La f¨¢brica que Trump solo salv¨® a medias

Pasan los d¨ªas en la presidencia de Donald Trump y cada vez queda m¨¢s claro que sus promesas se quedan casi siempre a medias. El ejemplo m¨¢s sonado es el de Carrier. La compa?¨ªa que fabrica aparatos de aire acondicionado se convirti¨® durante la campa?a electoral en el s¨ªmbolo de la deslocalizaci¨®n del empleo manufacturero. El v¨ªdeo de los directivos anunciando que trasladaban la planta a M¨¦xico se hizo viral. La decisi¨®n iba a llevarse por delante 1.400 empleos.

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Trump aprovech¨® para poner a la compa?¨ªa en el centro de su ret¨®rica proteccionista y cargar de paso contra su rival dem¨®crata, por apoyar acuerdos comerciales como el NAFTA que mermaban el empleo, para as¨ª conseguir impulsar su carrera hacia la Casa Blanca. El empresario convertido a pol¨ªtico gan¨® en la urnas y en su gira de la victoria hizo parada en Indian¨¢polis para anunciar en la sede de Carrier que hab¨ªa logrado un acuerdo para salvar 1.100 empleos.

Hubo m¨¢s. El entonces presidente electo lleg¨® a decir incluso que ese era el m¨ªnimo y que habr¨ªa m¨¢s puestos de trabajo, porque la compa?¨ªa hab¨ªa aceptado expandirse en la regi¨®n. Las cuentas, casi seis meses despu¨¦s, son muy diferentes. Carrier se queda, s¨ª, pero con una plantilla mermada. La compa?¨ªa acaba de comunicar a las autoridades en Indiana que va a despedir 632 trabajadores este a?o para poder deslocalizar parte de la producci¨®n a Monterrey.

El ajuste se har¨¢ en tres fases. Los primeros 338 empleados se eliminar¨¢n para el 20 de julio. Se les sumar¨¢n cuatro puestos administrativos en octubre y todo el proceso se completar¨¢ para el 22 de diciembre, justo antes de la Navidad. No es una sorpresa para los miembros del sindicado United Steelworkers. Chuck Jones, el l¨ªder en la f¨¢brica, est¨¢ convencido de que Donald Trump sab¨ªa antes de cantar victoria que todos estos empleos iban a salir de EE UU.

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Los representantes de los trabajadores reconocen que la intervenci¨®n de Trump salvar¨¢ cerca de 800 empleos, pero les hubiera gustado que el presidente hubiera sido m¨¢s honesto. Jones asegura que nunca confi¨® en el presidente, porque cree que durante la campa?a jug¨® con las esperanzas de la clase media, al enarbolar la bandera del made in USA. Es m¨¢s, considera que manipul¨® los c¨¢lculos al incluir 270 empleos administrativos e ingenieros que nunca estuvieron en peligro.

El viejo cintur¨®n industrial de EE UU fue determinante para decantar la balanza hacia Trump las pasadas elecciones. Ah¨ª hay gente que le sigue creyendo. Pero en Carrier los ¨¢nimos est¨¢n por los suelos, porque dan por hecho que los salarios ser¨¢n m¨¢s bajos y estar¨¢n sometidos a una mayor presi¨®n para poder competir con los empleados de M¨¦xico. Los recortes que plantea ahora el presidente en los programas sociales y en la salud, adem¨¢s, acabar¨¢n afectando a sus familias.

Carrier est¨¢ propiedad del conglomerado United Technologies, uno de los grandes contratistas del Pent¨¢gono. Los sindicatos anticipan m¨¢s despidos, porque la compa?¨ªa est¨¢ realizando una importante inversi¨®n para automatizar la producci¨®n y as¨ª rebajar costes para preservar su competitividad. Eso, como reconoce la direcci¨®n, significar¨¢ que habr¨¢ menos empleos. ¡°Y todo esto se financia en parte con el dinero del contribuyente. Es todo una trama¡±, concluye Jones.