Merkel y Obama defienden los valores democr¨¢ticos frente a la intolerancia

Recibido como una estrella de rock n?roll. Barack Obama ha provocado un griter¨ªo entusiasta nada m¨¢s poner pie en el escenario instalado en la puerta de Brandeburgo en Berl¨ªn. El ex presidente estadounidense se ha dado un ba?o de masas peregrinas, junto a la canciller durante la celebraci¨®n del d¨ªa de la Iglesia Evang¨¦lica. La qu¨ªmica entre ambos l¨ªderes ha sido evidente durante la charla de una hora y media en la que han debatido sobre lo divino y lo humano y que han mantenido ante unos 70.000 fieles de la principal iglesia del protestantismo alem¨¢n. La canciller ha sido ¡°una de mis compa?eras preferidas durante mi presidencia¡±, arranc¨® el 44 presidente estadounidense.

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Obama ha defendido la discutida acogida de m¨¢s de un mill¨®n de refugiados en Alemania y ha advertido del avance de ¡°la xenofobia, la tolerancia, el nacionalismo y las tendencias antidemocr¨¢ticas¡± en el mundo. Nunca antes ha habido tanta prosperidad, pero la globalizaci¨®n ha producido, ha dicho, desajustes que hay que corregir. ¡°El orden que hemos creado debe ser actualizado¡±, ?ha dicho durante el encuentro titulado: Implicarse en la democracia: adoptar responsabilidades en lo local y en lo global.

La aparici¨®n de Obama coincide con el viaje a Europa de su sucesor, Donald Trump, que ha contado con un recibimiento considerablemente menos entusiasta. La visita de Obama no es sin embargo un ejercicio de contraprogramaci¨®n, ya que estaba prevista antes de que se supiera que Trump ganar¨ªa las elecciones y que acudir¨ªa a la cumbre de la OTAN en Bruselas. El viaje de Obama es el primer evento internacional como representante de la fundaci¨®n que lleva su nombre y que aspira a apoyar a los j¨®venes para que contribuyan a crear un mundo mejor.

El hambre en el mundo

Ambas intervenciones, la de Merkel y la de Obama, tuvieron algo de serm¨®n. Hablaron de la moral, del hambre en el mundo, de la defensa de valores como la solidaridad y de escuchar al pr¨®jimo aunque piense distinto. ¡°Nuestra fe no puede ser tan d¨¦bil como para sentirse cuestionada por los que piensan diferente¡±, dijo Obama. Pero tambi¨¦n hubo espacio para la pol¨ªtica y la dura realidad. Como cuando uno de los j¨®venes invitados al estrado le pregunt¨® a Obama por los drones estadounidenses que matan a civiles a miles de kil¨®metros de distancia. El expresidente defendi¨® el uso de estos aparatos mort¨ªferos, porque consider¨® que evitan da?os mayores y que ¡°el problema no son las armas, el problema son las guerras¡±.

Pero la gravedad dur¨® poco. Todo fueron sonrisas y aplausos en la puerta de Brandenburgo, donde los peregrinos que han tomado Berl¨ªn ten¨ªan ganas de pasarlo bien. Ataviados con unas bufandas naranjas se les ve por toda la ciudad, protegidos por impresionantes medidas de seguridad, reforzadas tras el atentado de Manchester.