicto de 1967, parafraseando el libro del G¨¦nesis, al s¨¦ptimo d¨ªa el Ej¨¦rcito israel¨ª descans¨®. La euforia embargaba al Gobierno tras una insospechada, fulminante y aplastante victoria sin precedentes. Lo argumentaba el padre de la diplomacia israel¨ª, el ministro de Exteriores Abba Eban, ante sus compa?eros de Gabinete: ¡°En la historia de la humanidad no ha existido ning¨²n ¨¦xito como el que Israel acaba de experimentar. Israel se ha expandido y el mundo aplaude¡±.

La victoria fue f¨¢cil, su administraci¨®n se presentaba mucho m¨¢s complicada, como el medio de siglo transcurrido ha venido a confirmar. Fue precisamente el propio Eban quien alert¨® el 15 de junio de 1967 de que Israel estaba sentado sobre un ¡°barril de p¨®lvora¡± y anticip¨® el dilema de la ocupaci¨®n. ¡°Estamos aqu¨ª asentados con dos poblaciones: una que goza de todos los derechos y otra a la que se les niega. Este cuadro con dos tipos de ciudadanos es muy dif¨ªcil de defender, incluso en el contexto especial de la historia jud¨ªa. El mundo se pondr¨¢ de parte de un movimiento de liberaci¨®n de un mill¨®n y medio (de palestinos, poblaci¨®n de la ¨¦poca) rodeados por decenas de millones (de ¨¢rabes)¡±. El ministro de Exteriores cit¨®, seg¨²n las actas ahora desclasificadas, el precedente de la lucha por la independencia que los argelinos hab¨ªan concluido apenas cinco a?os antes frente al poder colonial franc¨¦s.

Los documentos oficiales de la Guerra de los Seis D¨ªas constatan que Israel estaba dispuesto a devolver el Sina¨ª a Egipto (como hizo en 1973) y los Altos del Gol¨¢n a Siria (que se anexion¨®, empero, en 1981) a cambio de un tratado de paz. Pero la parte este de Jerusal¨¦n y la Ciudad Vieja (que fueron posteriormente anexionadas) no iban a ser abandonados en ning¨²n caso. Una de las primeras medidas aprobadas por el Gabinete fue la expulsi¨®n de las familias ¨¢rabes que habitaban en el barrio jud¨ªo del recinto hist¨®rico amurallado. Los ministros defend¨ªan abiertamente la incorporaci¨®n a Israel de la franja de Gaza, a cuyos habitantes se proyectaba ofrecer la nacionalidad israel¨ª, pero ten¨ªan serias dudas sobre la conveniencia de mantener el control sobre Cisjordania. El Estado hebreo abandon¨® sin embargo el enclave costero en 2005, aunque manteniendo un estricto bloqueo terrestre y naval desde entonces, y sigue ocupando militarmente el resto del territorio palestino de 1967. La comunidad internacional no reconoce legitimidad a las decisiones adoptadas por Israel, en particular a la colonizaci¨®n con m¨¢s de 600.000 israel¨ªes jud¨ªos de asentamientos en territorios ocupados.

El entonces l¨ªder de la derecha, Menahen Begin, que se hab¨ªa incorporado al Gobierno de unidad nacional formado a causa de la guerra, sugiri¨® conceder permiso de residencia ¡ªsin derecho de voto en Israel¨C a la poblaci¨®n de Cisjordania durante siete a?os. ¡°Durante ese periodo tenemos que incrementar la inmigraci¨®n hebrea y aumentar la tasa de natalidad de nuestras familias¡±, sostuvo quien hab¨ªa sido jefe de la insurgencia armada jud¨ªa contra las tropas brit¨¢nicas, y que llegar¨ªa a convertirse en 1979 en el jefe del Ejecutivo que firm¨® la paz con Egipto.

El primer ministro Eskhol tambi¨¦n reconoci¨® en otra de las actas ahora desclasificadas que Israel ¡°se hab¨ªa convertido de repente en un Estado imperialista¡± por la ocupaci¨®n de los territorios palestinos. ¡°Ante nosotros se presentan los dilemas sobre la futuras relaciones con Egipto, la situaci¨®n en el Sina¨ª, la libertad de navegaci¨®n en el golfo de Eilat (de ?qaba) y el canal de Suez, el estatus en Cisjordania, el de la Ciudad Antigua de Jerusal¨¦n¡­¡±, reflexion¨® en voz alta ante sus ministros. ¡°Necesitamos firmar tratados de paz, no acuerdos de alto el fuego temporales¡±, preconiz¨®.

Los debates en el seno del Gabinete de Seguridad mostraban en ocasiones posiciones muy alejadas entre sus miembros. Cuando el propio primer ministro lleg¨® a barajar la tesis de una deportaci¨®n masiva de palestinos se suscit¨® este debate.

¨C ¡°Si dependiera de nosotros, habr¨ªamos enviado a todos los ¨¢rabes a Brasil¡±, plante¨® Eskhol, nacido en la actual Ucrania.

¨C ¡°Son habitantes de esta tierra y ahora se quiere decidir su destino. No hay ninguna raz¨®n para expulsar a ¨¢rabes que han nacido aqu¨ª¡±, le replic¨® el titular de Justicia, Jacob Shimshon Shapira, tambi¨¦n de origen ucranio.

¨C ¡°Tampoco ser¨ªa un desastre tan grande. No vinimos aqu¨ª furtivamente¡­ dijimos que la Tierra de Israel es nuestra por derecho¡±, terci¨® el supuestamente pragm¨¢tico y prudente jefe del Gobierno aludiendo a la Biblia.