La pol¨ªtica contamina el aire de la Ciudad de M¨¦xico
El tr¨¢fico y la falta de coordinaci¨®n entre los Estados vecinos, las principales causas que asfixian a la capital
La Ciudad de M¨¦xico cuenta solo con dos estaciones al a?o: la ¨¦poca de lluvias y la de ozono. A la segunda tambi¨¦n se le conoce como la del Hoy no circula. Durante lo que deber¨ªa ser primavera, el aire de la capital se vuelve irrespirable, los niveles de contaminaci¨®n se disparan y las autoridades modifican los h¨¢bitos de vida de sus ciudadanos. Adi¨®s al coche un d¨ªa a la semana para muchos, en una ciudad donde s¨®lo una minor¨ªa de los habitantes de la periferia tiene una parada de metro cerca ¡ª un 15%, seg¨²n el Centro de Estudios Mario Molina¡ª. Unas medidas que irritan a la poblaci¨®n, que observa c¨®mo pese a sus esfuerzos, la contingencia ambiental regresa cada a?o.
"No todas las ciudades tienen un programa de contingencias, unos porque dicen que no las necesitan y otros, sobre todo, porque saben que el costo pol¨ªtico puede ser muy alto", explica a este diario Beatriz C¨¢rdenas, directora general de Gesti¨®n de Calidad del Aire en la Ciudad de M¨¦xico. Pese a que las responsabilidades por los altos niveles de contaminaci¨®n que se concentran en la capital se extienden hasta cuatro entidades que la rodean, es esta la ¨²nica que toma medidas de emergencia cuando la situaci¨®n se vuelve preocupante. "Toluca [capital del Estado de M¨¦xico] que tambi¨¦n tiene mucha contaminaci¨®n no activa un protocolo de contingencia", a?ade C¨¢rdenas.
No todas las ciudades tienen un programa de contingencias, sobre todo, porque saben que el costo pol¨ªtico puede ser muy alto Beatriz C¨¢rdenas, directora general de Gesti¨®n de Calidad del Aire en la Ciudad de M¨¦xico
Y el bar¨®metro para la capital se ha endurecido este a?o. Mientras que hasta el 2016 las contingencias se activaban a partir de 181 puntos IMECA (¨ªndice de calidad del aire), ahora lo hacen a 150. De manera que, aunque este a?o se haya dado la contingencia m¨¢s larga (casi ocho d¨ªas seguidos, excepto el domingo), no quiere decir que los niveles est¨¦n peor que el a?o pasado, de hecho son similares. A¨²n as¨ª, la contaminaci¨®n se encuentra muy por encima de lo recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, que es de un m¨¢ximo de 100, el nivel en el que activan alertas ciudades como Par¨ªs o Los ?ngeles.
Desde el Gobierno de la capital insisten en que no pueden solos. Pese a que reconocen las buenas intenciones del resto de entidades, al asumir una serie compromisos ambientales que ata?en a todos los miembros de la megal¨®polis, se?alan que no est¨¢ siendo suficiente. No todas las fuentes contaminantes pueden ser reguladas por las autoridades de la capital, algunas dependen de otros Estados (como la verificaci¨®n de sus coches), a los municipios (emisi¨®n de part¨ªculas por la construcci¨®n, pinturas y solventes y parte del transporte p¨²blico) o al Gobierno federal (transportes de carga, termoel¨¦ctricas y gasolineras) y eso dificulta la soluci¨®n al problema. "Al final el costo politico es para las ciudades, porque es su poblaci¨®n la que sufre y los ciudadanos no miran al jefe delegacional ni al presidente municipal ni al Gobierno federal, sino a nosotros. Existe mucho golpeteo pol¨ªtico. Sin la colaboraci¨®n de los tres niveles no se puede conseguir nada", resume C¨¢rdenas.
En M¨¦xico la alerta se activa con 150 puntos IMECA, en Par¨ªs o Los ?ngeles lo hacen con 100
"Es est¨¦ril responsabilizar a una entidad de otra, porque la contaminaci¨®n que se estanca en la Ciudad de M¨¦xico, cuando se dispersa lo hace hacia Morelos o incluso hasta Puebla", apunta Mart¨ªn Guti¨¦rrez Lacayo, coordinador ejecutivo de la Comisi¨®n Ambiental de la Megal¨®polis, un ¨®rgano que incluye a los cinco Estados afectados (la capital, Hidalgo, Estado de M¨¦xico, Puebla y Tlaxcala) y al Gobierno federal. El organismo tiene la misi¨®n de homologar las medidas ambientales para que sean igual de estrictas en todas las entidades.
Los estudios oficiales han concluido que el transporte es la principal fuente de emisiones de di¨®xido de nitr¨®geno que se emiten a la atm¨®sfera, el 80%. Y en la capital circulan unos 5 millones de coches, de los cuales alrededor de un mill¨®n entra diariamente desde fuera: "S¨®lo por el acceso de Toluca entran 250.000 coches, en el caso de la entrada de Puebla son 300.000 y por el de Queretaro, 350.000", explica Guti¨¦rrez.?
El transporte es la principal fuente de emisiones de di¨®xido de nitr¨®geno que se emiten a la atm¨®sfera, el 80%. Y en la capital circulan unos 5 millones de coches
Los coches extranjeros que ingresan en la capital deben haber pasado la verificaci¨®n de emisiones correspondiente, pero desde el Gobierno de la capital se?alan que fuera los controles "pueden ser m¨¢s laxos". "Hagamos que sea igual de dif¨ªcil en todas las entidades, porque un ciudadano quiere circular como sea y solo piensa cu¨¢nto le va a costar tener un cero [el nivel m¨¢s bajo de emisiones], as¨ª solo conseguiremos que la flota se emplaque [matricule] en zonas donde sea m¨¢s f¨¢cil conseguirlo", se?ala C¨¢rdenas.
El di¨®xido de nitr¨®geno que emiten los coches es junto con otras sustancias, una de las que provocan la capa de ozono que vuelve irrespirable el aire de la ciudad. El resto de contaminantes, conocidos como compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles, viene de fuentes muy diversas, desde residencias, comercios y servicios. Es por ello que la preocupaci¨®n inminente es solucionar la contaminaci¨®n que producen los veh¨ªculos. Pero en este punto hay tambi¨¦n algunos desencuentros entre las entidades responsables, ya que fuera de la capital no se ponen l¨ªmites a la circulaci¨®n, como hace el Hoy no circula: "Y como en otras ciudades [fuera de la megal¨®polis] no tienen ese incentivo, muchos no pasan la verificaci¨®n de emisiones", apunta C¨¢rdenas.
Una de las medidas m¨¢s importantes y m¨¢s impopulares ha sido la obligaci¨®n de regular las emisiones de veh¨ªculos privados con programas de verificaci¨®n, donde a cada coche, seg¨²n lo contaminante que sea, le otorgan una categor¨ªa. De manera que, los m¨¢s limpios pueden circular m¨¢s tiempo y los que no lo son, lo hacen con restricciones. En eso consiste el programa del Hoy no circula, una medida que se extrema en los casos de altos niveles de contingencia. Sin embargo, este programa para limitar la circulaci¨®n se aplica s¨®lo en la capital y en los municipios conurbados, no en el resto de los territorios que comprende la megal¨®polis. Y, seg¨²n C¨¢rdenas, la verificaci¨®n de los coches no es igual de estricta en todos los puntos, por lo que la capital estar¨ªa asumiendo parte de la poluci¨®n que viene de los coches extranjeros.
Industria y camiones de carga, sin regulaci¨®n
Otro de los problemas para combatir las emisiones en el transporte viene por los camiones de carga. La mayor¨ªa de ellos cuenta con matr¨ªculas federales y ah¨ª "le corresponde al Gobierno central tomar medidas en el asunto", apunta C¨¢rdenas. Estos son los veh¨ªculos de mayor emisi¨®n de part¨ªculas finas (de las m¨¢s da?inas) debido al uso de di¨¦sel como combustible, seg¨²n los estudios generan el 8% de las sustancias PM10 (el total del transporte que las emite es del 51%) y el 11% de las PM2.5 (del total del transporte del (42%).
Al transporte p¨²blico le ocurre algo similar y eso s¨ª es competencia del Gobierno de la capital. Alrededor del 20% de la poblaci¨®n se mueve en microbuses, seg¨²n un estudio de movilidad, y estos muchas veces superan los 20 a?os de antig¨¹edad, seg¨²n el Centro de Estudios Mario Molina y pueden contaminar hasta 20 veces m¨¢s que uno nuevo. Todav¨ªa, pese a los planes iniciales del gobierno capitalino, siguen circulando por sus calles. Para los autobuses m¨¢s grandes hay programas para que se utilicen motores nuevos con filtros de part¨ªculas o incluso gas natural como combustible. Unas medidas que no han conseguido todav¨ªa pasar a la pr¨¢ctica. Igual con los taxis, donde existen propuestas para la renovaci¨®n hacia unidades el¨¦ctricas o h¨ªbridas despu¨¦s de 10 a?os de antig¨¹edad, seg¨²n se?alan desde la Comisi¨®n de la Megal¨®polis, pero no se han implantado las estaciones de recarga el¨¦ctricas ni suficientes puntos de gas. Entre otros motivos, por la falta de coordinaci¨®n efectiva con las autoridades federales.
En cuanto a la industria, se encuentra operando con est¨¢ndares ambientales de los a?os ochenta, seg¨²n explica Guti¨¦rrez. No existe una actualizaci¨®n de la norma federal para regular las emisiones y gasto de energ¨ªa acorde a los nuevos tiempos ni sanciones a quien lo incumpla. Y, como ocurre con el resto de sectores, aunque existen propuestas, no ven todav¨ªa la luz. Seg¨²n los estudios publicados, este sector emite un 2% de di¨®xido de nitr¨®geno y un 6% de compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles, que juntos provocan la formaci¨®n de ozono.
Lo que s¨ª est¨¢ ocurriendo es que cada primavera, los habitantes del Valle de M¨¦xico vuelven a respirar un aire que provoca problemas cardiovasculares y pone en riesgo a personas con asma o con alguna patolog¨ªa respiratoria y pulmonar. La impopularidad de las medidas que acaba afectando al bolsillo de los ciudadanos y empresarios? parece ser el freno a una coordinaci¨®n efectiva entre las entidades, que observan c¨®mo la Ciudad de M¨¦xico se ahoga en una crisis ambiental y pol¨ªtica. "La responsabilidad del Gobierno debe ser la protecci¨®n de la salud, si nosotros no apretamos con estas medidas, estamos poniendo en riesgo de da?os degenerativos a una poblaci¨®n de 21 millones de habitantes", resume Guti¨¦rrez Lacayo.
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